El economista francés, de visita en Colombia, plantea que las diferencias en la riqueza son más graves que la distribución del ingreso.
Piketty plantea una nueva agenda redistribucionista en cuanto a impuestos y gasto.
Propuse invitar a Thomas Piketty a inaugurar los actos de celebración de los 70 años de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional y el economista francés presentó nuevas evidencias sobre la distribución del ingreso y la riqueza, con perspectiva de género y de desigualdad ambiental.
Ahora plantea que la desigualdad de la riqueza es más grave que la distribución del ingreso y revela mejor las oportunidades económicas para montar una compañía.
Tras reafirmar que el 10% más rico de la población global recibe el 52% del ingreso mundial mientras la mitad pobre gana el 8,5%, precisó que las desigualdades de riqueza son más pronunciadas que en el ingreso: el 10% más rico de la población posee el 72% de toda la riqueza. La participación en la riqueza del 1% superior frente al 50% inferior entre 1910 y 2020 fue de 55% en promedio en Europa y de 43% en EE. UU.
¡Han vuelto a niveles de un siglo atrás!
Colombia tiene un nivel de concentración sorprendente y es representativa de este patrón: en riqueza neta el 50% inferior es propietario del 1% del total en tanto que el 10% superior en AL es propietario entre 70% y 80 % de la riqueza. La magnitud de esa brecha se replica por grupos etáreos.
Piketty mostró que hay desigualdad en emisiones de carbono dependiendo del ingreso de los países: Se emiten 6,6 toneladas de dióxido de carbono per cápita por año, pero el 10% superior de los emisores es responsable del 50% de todas las emisiones.
En Europa, el 50% inferior de la población tiene promedio de emisiones de carbono de 5% per cápita. Pero el 10% superior de la población tiene una emisión de 29,2% per cápita y en Norte América el 73 % de contaminación lo produce el 10% rico de la población.
Sostuvo además que políticas ambientales, como impuestos al carbono, golpean más duramente a los pobres. Un ejemplo de asimetría en los impuestos por contaminación es que “se paga un impuesto por usar el vehículo pero no se paga por montar en avión, el cual también contamina”. Y propone un modesto impuesto progresivo a los multimillonarios globales del 1,6% de los ingresos para invertir en educación, salud y transición energética.
Reuters
Respecto al género, la participación de los ingresos femeninos en los ingresos laborales mundiales fue del 31% en 1990 y se acerca a 35% entre 2015-2020 y actualmente los hombres reciben el 64% de los ingresos laborales. Pero el ingreso femenino es sólo 10-15% en Medio Oriente y Norte de África y por debajo de 20% en Asia y China.
Ello se explica porque la mayor proporción de trabajo no remunerado lo realizan las mujeres en los hogares y comunidades. Para mejorarlo considera acertado establecer cuotas en puestos de elección popular, en empresas y en la academia. Y atribuye el aumento de las desigualdades globales a las políticas de desregulación y liberalización adoptadas desde 1980.
Aunque las desigualdades entre países han disminuido por el avance acelerado de las naciones emergentes ( sobre todo de Asia-Pacífico), las desigualdades aumentaron dentro de los países: la brecha entre los ingresos promedio del 10% superior y el 50% inferior de las personas dentro de los países se ha duplicado de 8,5 veces a 15 veces.
Sobre el impuesto corporativo global acordado en la Ocde, Piketty considera que la tasa de 15% es débil y las multinacionales crearán filiales en paraísos fiscales, en tanto que las Pymes no podrán hacerlo. Teme Piketty que esta reforma reporte poco dinero y perpetúe las injusticias existentes entre las multinacionales y los países pobres: los países ricos obtendrán los ingresos suplementarios pues allí se encuentran las sedes de estas corporaciones.
Desde la crisis financiera de 2008 hay una tendencia estatal a proteger al capital privado a gran escala (con rescates) al tiempo que le permite esquilmar a los ciudadanos
Sostiene Piketty que la principal causa de la desigualdad antes de impuestos es la privatización de las finanzas que se han tomado los bienes comunes naturales, los bienes comunes del conocimiento (a través de los derechos de propiedad intelectual) y los servicios públicos. Además, sostiene que desde la crisis financiera de 2008 hay una tendencia estatal a proteger al capital privado a gran escala (con rescates) al tiempo que le permite esquilmar a los ciudadanos. Por ello se necesita aumentar los impuestos sobre la riqueza y las ganancias corporativas.
América Latina además de desigual sufre de falta de transparencia en las estadísticas sobre distribución de la riqueza y de progresividad de impuestos.
Después de la Segunda Guerra se benefició a la clase media, hubo más igualdad y ello trajo más prosperidad en el siglo XX: tres décadas de crecimiento sin desempleo y sin burbujas especulativas ni crisis… Y frente a quienes sostienen que debemos esperar a crecer primero para después distribuir, Piketty responde que pudieron aumentar su riqueza porque fueron más igualitarios como consecuencia de la movilización social que cambio las políticas de desarrollo, trajo la seguridad social y los impuestos progresivos.
Piketty propone que todo joven mayor de 25 años reciba una herencia del 60% de la renta promedio (sería de 120.000 euros en Francia) para que haga su emprendimiento. Ello se financiaría con impuestos progresivos sobre herencias y riqueza. El balance de Piketty es que la desigualdad es una opción política no una inevitabilidad y puede ser revertida con decisiones alternativas de política.