domingo, febrero 07, 2021

Formulario 220 para certificar ingresos laborales AG 2020 fue expedido por la Dian con varias novedades

 


El nuevo formulario fue prescrito con la Resolución 000117 de diciembre 30 de 2020.

Como novedad, esta vez se solicitó certificar las retenciones y aportes voluntarios a título del impuesto solidario COVID-19

Es posible que la Dian modifique el formato 2276 de exógena para AG 2020.

Luego de haberlo anunciado como un proyecto de resolución desde diciembre 10 de 2020, la Dian finalmente expidió su Resolución 000117 de diciembre 30 de 2020 (incluida imperfectamente en la página 3 del Diario oficial 51549 de enero 6 de 2021, pues no fue publicada con el anexo respectivo), a través de la cual se prescribió el nuevo formulario 220 para certificar los pagos laborales y por pensiones que se hayan realizado a los asalariados y pensionados durante el año gravable 2020 (el cual solo se hizo visible en internet el día 15 de enero de 2021).

Al examinar la estructura que tendrá dicho formulario y compararlo con lo que fue la estructura del formulario 220 del año gravable 2019, es importante destacar que la Dian introdujo nuevos renglones que se pueden detectar al comparar las siguientes imágenes:

Estructura de una parte del formulario 220 del año gravable 2019


Estructura de una parte del formulario 220 del año gravable 2020

“en el nuevo formulario para el año gravable 2020, el valor de los aportes voluntarios al fondo de pensiones obligatorias en el régimen de ahorro individual con solidaridad –RAIS– ya no se reportará dentro del mismo renglón 50, sino que se reportará de forma independiente en el renglón 51”

Como puede verse, en el nuevo formulario para el año gravable 2020, el valor de los aportes voluntarios al fondo de pensiones obligatorias en el régimen de ahorro individual con solidaridad –RAIS– ya no se reportará dentro del mismo renglón 50, sino que se reportará de forma independiente en el renglón 51.

Este tipo de aporte voluntario se puede restar como ingreso no gravado en la declaración de renta de la persona trabajadora (sin importar si al final del año 2020 seguía perteneciendo al régimen ordinario o había alcanzado a trasladarse el régimen simple).


Por otra parte, en los renglones 52 y 56 se pedirá reportar los “aportes voluntarios al impuesto solidario COVID” que los trabajadores del sector oficial y los pensionados hayan realizado durante los meses de mayo a julio de 2020, al igual que las “retenciones por aportes obligatorias al impuesto solidario COVID-19” que se hayan practicado a empleados oficiales y pensionados también entre mayo y julio de 2020 (ver Decreto Legislativo 568 de abril 14 de 2020 y la Sentencia C-293 de agosto 5 de 2020).

Al respecto, debe tenerse presente que en la sentencia de la Corte sobre dicho impuesto se dispuso que, aunque la retención obligatoria era inconstitucional, todos los trabajadores que hayan hecho aportes voluntarios o sufrido retenciones obligatorias por causa de dicho impuesto podrían restar tales valores en su declaración de renta.
“por la forma en que la Dian diseñó el formulario 220, se entendería que el aporte voluntario lo restarán como ingreso no gravado, mientras que la retención obligatoria la restarán en la zona de retenciones en la fuente”

Además, por la forma en que la Dian diseñó el formulario 220, se entendería que el aporte voluntario lo restarán como ingreso no gravado, mientras que la retención obligatoria la restarán en la zona de retenciones en la fuente.
¿Tendrán que ajustar también el formato 2276 de información exógena para el año gravable 2020?

En relación con lo anterior, es importante tener presente que fue en octubre de 2019 cuando la Dian expidió su Resolución 000070 para indicar, en su artículo 35, que en la información exógena del año gravable 2020 los pagos a trabajadores se reportarían en una nueva versión del formato 2276 (versión 3), la cual es bastante diferente de la versión que se usó para el reporte del año gravable 2019 (la versión 2).

Sin embargo, en el diseño que se dio al formato 2276 (versión 3) obviamente la Dian no tiene incluida ninguna columna para reportar los valores (obligatorios o voluntarios) que se les hayan restado a los trabajadores y pensionados durante el 2020 por concepto del impuesto solidario COVID-19 (pues dicho impuesto fue creado en abril de 2020).

Por tanto, tal como lo destacamos en un editorial anterior, creemos que la Dian sí terminará modificando la estructura de su formato 2276 (versión 3) para incluir dichas columnas.

Qué es la nómina electrónica, la nueva iniciativa de la Dian?

 Proyecto de Resolución busca impulsar esta herramienta como un elemento más de la transformación digital de las empresas colombianas.



La Dian ha anunciado un Proyecto de Resolución cuyo objetivo es impulsar la nómina electrónica como un elemento más de la transformación digital de las empresas colombianas.

Tras la masificación de la factura electrónica, la Dian ha anunciado un Proyecto de Resolución cuyo objetivo es impulsar la nómina electrónica como un elemento más de la transformación digital de las empresas colombianas.

La nueva funcionalidad de generación de la nómina electrónica se integrará con el sistema de facturación electrónica que ya está en funcionamiento y su obligatoriedad será progresiva de acuerdo con un calendario que contempla diferentes grupos de obligados y plazos de obligatoriedad.

“La mejor opción para implementar la nómina electrónica en una compañía y, de este modo, evitar el incumplimiento de la normativa, es contratar un proveedor de facturación electrónica acreditado por la Dian”, afirma Alberto Redondo, director de Marketing de SERES para Iberia y LATAM.

¿QUIÉNES ESTARÁN OBLIGADOS A EMITIR NÓMINA ELECTRÓNICA?

De acuerdo a lo establecido en el Proyecto de Resolución de la Dian, los sujetos que estarán obligados a generar, transmitir y validar las correspondientes nóminas de sus empleados de manera electrónica y a través del nuevo sistema desarrollado por la Dian serán todas aquellas empresas y contribuyentes que efectúan pagos o abonos en cuenta derivados de una vinculación laboral, legal o reglamentaria y pagos a pensionados, que en todo caso requieran usar dichos pagos como costo o deducción.

CALENDARIO DE OBLIGADOS

Asimismo, con la publicación de esta Resolución, la Dian también establecerá un calendario de implementación del nuevo sistema de nómina electrónica con varios plazos para el cumplimento periódico y la generación y transmisión de las nóminas de forma electrónica. Dicho calendario, estará dividido, principalmente, de acuerdo al número de empleados de las empresas obligadas y las fechas de incorporación previstas serán las siguientes:

• Empresas con más de 250 empleados: la fecha de habilitación es el 31 de marzo de 2021 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 30 de abril de 2021.

• Empresas de 11 a 250 empleados: la fecha de habilitación es el 31 de marzo de 2021 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 31 de mayo de 2021.

• Empresas de 4 a 10 empleados: la fecha de habilitación es el 31 de marzo de 2021 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 30 de junio de 2021.

• Empresas con hasta 3 empleados: la fecha de habilitación es el 31 de marzo de 2021 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 31 de julio de 2021.

• Entidades del estado del orden nacional o territorial: la fecha de habilitación es el 31 de marzo de 2021 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 30 de junio de 2021.

• Sujetos no obligados a expedir factura electrónica de venta: la fecha de habilitación es el 31 de enero de 2022 y la fecha máxima de inicio de transmisión será el 31 de marzo de 2022.

• Nuevos sujetos que deban generar el documento soporte de pago de nómina electrónica y las notas de ajuste como soporte para la solicitud de costos y deducciones en el impuesto sobre la renta y complementarios e impuestos descontables en Impuesto Sobre las Ventas (IVA). Cuentan con un plazo de 2 meses, contados a partir de la realización de los pagos o abonos en cuenta derivados de una vinculación laboral legal o reglamentaria con posterioridad a la entrada en vigencia de la presente resolución, para el inicio del procedimiento de habilitación para la transmisión del documento soporte de pago de nómina electrónica y las notas de ajuste al citado documento y la fecha máxima para iniciar la citada transmisión.

¿CÓMO FUNCIONARÁ EL NUEVO SISTEMA DE NÓMINA ELECTRÓNICA?

Según se plantea en el Proyecto de Resolución, las empresas obligadas a emitir nóminas electrónicas deberán generar los documentos de nómina electrónicos de forma mensual y transmitirlos a la Dian en un plazo de 10 días en el mes siguiente correspondiente. Una vez sea transmitida, la Dian validará la información de la nómina y generará un documento electrónico con su validación o rechazo.

En el caso de que la validación haya sido satisfactoria, la nueva nómina validada y firmada por la Dian será enviada a la entidad o empresa obligada que la generó para su conservación y fines pertinentes. En el caso de que la Dian haya rechazado la validación de la nómina, la empresa que la generó recibirá una notificación electrónica con los errores cometidos y deberá volver a generar una nueva nómina electrónica con las modificaciones; la cual tendrá que volver a ser transmitida para su validación por la Dian.

ADHESIÓN VOLUNTARIA

El Proyecto de Resolución contempla la posibilidad de que todas aquellas entidades que, de manera voluntaria, decidan implementar la nómina electrónica antes de su obligación puedan hacerlo siempre y cuando cumplan con todas las disposiciones establecidas por la Dian para regular este nuevo sistema.

Seres es líder global en el intercambio electrónico de documentos desde hace tres décadas y ha colaborado activamente con la Dian desde la puesta en marcha del proyecto de masificación de la factura electrónica de Colombia.

Las tasas de interés se mantendrán estables este año: Asobancaria

 


Hernando José Gómez, presidente del gremio, dijo que el crédito seguirá fluyendo hacia la economía.


Hernando José Gómez asumió la presidencia de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), el pasado 4 de enero del 2021.

Si bien el 2020 no fue un año fácil para ningún sector de la economía, incluido el financiero, el 2021 tampoco lo será, pues existen aún grandes retos que se deben seguir sorteando en medio de la pandemia, en particular, el que tiene que ver con un mayor deterioro de la cartera de créditos una vez concluya el programa de apoyo a los deudores (PAD) en junio próximo.

Esta es, tan solo, una de las preocupaciones de Hernando José Gómez, quien el pasado 4 de enero asumió la presidencia de la Asobancaria, justo en medio de una de las mayores crisis económicas que haya afrontado el país, esta vez por causa de la pandemia.

En entrevista con EL TIEMPO, el directivo destacó la fortaleza del sector financiero, la cual le permitirá seguir apoyando al Gobierno, al sector empresarial y a los colombianos, con la irrigación de más crédito y que la economía pueda encarrilarse pronto en la senda del crecimiento.

Advirtió, sin embargo, que no ve mayores reducciones en el costo del crédito este año, frente a lo cual señaló que las tasas se mantendrán estables.

¿Cómo ve el inicio de año?

El 2020 fue muy retador no solo para Colombia sino para el mundo, pues la virtualidad, el confinamiento y otras medidas afectaron de forma importante la actividad económica.

Este año nos recibe con la esperanza incierta de que a partir del primer trimestre se empezará la vacunación en Colombia, lo cual podrá llevar, en la medida que esta avance, a que en el segundo semestre recuperemos buena parte de la normalidad en las actividades económicas y sociales.

Esa es la parte buena, la más retadora es que tenemos esta segunda ola del virus que está obligando a tomar ciertas decisiones y esto afectará la actividad económica, pero menos que el año pasado. El gran reto, como sociedad, es el cuidado que debemos tener y la responsabilidad para minimizar los costos de esta pandemia en su segunda ola.¿Qué puede esperar el país este año del sector financiero?

Pienso que la banca del país ha probado ser un gran aliado de la sociedad y del Gobierno en esta crisis. Hemos sido capaces de darle alivios, refinanciaciones y reprogramaciones al 43,5 por ciento del total de la cartera que representa unos 225 billones de pesos. Pero no nos hemos limitado solo a eso, sino que uno de los grandes logros es que se ha mantenido el flujo del crédito, al punto de que en los últimos 10 meses se otorgaron 203 millones de préstamos nuevos por 257 billones de pesos para inversión, capital de trabajo o vivienda.

Nuestro propósito este año es seguir con este compromiso de reactivar la economía lo más pronto posible, contribuyendo a que el sector productivo pueda llevar adelante sus iniciativas de producción e inversión, además de continuar con nuestros programas de inclusión financiera, de ayudar al Gobierno en la dispersión de los subsidios y también promoviendo los objetivos de desarrollo sostenible del país.

¿Qué decirles a las empresas y personas que reclaman más celeridad para el acceso al crédito y a los desembolsos?

Hubo un proceso de aprendizaje que está completo y puedo decir que los bancos ya están dándole una gran cantidad de recursos nuevos a la economía y que, además, se han canalizado cerca de 15 billones de pesos en avales del Fondo Nacional de Garantías (FNG), a lo que se suma la refinanciación. Esto ha hecho que desde el último trimestre del 2020 empecemos a ver una recuperación acelerada de la economía y del empleo, que creo son los dos grande retos que tiene el país en lo inmediato y pensamos que hay que mantenerlos para que la economía pueda crecer este año entre 4,5 y 5 por ciento.¿Cree que hay espacio para que bajen más las tasas de interés?

Creo que en el Banco de la República ha bajado las tasas hasta unos niveles donde los analistas del mercado esperan que las tasas se mantengan más o menos en el nivel actual (1,75 por ciento), por lo cual pensaría que podemos esperar este año la estabilidad en las tasas.

Ahora, la reducción de tasas del Emisor tiene unos canales de transmisión que nos son inmediatos, pero puedo decir con toda seguridad que el grueso de esa reducción se ha venido trasladando hacia todos los créditos de las empresas y las personas.¿Qué tanto las mayores provisiones y la pandemia golpearán la rentabilidad del sector financiero?

Sin duda, la pandemia toma al sector financiero con buena solidez, con patrimonio adecuado e índices de solvencia holgados, lo que ha permitido responder muy bien al reto que se nos ha presentado. Pero esta situación ha venido elevando de manera importante la cartera vencida y una vez finalice en junio el Programa de Apoyo a Deudores (PAD), una parte de esta cartera que está aliviada empezará a deteriorarse, la mayoría saldrá adelante, pero otra parte seguramente entrará en situación de morosidad.

No obstante, podemos dar un parte de tranquilidad a los ahorradores, cerca del 90 por ciento de los recursos que maneja el sector son de los colombianos, de que su dinero está protegido de forma adecuada, con la solidez y el patrimonio de las entidades.

Este será un año retador, el 2020 implicó una reducción muy grande de las utilidades de las entidades, en especial de los bancos ante la decisión de apoyar a la economía, a sus clientes y tratar de sacar adelante el mayor número de estos; eso implicó hacer provisiones muy importantes que son las que se reflejan en menores utilidades y que este año continuará la situación en la medida en que la cartera seguirá deteriorándose.¿Bajo la actual coyuntura, es conveniente la reforma tributaria este año?

Esta es una decisión que debe tomar el Gobierno y lo que tiene que mostrarles a las firmas calificadoras y a los financiadores es que tenemos claro el panorama fiscal, la senda de recuperación de la regla fiscal. El Gobierno tiene que mostrar cómo están las expectativas de gasto y si es o no necesaria la reforma. Como economista, pienso que es importante hacerla, pero que se apoye la recuperación de la economía y no genere peso adicional al aparato productivo.

La pandemia no ha logrado frenar la transformación de la banca ni la llegada de nuevos actores ¿qué opinión le merece estos hechos?

Al sector financiero le gusta la competencia, este es un factor dinamizador de la innovación, el emprendimiento, de las mejores prácticas, y en ese sentido, es bienvenida, pero siempre en condiciones de igualdad, siempre y cuando quienes llegan con innovaciones cumplan con los principios básicos de buen gobierno, adecuado nivel de patrimonial y capacidad para proteger el ahorro del público.

Lo segundo es que esta situación que atravesamos el año pasado se logró sobre llevar gracias al esfuerzo de la digitalización del sector financiero, con la posibilidad de hacer casi todas las transacciones por medios virtuales. Creo que se ha logrado acelerar mucho estos procesos, lo que a su vez, ha permitido a miles de personas de la base de la pirámide bancarizarse, y que en la medida en que haya mayores niveles de inclusión vamos a empezar a proveerles mayor cantidad de servicios a esos nuevos segmentos de la población. Al margen de la pandemia, ¿cuáles son los retos que tiene al llegar a la presidencia de la Asobancaria?

Pienso que, además de apoyar al Gobierno, al sector privado y a los colombianos a recuperar el ritmo de la actividad económica y el empleo que teníamos, diría que son tres retos adicionales. Uno la sostenibilidad; soy un convencido de la capacidad transformadora que tiene el sector financiero, del liderazgo en esta materia para facilitar la adopción de tecnologías sostenibles, el desarrollo de negocios verdes y de la posibilidad de facilitar la adopción de una economía circular para el reciclaje y reprocesamiento de materiales. Creo que allí tenemos el gran reto de coadyuvar a la sociedad de conseguir pronto esos objetivos de desarrollo sostenibles que el país y el mundo ha acogido.

Lo segundo es seguir progresando en temas de educación e inclusión financiera. Creemos que hay una proporción de la población que debe tener acceso a los beneficios y los recursos del sector financiero para apalancarse y tener créditos para sus actividades y necesidades, esto es fundamental para mejorar la oferta de valor para los clientes.

Tercero, continuar el proceso de digitalización de la economía y de las actividades económicas para reducir ese costo país que tenemos y nos impide participar de manera activa en los mercados internacionales, en lo que podamos aportar para que se reduzcan los costos de transacción de todo el aparato productivo y facilitarles la vida a los ciudadano ahí estaremos comprometidos.

La expectativa es recuperar el ritmo de creación y cerrar 2021 con 510.000 empresas

 La Cámara de comercio estima que la caída del PIB de la capital del país en 2020 sea de 6,5%, mientras que la recuperación por encima de 4%


La cuarentena obligatoria del año pasado, más los toques de queda y otras medidas para contrarrestar el avance del covid le costó a Bogotá el cierre de casi 55.000 empresas, lo que significó una baja de 12%, la caída más fuerte en los últimos 10 años.

En 2021 la ciudad inicia con nuevas restricciones que podrían afectar el dinamismo recuperado en el último trimestre de 2020, por ello, en el primer Inside LR del año, Nicolás Uribe, presidente de la Cámara de Comercio de la ciudad, manifestó que la caída del PIB de Bogotá sería de 6,5% y se espera una recuperación por encima de 4%.

¿Qué balance puede hacer de su gestión en su primer año?
La posibilidad de servir en un momento tan complicado desde una entidad que tiene tantas posibilidades de ayudar a los demás y contribuir en el proceso de recuperación ha sido un gran privilegio. Tuvimos que hacer una gran transformación dentro de la Cámara para acercarnos a los empresarios. Como parte de la transformación digital, atendimos a cerca de 400.000 personas. Participamos en esta atención a través de varios productos y servicios gratuitos como la formación virtual, que fueron cerca de 290.000 personas. La plataforma Bazzarbog logró montar a 1.000 empresas con cerca de 12.000 productos para que vendieran online. Hubo cerca de 54.000 asesorías individuales durante la pandemia. Con una alianza privada entregamos 147 UCI. Queremos garantizar al apoyo a la recuperación de las empresas y el empleo.

Bogotá amaneció con nuevas medidas como toque de queda y cuarentena estricta ¿cuál es su opinión de los anuncios semanales de la Alcaldía?
Comprendemos las tensiones que debe significar manejar una ciudad en las actuales circunstancias. Por eso creemos que las propuestas que se hacen deben ser constructivas. Lo cierto es que unos cierres sistemáticos de la economía lo que generan de manera automática es una pérdida de empleos y la consiguiente caída de ingresos de las personas. En febrero es necesario cumplir con el aporte de las cesantías. Es muy complicado para una base empresarial como la de Bogotá donde 97% son micro y pequeñas empresas, poder cumplir con las obligaciones para mantener la nómina, garantizar el pago de las cesantías y sus intereses, para cumplir a clientes y proveedores, si no se tiene la posibilidad de abrir el negocio. En nuestra región debe haber cerca de 4.000 grandes empresas; cerca de 12.000 medianas, no más de 40.000 pequeñas y 400.000 micro.

¿Las cuarentenas son la única vía para atender el colapso de UCI?
Yo no soy un interventor de la gestión hospitalaria de la Alcaldía, ni del Gobierno. Lo que entendemos es que toda la gestión de la pandemia debe tener una perspectiva integral, en la que no se privilegie una perspectiva sobre la otra. Existen herramientas que sirven para hacer más quirúrgicas las intervenciones y menos gravosas desde el punto de política pública. Como por ejemplo el testeo, una mayor identificación de los casos positivos. Un mejoramiento de las condiciones de aislamientos para muchas personas evitaría unos cierres tan amplios. Hemos extrañado un esfuerzo más importante alrededor de cultura ciudadana.

¿En qué consisten las propuestas presentadas con la Andi y Fedesarrollo?
Hay una serie de recomendaciones que venimos haciendo desde el año pasado para acompañar la toma de decisiones por parte de las autoridades. Estas recomendaciones contemplan un ejercicio más estricto de rastreo. También hay una propuesta de apertura de corredores aéreos y terrestres a otras ciudades con baja ocupación de UCI que pueden servir a las necesidades de Bogotá. También eliminación de restricciones para las personas a las que ya les dio coronavirus. Debemos trabajar de la mano con el sector informal que requiere más y mayor protección. La lucha contra la informalidad siempre ha sido desigual, porque existen incentivos todos los días para ser informal. La gente que se hace el tránsito a la formalidad todo el día coquetea con la informalidad porque resulta más rentable.

¿Cuáles son las expectativas de creación de empresas en 2021?
Esperamos que 2021 sea el año de la recuperación económica que necesita un nivel de incertidumbre del menor nivel posible y a eso debemos apostar. En 2020, Bogotá tuvo una pérdida de 12% de empresas, que equivale a 55.000 empresas menos del stock que habíamos recibido al 31 de diciembre de 2019. Hoy tenemos cerca de 450.000 empresas, en 2019 habíamos cerrado con 504.000. La mayoría de las que se perdieron en 2020 fueron empresas que no se crearon. Veníamos creando cerca de 90.000 empresas por año. El año pasado se crearon solo 70.000 y evidentemente hubo una ausencia de la renovación de la matrícula mercantil que le hace a uno pensar que esas empresas no tienen ninguna actividad comercial. La expectativa de 2021 es poder recuperar el tiempo perdido y volver a indicadores de 2019. Poder recuperar en creación de empresas y en renovación de la actividad comercial. Cerrando así con cerca de 510.000 empresas, que puedan enganchar a miles de trabajadores.

¿Qué sectores y localidades fueron las más afectadas? y ¿cuántos empleos se perdieron?
Según el Dane, Bogotá todavía tiene 800.000 empleos por recuperar. Se han recuperado alrededor de 70.000 empleos mensuales. Mientras el desempleo nacional está cerca de 13%, en Bogotá estamos cerca de 17%. El desempleo de mujeres roza 21% y el de jóvenes es de 26%. Hay localidades que tienen mayor porcentaje de pérdida de empresas. En Engativá se perdió 12% de las empresas con casi 5.000. En Chapinero había 42.000 empresas y hoy estamos en 37.000. En Kennedy fueron cerca de 5.000 cierres y Teusaquillo hubo una reducción de 15%. Del total de las empresas de la ciudad, 70% son de comercio y servicios. La afectación ha sido grande en construcción, gastrobares, turismo y hoteles.

¿Cuánto prevén que caiga el PIB de Bogotá?
La información que tenemos con nuestro grupo de trabajo y demás organizaciones indica que el PIB de Bogotá podría tener una reducción de cerca de 6,5% en 2020. Claramente la recuperación de la ciudad depende de la capacidad de las empresas de generar valor y operar en condiciones más normales, sin tantas restricciones de aforo, con menores costos asociados a la operación. La certidumbre es fundamental y la idea es poder tener un crecimiento positivo, ojalá por encima de 4%.

EL PERFIL
Nicolás Uribe Rueda es abogado de la Universidad de los Andes, con estudios en Política Internacional en American University de Washington D.C., y Política Pública de la Escuela de Alto Gobierno de la Universidad de los Andes. Tiene un máster en Acción Política y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Francisco de Vitoria. Fue Consejero Presidencial del Programa Colombia Joven y Representante a la Cámara por Bogotá entre 2006 y 2010. Desde finales de 2019 ocupa el cargo de presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá.