martes, mayo 30, 2023

Empresas deberán aportar a la restauración ecológica mediante la siembra de árboles

 


Aquí hablaremos sobre...

Medidas de restauración ecológica para las empresas.
Inicio de las actividades de restauración ecológica.
Certificación de las actividades de restauración ecológica.

El Congreso de la República expidió una ley con la cual estableció que las empresas deberán aportar a la restauración ecológica mediante la siembra de árboles en Colombia.

Conoce, a continuación, cómo deberá llevarse a cabo y en qué consiste esta nueva medida.

El Congreso de la República expidió la Ley 2173 del 30 de diciembre de 2021, la cual tiene como finalidad establecer la creación de áreas de vida en los municipios del país mediante la participación de la población en la restauración y conservación ecológica por medio de la siembra de árboles para la creación de bosques, esto con el trabajo conjunto de las empresas y otros actores.

En la siguiente infografía realizamos un recuento de las medidas de restauración ecológica dispuestas mediante esta ley para las empresas:


Al respecto, debe tenerse en cuenta que un área de vida es la zona definida y destinada por los municipios para los programas de restauración por medio de la siembra de árboles. Esta área comprenderá, preferiblemente, entre otros, los nacimientos de agua, rondas hídricas, humedales y zonas del sistema nacional de áreas protegidas.

Dentro de los programas de restauración ecológica será obligatoria la siembra de especies nativas que estimulen la recuperación y conservación de los ecosistemas, de acuerdo con las condiciones ambientales y ecológicas del territorio, manejadas bajo el principio de sostenibilidad en el uso de los recursos naturales.

Las secretarías de planeación establecerán las zonas de siembra con la finalidad de potenciar y restaurar zonas de importancia ecológica para el municipio, las cuales de acuerdo con la viabilidad técnica y social se podrán definir como zonas de protección ecológica.

Medidas de restauración ecológica para las empresas.

Mediante la ley en mención, se establece que las medianas y grandes empresas debidamente registradas en el país deberán desarrollar un programa de siembra de árboles, el cual deberá incorporarse en las medidas de gestión ambiental empresarial. En este sentido, se determina que estas empresas deberán sembrar mínimo dos (2) árboles por cada trabajador.

Para este propósito deben tenerse en cuenta las siguientes pautas: La empresa asumirá los costos del programa de siembra de árboles.

Los programas de restauración se diferencian de los requisitos ambientales establecidos para las actividades comerciales de las empresas que requieran licencia o trámite ambiental.

Las empresas que por razones de la pandemia hayan tenido que cerrar sus actividades, pero logren reactivarse, tendrán un período de transición para cumplir con este programa debiendo cumplir sus disposiciones un (1) año después de la entrada en vigor de este.

Las empresas que por estar disueltas, liquidadas, inactivas o en fase de salvamento no puedan cumplir estas disposiciones deberán presentar el certificado que lo demuestre y así quedar exentas.

Las jornadas de restauración serán actividades internas de las empresas, por lo tanto, deberán realizarse en horarios laborales, cumplir con los protocolos de seguridad ocupacional y demás requisitos de ley.

Por su parte, se establece en igual sentido que las micro y pequeñas empresas podrán de manera voluntaria adelantar jornadas de restauración mediante la siembra de árboles.

Inicio de las actividades de restauración ecológica.

Se indica mediante esta nueva disposición normativa que el programa de siembra de árboles deberá ejecutarse anualmente a partir del año 2023. A su vez, se establece que las secretarías de planeación podrán establecer un calendario opcional para que las empresas celebren jornadas de siembra con participación de la comunidad y las instituciones.

Certificación de las actividades de restauración ecológica.

Las secretarías municipales de ambiente o de planeación expedirán el certificado “Siembra vida empresarial” a las empresas que hayan cumplido con las disposiciones de esta ley. Este certificado no tendrá ningún costo y será virtual.

Por último, conviene mencionar que, según indica la ley, la restauración que se realizará mediante la siembra de árboles no será para aprovechamiento maderable comercial.

Unicornios, no es cuento de niños

 Los unicornios requieren de mucho capital para poder crecer y ganar participación de mercado.


Cuando mi hija menor tenía 5 años le encantaba ir a la casa de su tía a jugar con sus primas. El lugar contaba con una vista privilegiada sobre los valles de Risaralda y del Cauca, ubicado en el sector de cerritos en Pereira. Cuando le preguntaba a María del Mar qué era lo que más le gustaba de ir, me contestaba sin titubear que obviamente era por los unicornios que se veían allí, pues habían visto uno.

Con esa misma esperanza con que mi hija pasaba los domingos tratando de ver unicornios, escuché por varios años a amigos inversionistas y comisionistas de bolsa, hablando -con creencia casi religiosa-, de qué tal o cual compañía sería el próximo Unicornio colombiano o mejor aún, ¡latinoamericano!.

Un día pregunté, ¿qué es un unicornio? “Pues un caballo con un cuerno de colores que además es mágico”, me contestó mi hija. “Pues un emprendimiento en etapa temprana, pero con valoración por encima de los US$1.000 millones, resultante de varias rondas de inversión de capital”, me dijeron mis amigos.

¿Y de qué viven? volví a preguntar. “Pues viven y crecen de esa plata que entra principalmente como inversiones de capital y en algunos casos como préstamos bancarios”.

Entonces, afirmé, imagino que genera muchas utilidades, para poder pagar los créditos y recompensar a los inversionistas. Pues no, ¡pero eso no es lo importante!, recibí como respuesta.

Ah, ¡fíjate tú!, contesté yo. Por favor ¿me explicas? “Sí, lo importante es que se gane participación de mercado, lo que a su vez impulsa el precio de la acción. Después se lista la compañía en una bolsa de valores y se lanza una oferta pública de acciones, de forma que los fundadores e inversionistas tempranos tengan su retorno, y ahí si todos ganamos”.

Es decir, ¿cuando el unicornio ya está generando ganancias? “No necesariamente, no has entendido el punto”, me fustigaron. “Ah ver te explico, ¿Has oído hablar de Netflix o Uber?”. Dándome cuenta de que ya me consideraban un troglodita, dejé que expusiera el ejemplo, con el cual entendí perfectamente, o eso creo.

Los unicornios requieren de mucho capital para poder crecer y ganar participación de mercado. Ese capital usualmente provenía de inversionistas ávidos de retornos más altos que los que durante décadas se obtenían en los mercados de deuda. Ahora con una inflación al alza, producto en gran parte por los estragos que la pandemia causó en las cadenas de producción, los bancos centrales, FED y demás suben tasas para tratar de controlar la tendencia alcista.

Es decir, esos inversionistas que hacían fila para invertir en unicornios, prefieren ahora las comodidades de tasas relativamente altas y con bajo riesgo que ofrece un bono del tesoro americano u otros bonos soberanos.

Ahora sí mágicamente, ese tierno unicornio se convierte en un ser medio muerto medio vivo, que necesita permanentes inyecciones de dinero para poder deambular en su intento de consolidarse, listarse en bolsa y adelantar la anhelada oferta pública de acciones; pero esta vez, los recursos vienen principalmente en forma de deuda que toca pagar y con intereses.

Con esta nueva realidad, las manadas de caballos míticos, empiezan a desaparecer tan rápido como mi hija pasó de querer ver unicornios, a ver videos de Shakira bailando en YouTube, algo un poco más real y ya no cuento de niños.