En esta nueva oportunidad se hablará de las inversiones temáticas, un enfoque de inversión que busca encontrar tendencias de largo plazo, en vez de enfocarse en empresas o sectores en específico. Estas megatendencias suelen tener diferentes características como lo son inversiones innovadoras que tengan el potencial de darle una nueva forma al mundo. Además, podrían reflejar un gran potencial de crecimiento, pero sin olvidar que son inversiones de largo plazo.
Algunos ejemplos son inversiones relacionadas con el cambio climático, la tecnología 5G, Fintech, cambios demográficos o Genomics -también conocida como la revolución del genoma humano- que es la idea que se desarrollará en las siguientes líneas.
Para entender bien esta megatendencia, es importante definir dos términos.
El primero de ellos es el ADN, el cual es la molécula que contiene el código genético de un ser vivo. Y el otro, son los genes; que son una pequeña sección de ADN que tiene un rasgo hereditario determinado.
Los humanos tenemos alrededor de 30.000 genes y todo el material genético del organismo se llama Genoma. Los genes no son estables y pueden cambiar a través de mutaciones heredadas, con la edad o al ser alterados o dañados por sustancias químicas o por radiación.
La revolución del genoma humano nace en 1990 con un proyecto internacional sin precedentes que tuvo un costo de US$2.700 millones y tenía como objetivo realizar la primera secuencia completa del genoma de un individuo. Para ello se requirieron 13 años y cientos de científicos de diferentes nacionalidades.
Al finalizar el proyecto se logró el primer borrador de la secuencia del genoma humano y ahora el desafío para los investigadores y científicos es determinar cómo leer e interpretar el contenido y luego comprender cómo funcionan de forma conjunta.
En este sentido, la investigación basada en el genoma eventualmente permitirá que la ciencia médica desarrolle herramientas de diagnóstico altamente efectivas, para así poder comprender mejor las necesidades de salud de las personas en función de su estructura genética individual y adicionalmente diseñar nuevos tratamientos altamente efectivos para las enfermedades.
Este, sin lugar a duda, ha sido el proyecto más ambicioso de la historia de la biología, incluso algunos científicos lo catalogan como uno de los grandes avances de la humanidad.
Cuando hablamos de la Medicina del Genoma esta incluye una serie de terapias que intentan curar enfermedades modificando el genoma de un paciente, cambiando la expresión de genes dentro de su cuerpo incluso rediseñando células o enviando instrucciones directamente a ellas. Entre algunas de estas terapias se pueden mencionar, la terapia y edición de genes, terapias de ARN mensajero - la cual fue la base para algunas de las vacunas del covid-19-, terapia celular, epigenética y el diagnóstico molecular.
Obtener la primera secuencia, llevo más de 10 años y una inversión multimillonaria. Sin embargo, menos de dos décadas después, el costo de secuenciar un genoma se ha reducido a menos de US$600 y, según el equipo de investigación de la gestora ARK Investments, el costo podría caer a menos de $100 en los próximos cinco años, algo crítico para impulsar su adopción ya que, a pesar de su rápido declive, el alto costo de la secuenciación ha impedido la adopción masiva de dicha tecnología en la investigación fundamental en áreas como la agricultura y ciencias de la vida.
Cuando analizamos las perspectivas de crecimiento que tiene el mercado global de genoma, según la empresa de investigación Fortune Bussiness Insights se estima que el tamaño del mercado crezca de US$18.850 millones en el que fue valorado en 2019, A US$82.600 millones para 2027. Esto implicaría una tasa crecimiento anual compuesto de 19,5%.
Adicionalmente existen otros mercados los cuales se espera se beneficien de esta revolución genómica. Según Global Market Insights, el mercado de pruebas genéticas el cual fue valorado en US$14.800 millones en 2020 se espera crezca entre 2021 y 2027 a una tasa anual compuesta de 11,6%. Superando los US$31.800 millones. Esto, principalmente gracias a la creciente aplicación de pruebas genéticas en áreas como la oncología, enfermedades genéticas y en la atención clínica.
Algunos de los principales factores que impulsan el crecimiento de estos mercados incluyen el aumento de la financiación gubernamental, la creciente incidencia de cáncer y enfermedades raras en la población global y el alcance de dicha tecnología el cual apenas comienza a verse aplicado en sectores como la medicina, agricultura, energía verde con los biocombustibles, en la protección del medio ambiente y en la seguridad alimentaria.
No cabe duda de que este sector es prometedor, sin embargo, invertir en él conlleva un alto riesgo. Históricamente, por cada fármaco candidato comercializado, otros 24 han fracasado. Adicionalmente, la gran mayoría de las empresas de biotecnología y genómica son empresas pequeñas, centradas en descubrir y desarrollar nuevos medicamentos y terapias enfrentándose a severas regulaciones la cual agrega riesgos a la naturaleza volátil del desarrollo de medicamentos.
Adicionalmente, estas son compañías de crecimiento y en su mayoría no son rentables debido a que enfrentan altos costos de desarrollo. Si bien los medicamentos y terapias exitosas pueden generar miles de millones en ingresos, solo entre 10% a 12% de los medicamentos que ingresa a los ensayos clínicos llegan al paciente. Por lo tanto, invertir en esta temática conlleva riesgos, algo que refleja la alta volatilidad donde uno podría esperar volatilidades anualizadas -medidas por la desviación estándar- entre un 30%, 40% o incluso 50%, por lo que es una inversión de largo plazo que no se ajusta a todos los perfiles de inversión.