domingo, marzo 08, 2020

Contabilización de la venta de un activo fijo revaluado




Para contabilizar la venta de un activo medido por el modelo de revaluación se debe prestar especial atención al tratamiento del superávit por revaluación y a la determinación de la utilidad contable y fiscal.

A continuación, presentamos un ejemplo práctico sobre el tema.

En este editorial explicamos cómo contabilizar la venta de un activo medido por el modelo de revaluación.

Inmuebles medidos por el modelo de revaluación

Para comprender cómo debe contabilizarse la venta de un activo medido por el modelo de revaluación, primero debemos explicar en qué consiste este modelo.

Desde el 1 de enero de 2017 las pymes pertenecientes al grupo 2 de convergencia a Estándares Internacionales tienen la posibilidad de medir su propiedad, planta y equipo por el modelo de revaluación.
Bajo este modelo, la entidad debe ajustar el valor en libros de la propiedad, planta y equipo a su valor razonable (en el momento de la revaluación), menos la depreciación y el deterioro acumulados.

El ajuste al valor razonable del elemento de la propiedad, planta y equipo se contabiliza como un mayor o menor valor del activo contra la cuenta del patrimonio denominada superávit por revaluación (ver nuestro editorial Casos prácticos sobre revaluación de activos).

El saldo del superávit por revaluación se presenta en el otro resultado integral y corresponde a utilidades no realizadas que no se pueden distribuir entre los socios hasta que hayan realizado, precisamente mediante la venta o baja en cuentas del activo.

De otra parte, debemos tener presente que las revaluaciones no son aceptadas fiscalmente, por lo cual su reconocimiento genera una diferencia temporaria y, en consecuencia, un impuesto diferido.
Tratamiento de las revaluaciones en la venta de activos

Teniendo claro lo anterior, cuando se enajena o se vende un activo medido por el modelo de revaluación es necesario cancelar el saldo acumulado en la cuenta de superávit por revaluación, reclasificándolo a la cuenta de ganancias acumuladas.

Una vez allí, el saldo de la cuenta de superávit por revaluación es susceptible de ser distribuido entre los socios, vía dividendos.

Determinación de la utilidad o pérdida contable


La utilidad o pérdida contable de la venta de un activo se determina por la diferencia entre el producto neto de la disposición y el importe en libros de la partida, así:

Ganancia contable = precio de venta – valor en libros del activo.

Valor en libros = valor razonable en el momento de la revaluación – depreciación y deterioro acumulados.

Si se obtiene una utilidad, se registra como un ingreso; en caso contrario, se lleva como un gasto.

Determinación de la utilidad o pérdida fiscal

La utilidad o pérdida fiscal se halla por la diferencia entre en el precio de venta y el costo fiscal del activo, así:

Ganancia fiscal
 = precio de venta – costo fiscal (sin avalúos o deterioros, según el numeral 10 del artículo 28 y el artículo 129 del Estatuto Tributario –ET–).

En el siguiente ejemplo se aplicarán todos los conceptos expuestos anteriormente. Veamos:
Caso práctico
Suponga que una entidad vendió un inmueble medido por el modelo de revaluación por un valor de $2.000. La información en libros del activo es la siguiente:
 
Costo del activo$1.000
Superávit por revaluación$500
Depreciación acumulada($80)
Deterioro acumulado($20)
Valor total en libros$1.400
Fecha de adquisición del activo1 de enero de 2014

Para contabilizar la venta del activo se debe proceder como se explica a continuación:

    1. Determinar la utilidad contable, así:
 
Precio de venta$2.000
Valor en libros($1.400)
Utilidad contable$600

La utilidad se halla por la diferencia entre el precio de venta y el valor en libros del activo.

    2.Dar de baja el activo en la contabilidad y registrar el ingreso derivado de la venta, así:
 
CuentaDébitoCrédito
Activo – Bancos o cuenta por cobrar$2.000
Activo – Deterioro acumulado de propiedad, planta y equipo$20
Activo – Depreciación acumulada de propiedad, planta y equipo$80
Activo – Propiedad, planta y equipo$1.500
Ingresos por la venta de propiedad, planta y equipo$600

La entidad debe dar de baja el activo, cancelar las cuentas de depreciación y deterioro acumulado, y registrar el ingreso proveniente de la venta.

    4. Reclasificar el saldo de la cuenta superávit por revaluación, así:
 
CuentaDébitoCrédito
Patrimonio – Superávit por revaluación de propiedad, planta y equipo$500
Patrimonio – Ganancias acumuladas$500



Los $500 del superávit por revaluación quedan a disposición de la entidad para ser distribuidos o capitalizados entre los socios.

Tratamiento tributario de la utilidad o pérdida fiscal
En cuanto al tratamiento de la utilidad fiscal, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:

Recuperación de la depreciación
Cuando se obtiene una utilidad por la venta de un activo, las normas fiscales suponen que el contribuyente está recuperando el valor de las depreciaciones tomadas como gasto deducible en las declaraciones de períodos anteriores.

Por este motivo, el monto equivalente a la depreciación acumulada se trata como una renta líquida gravada con la tarifa general del impuesto sobre la renta.

Cabe destacar que a la renta líquida por recuperación de deducciones no se le pueden imputar costos o gastos adicionales.

Ganancia ocasional en la venta de activo fijos

El valor adicional a la recuperación de las depreciaciones se trata como una ganancia ocasional, 
cuando el activo fijo hizo parte del patrimonio de la entidad durante un período de dos (2) años o más (ver artículo 300 del ET).

Cuando el activo fijo se tuvo por menos de dos (2) años, la totalidad de la utilidad se considerada renta liquida.

En nuestro ejemplo tendríamos la siguiente utilidad fiscal:
 
Precio de venta$2.000
Costo fiscal del activo ($1.000 – $80)($920)
Utilidad fiscal$1.080

Recordemos que ni el superávit por revaluación ni el deterioro de valor son aceptados fiscalmente, sino hasta el momento de la enajenación del activo (artículo 129 del ET).

 
TarifaImpuesto
Ganancia ocasional (porque el activo se tuvo más de 2 años)$1.00010 %$100
Renta líquida por recuperación de deducciones$8033 %$26
Total$1.080 $126


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Más empresas entraron en reorganización o liquidación en el 2019


Según el superintendente de sociedades, Juan Pablo Liévano, el incremento se dio en Bogotá, pues en las regionales hay descensos.



La Superintendencia de Sociedades entregó su balance del año pasado en el número de procedimientos de insolvencia y de intendencias en el país.

En concreto, de acuerdo con el superintendente de sociedades, Juan Pablo Liévano, para el 2019 fueron 1.272 empresas las que solicitaron hacer parte del procedimiento de insolvencia.

En el 2018 fueron 1.243, es decir, que la cifra aumentó en el país 2,3%.

La entidad señaló que de los 1.272 procesos de insolvencia que se presentaron en 2019, alrededor de 997 derivaron en solicitudes de reorganización y 275 en solicitudes de liquidación.
Durante el año anterior, un total de 869 se acogieron al mecanismo de insolvencia, al tiempo que 244 personas naturales buscaron re-negociar sus préstamos con los acreedores.
En el caso de la gestión por parte de las delegaturas, Bogotá supera el resto del país. En este sentido, en la capital se gestionaron 664 solicitudes en 2019, mientras que el año anterior fueron 571.

Por su parte, en cuanto al resto, en el pasado año se registraron 608 solicitudes y, para el 2018, fueron 672.

“Los procedimientos de insolvencia de las compañías se evalúan para saber si pueden participar o no en un proceso de liquidación o de reorganización”, explicó Liévano.

Estos procesos se dan cuando las empresas no poseen los recursos necesarios para cumplir con sus necesidades de deuda. “Los acreedores son los que votan para saber si es posible hacer la reorganización o no, la entidad no lo hace, lo que permite es que se abra el debate y sea un seguimiento puntual, se analice entre todas las partes si es la mejor opción o no para una firma”, recordó.

Entre enero y diciembre de 2019, la mayoría de los procesos o negociaciones se están adelantando en la ciudad de Bogotá, con un total de 664 casos de insolvencia, le sigue la delegatura de Medellín con 185, Bucaramanga con 119, Cali con 110, Barranquilla con 103 y Manizales con 49.

Sobre los tiempos que están establecidos para el proceso desde la presentación de la solicitud hasta su término hay avances, pero todavía no solo los indicados por la ley de insolvencia.

“Cuando iniciamos en esta administración la solicitud a la admisión del proceso estaba en 8 meses en promedio, ahora está entre 3 o 4 meses. No estoy satisfecho con esto, pues que según la ley una empresa debe ser admitida en 3 días y, por esto, estamos buscando mejoras”, agregó el Superintendente.

Entre las novedades que aplicará la entidad para mejorar sus tiempos de respuesta está la compra de un programa con inteligencia artificial que ya se hizo en noviembre pasado por medio de Colombia compra eficiente.

“Es imposible tenerlo antes por ahora, pero vamos a apalancarnos para dar unos mejores resultados”, dijo.

Luego de los dos meses desde la presentación de la calificación de los créditos, se hace el traslado del proyecto a los acreedores y una audiencia de presentación de la situación de la compañía. Después pasan, en promedio, 4 meses para el termino del proceso.

Sobre el incremento de las solicitudes, el funcionario señaló que esto se pudo dar por el crecimiento económico que tuvo el país en los últimos años.

“Cuando la economía se ve afectada, los negocios se ven afectados. El efecto del crecimiento se ve rezagado. Hace dos años crecimos al 2,5% y, en 2017, a menos del 2%; puede que hasta ahora estemos viendo la afectación de ese crecimiento. El mejor desempeño económico tiene que verse reflejado en mejores números de insolvencia”, añadió.

Otro análisis que hizo Liévano es que actualmente en el país hay menos pequeños empresario en estos procesos.

Sobre el caso de la captación ilegal de recursos que también hace la entidad, el balance reveló que desde hace dos años la Supersociedades ha realizado 45 captaciones y 434 intervenciones, en las que se han reconocido $3,7 billones y además se han pagado $870.000 millones por parte de las sociedades.
En cuanto a los procesos de intervención, la Superintendencia registró 257.828 personas afectadas.

Al respecto faltan por pagar $2,8 billones de pesos y 317.000 millones se espera cancelar con bienes.

La expectativa de recuperación es de $1,8 billones.

Entre las medidas que la entidad puede tomar para estos casos está la suspensión de estos recaudos, operaciones, toma o posesión de los bienes para hacer una devolución a los afectados. De igual manera, se intervienen actividades sospechosas como la entrega masiva de dinero, de tarjetas prepago, venta de servicios o de electrodomésticos.

Se hace un análisis de supuestos, por ejemplo, en la realización de ventas de derechos patrimoniales de contenido crediticio derivados de las libranzas sin el cumplimiento de los requisitos legales.

LA ACTUALIDAD


El organismo tiene en la actualidad 2.700 procedimientos de insolvencias, de los cuales 953 están en trámite, 1.190 están en ejecución de reorganización y 535 se encuentran en liquidación.

“El ciclo va mejorando, si bien son 2.700, más de la mitad están en la gestión y van a la reorganización, este es un buen balance. La idea es seguir destacando estos resultados, hablar por medio de los actos”, dijo .

LAS DEMANDAS A COMPAÑÍAS

De otro lado, el superintendente de Sociedades, Juan Pablo Liévano, reveló que en 2019 se presentaron 467 delegaturas para procedimientos mercantiles (demandas) a distintas compañías, de las cuales 99 fueron radicadas aludiendo responsabilidad de administrador.

Así mismo, hubo además otras 76 demandas que fueron colocadas por impugnación y 68 se radicaron por desestimación de la personalidad jurídica.

“En el caso de las terminaciones anormales, estas son calificadas por la entidad como conciliación, desistimiento, excepción, pérdida de competencia, rechazo, retiro, transacción, y durante el 2019 se registraron 357 casos puntuales”, explicó Liévano al publicar el balance de resultados para el año 2019.



https://www.portafolio.co/economia/mas-empresas-entraron-en-reorganizacion-o-liquidacion-en-el-2019-538503

Definición de activo y pasivo cambia en el nuevo marco conceptual



El nuevo marco conceptual para la información financiera, aplicable en Colombia desde el 1 de enero de 2019, modificó las definiciones de activo y pasivo.

A continuación, explicamos las principales consecuencias que se derivan de dicha modificación.

En este editorial continuamos analizando los principales cambios que trajo el nuevo marco conceptual de la información financiera emitido por el IASB en 2018 y adoptado en Colombia por medio del Decreto 2270 de 2019.

Capítulo 3 – Estados financieros y la entidad que informa

En el capítulo 3 se incluyó la descripción y el límite del concepto de “entidad que informa”. El IASB ha propuesto la descripción de una entidad que informa como una entidad que elige o debe preparar estados financieros de propósito general.

Es útil para los usuarios comprender que los estados financieros de propósito general se preparan asumiendo que la entidad que informa es una empresa en marcha. Si este supuesto no es apropiado, se preparan de acuerdo con una base diferente a las Normas Internacionales de Información Financiera –NIIF–.

“la suposición de negocio en marcha significa que la entidad no tiene la intención ni la necesidad de entrar en liquidación o dejar de negociar en el futuro previsible”

El marco conceptual explica que la suposición de negocio en marcha significa que la entidad no tiene la intención ni la necesidad de entrar en liquidación o dejar de negociar en el futuro previsible.

El marco conceptual también establece que los estados financieros se preparan desde la perspectiva de la entidad que informa como un todo, no desde la perspectiva de algunos o todos los usuarios de la entidad. Esta es una aclaración útil para los usuarios, porque en la práctica la perspectiva adoptada al redactar los diversos estándares no siempre es clara.

Capítulo 4 – Elementos de los estados financieros

El IASB ha cambiado las definiciones de activos y pasivos, así:

 
Definición 2010Definición 2018Concepto de apoyo
Activo (de una entidad)Un recurso controlado por la entidad como resultado de eventos pasados y del cual se espera que fluyan beneficios económicos futuros a la entidad.Un recurso económico presente, controlado por la entidad como resultado de eventos pasados.
Recurso económicoUn derecho que tiene el potencial de producir beneficios económicos.
Responsabilidad (de una entidad)Una obligación presente de la entidad que surge de eventos pasados, cuya liquidación se espera que resulte en una salida de recursos que incorporen beneficios económicos para la entidad.Una obligación presente de la entidad de transferir un recurso económico como resultado de eventos pasados.La obligación de una entidad de transferir un recurso económico debe tener el potencial de exigir que la entidad transfiera un recurso económico a otra parte.
ObligaciónUn deber de responsabilidad que una entidad no tiene capacidad práctica para evitar.

Si bien permanecen los conceptos de «control» para los activos y de «obligación presente» para los pasivos, el cambio clave es que el término «esperado» ha sido reemplazado, como veremos en seguida:
  • En la definición de activo, la frase “beneficios económicos esperados” ha sido reemplazada por “el potencial de producir beneficios económicos”.
  • En la definición de pasivo, la frase «salida esperada de los beneficios económicos» ha sido reemplazada por el «potencial de exigir a la entidad que transfiera recursos económicos».

La razón de este cambio es que algunas personas interpretan que el término “esperado” significa que un elemento solo puede ser un activo o un pasivo cuando supera un umbral mínimo. Como el IASB no ha aplicado dicha interpretación al establecer las NIIF recientes, esta definición se ha modificado en un intento de aportar claridad.

El IASB ha reconocido que algunas NIIF sí incluyen un criterio de probabilidad para reconocer activos y pasivos. Por ejemplo, la NIC 37 – Provisiones, pasivos contingentes y activos contingentes establece que una provisión solo puede registrarse si existe una salida probable de beneficios económicos, mientras que la NIC 38 – Activos intangibles destaca que para que se reconozcan los costos de desarrollo debe haber una probabilidad de que los beneficios surgirán de dicho desarrollo.

El cambio propuesto a la definición de activos y pasivos no afectará dichas normas. El IASB ha explicado que estas normas no se basan en el argumento de que los artículos no cumplen con la definición de un activo o pasivo. En cambio, estos estándares incluyen entradas o salidas probables como criterio para el reconocimiento. El IASB cree que esta incertidumbre se trata mejor en el reconocimiento o medición de partidas, en lugar de en la definición de activos o pasivos.

Capítulo 5 – Reconocimiento y baja en cuentas

El IASB ha confirmado un nuevo enfoque para el reconocimiento, que requiere que las decisiones se tomen por referencia a las características cualitativas de la información financiera. En ese sentido, una entidad debería reconocer un activo o un pasivo (y cualquier ingreso, gasto o cambio relacionado en el patrimonio) si dicho reconocimiento proporciona a los usuarios de los estados financieros:

  • información relevante sobre el activo o el pasivo y sobre cualquier ingreso, gasto o cambio en el patrimonio;
  • una representación fiel del activo o pasivo y de cualquier ingreso, gasto o cambio en el patrimonio neto; e
  • información que resulta en beneficios que exceden el costo de proporcionar esa información.
Eliminación del criterio de probabilidad

Un cambio clave para esto es la eliminación del «criterio de probabilidad». Este se ha eliminado debido a que las NIIF aplican criterios diferentes entre sí; por ejemplo, algunas aplican probable, algunas virtualmente ciertos y otras razonablemente posibles. Esto también significa que no prohibirá específicamente el reconocimiento de activos o pasivos con una baja probabilidad de entrada o salida de recursos económicos.

“un activo o pasivo puede existir incluso si la probabilidad de una entrada o salida de beneficios económicos es baja”

Esto es potencialmente controvertido, y el marco conceptual lo aborda específicamente en el capítulo 5; el párrafo 15 establece que «un activo o pasivo puede existir incluso si la probabilidad de una entrada o salida de beneficios económicos es baja».

El punto clave aquí se relaciona con la relevancia. Si la probabilidad del evento es baja, esta puede no ser la información más relevante. La información más relevante puede ser sobre la magnitud potencial del elemento, el momento posible y los factores que afectan la probabilidad.

Incluso declarando todo esto, el marco conceptual reconoce que la ubicación más probable para elementos con baja probabilidad se incluirá en las notas a los estados financieros.

Baja en cuentas

Finalmente, un cambio importante en este capítulo se relaciona con la baja en cuentas. Esta es un área que no había sido abordada en las otras versiones del marco conceptual.

El marco conceptual establece que la baja en cuentas debe tener como objetivo representar fielmente los siguientes casos:

a. los activos y pasivos retenidos después de la transacción u otro evento que condujo a la baja en cuentas (incluyendo cualquier activo o pasivo adquirido, incurrido o creado como parte de la transacción u otro evento), y

b. el cambio en los activos y pasivos de la entidad como resultado de esa transacción u otro evento.


https://actualicese.com/definicion-de-activo-y-pasivo-cambia-en-el-nuevo-marco-conceptual/?referer=email&campana=20200226&accion=click&utm_source=act_boletindiario&utm_medium=act_email&utm_campaign=act_boletincontenidos&utm_content=20200226_contable&MD5=415e8678af580f50598f653f78613c8d

El bienestar integral de sus trabajadores, el propósito para el 2020

Las compañías están llamadas a pasar de la mera producción de bienes y servicios, a gestionar su capital humano con políticas de desarrollo integral.


Gestionar el capital humano con políticas que contribuyan a desarrollar colaboradores felices y activos en sus comunidades redunda en la productividad empresarial y en el progreso del país.

Llegó el nuevo año y con él, grandes retos para las compañías de los diferentes sectores y tamaños. Aunque los expertos auguran un panorama positivo, para alcanzar los objetivos es fundamental que el sector empresarial continúe poniendo en el centro de su quehacer diario al ser humano y fortalezca su impacto en materia social, y en este propósito, un aliado clave son las cajas de compensación familiar, quienes se han posicionado como el brazo social de los empresarios y como sus socios estratégicos en la tarea de brindarles a los trabajadores acceso a soluciones de bienestar integral del más alto nivel.

El 2020 marca el inicio de una década en la que se volverá a hablar más de las personas que de la tecnología, ya que esta estará inmersa en todo. Asimismo, las compañías están llamadas a traspasar su función de la mera producción de bienes y servicios o la generación de empleo a gestionar su capital humano con políticas que contribuyan a desarrollar colaboradores felices y activos en sus comunidades, lo que a su vez redunda en la productividad empresarial y en el progreso del país. De igual manera, otro de los retos que tienen las compañías es extender los beneficios de sus planes de bienestar a los integrantes del núcleo familiar del trabajador, generando un impactando positivo en la sociedad en general.

Particularmente, Compensar, una de las cajas de compensación más jóvenes del país, lleva 41 años comprometida con ese propósito, y es así como cerró el 2019 con cerca de 96.000 empresas afiliadas, 85% de ellas pequeñas y medianas, y cerca de 2.800.000 trabajadores y beneficiarios afiliados, además de 1.600.000 afiliados en Salud e impacta cada año a cerca de 4.500.000 personas, entre población afiliada y no afiliada, a través de su plataforma integral de servicios, que contempla salud, vivienda, turismo, recreación, deporte, cultura, subsidios, educación, crédito social, entre otros programas y servicios.

En resumen, en la lista de retos y propósitos empresariales de este nuevo año es fundamental incluir la gestión el bienestar integral del capital humano de las compañías, considerado una de las ventajas competitivas que suscita mayores capacidades, en la medida que cuando se logran articular los objetivos colectivos con los individuales es posible asegurar una proyección organizacional a largo plazo.



https://www.portafolio.co/negocios/el-bienestar-integral-de-sus-trabajadores-el-proposito-para-el-2020-537019