La junta del Emisor mejoró su proyección de crecimiento del PIB para este año de 6 a 6,5 por ciento.
La junta directiva del Banco de la República completó nueve meses consecutivos sin modificar su tasa de interés, la cual se mantiene en 1,75 por ciento. La decisión fue unánime, según lo anunciado por el gerente de la entidad, Leonardo Villar.
De acuerdo con Villar, la situación de Colombia no es igual a las de los países que han elevado sus tasas de interés, como Brasil, Rusia o México, y donde la inflación se ha acelerado fuertemente.
"En algunos países, la situación es que la inflación ha aumentado de manera significativa y que compromete el cumplimiento de las metas de inflación, ese no es el caso de Colombia", dijo el gerente del banco, quien agregó que en Colombia "tenemos condiciones diferentes a los países que han aumentado sus tasas, por esa razón, por unanimidad, el banco decidió mantener su tasa de interés".
La decisión se tomó teniendo en cuenta que en el primer trimestre de 2021 la economía alcanzó un crecimiento mayor que el esperado, dinamismo que se mantuvo en abril, como lo mostró el Índice de Seguimiento Económico.
Según la junta del Banco, no obstante, la tercera ola de contagio del covid-19 y, en mayor medida, los bloqueos a las vías y los problemas de orden público se reflejarán en una menor actividad económica durante el segundo trimestre. Pese a ello, el buen desempeño hasta abril justificó una revisión del pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 de 6 a 6,5 por ciento en el escenario central. Aun en ese escenario, el nivel de actividad económica seguiría siendo inferior al de 2019. Además, las tasas de desempleo e informalidad se mantienen en niveles particularmente altos.
Por su parte, según cálculos del Emisor, la inflación anual en mayo de 3,3 por ciento superó los pronósticos. La presión alcista provino del grupo de alimentos (9,52 por ciento), y en especial de los alimentos perecederos (18,16 por ciento), debido a las dificultades de abastecimiento en diversas ciudades.
El incremento en la inflación básica, sin alimentos ni regulados (1,56 por ciento), se mantuvo por debajo de la meta y fue similar a lo proyectado. Parte del incremento reciente de la inflación podría tener alguna persistencia y afectar las expectativas, las cuales permanecen ancladas.
A pesar del crecimiento de la demanda externa y de la mejora de los términos de intercambio, se proyecta un mayor déficit de cuenta corriente consistente con el mejor dinamismo de la demanda interna.
En los Estados Unidos, la inflación sorprendió al alza y su valor esperado se mantiene por encima de la meta de 2 por ciento que persigue la Reserva Federal. Esto ha generado expectativas sobre la posibilidad de que se adelante el inicio de la normalización de la política monetaria en ese país, lo que tornaría las condiciones financieras internacionales menos favorables y afectaría el apetito por riesgo para inversiones en las economías emergentes.
Dada la situación fiscal y de endeudamiento público, de no lograrse el ajuste fiscal requerido en las finanzas públicas, se comprometería el acceso al financiamiento y aumentaría su costo, lo cual eventualmente reduciría el espacio de la política monetaria para seguir apoyando la recuperación de la actividad económica y el empleo.Cambio de política
En cuanto a la posibilidad de que el Banco de la República mueva tasas en los próximos meses, el gerente del Emisor manifestó que, si bien la decisión de junio se hizo con base en la información ya disponible, “en la medida en la que tengamos más información sobre algunos aspectos que pueden generar incertidumbre, podría haber más adelante cambios en la decisión de la política monetaria”.
En ese mismo sentido, José Manuel Restrepo, ministro de Hacienda, apuntó que tanto desde el Banco de la República como desde el Gobierno estarán “monitoreando constantemente lo que suceda con el curso de la economía y los efectos del desempeño de la pandemia por covid-19 en la economía”.
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