martes, septiembre 08, 2020

Directores financieros, su rol de maximizar el valor de las compañías en medio de la pandemia



Para Kevin Dancey, CEO de IFAC, los directores financieros deben tomar acciones a corto plazo para mantener las empresas en funcionamiento y a las personas en nómina.

Roberto De la Vega afirma que el director financiero es la mano derecha del CEO, ya que ayuda a definir hacia dónde va la organización.

Hoy por hoy el papel del director financiero –CFO, por sus siglas en inglés– ha cobrado una relevancia trascendental. Su objetivo no es solo administrar, planear y controlar, sino el de maximizar el valor de la compañía. Para lograrlo ha transformado su rol, no solo siendo un estratega, sino yendo más allá de los números de la organización.

En medio de un ambiente permeado por la pandemia, muchas empresas han dejado de lado todos los procesos de evolución e innovación, por la preocupación latente sobre cómo ser eficientes en el momento. Sin embargo, la visión del CFO debe enfocarse en el largo plazo si quiere maximizar el valor de la compañía.

«Debe ser interfuncional en su rol, no quedarse exclusivamente en su función financiera, sino emplearla para convertirse en un agente de cambio», afirma Roberto De la Vega, director de posgrados del Colegio de Estudios Superiores de Administración –Cesa–.

Kevin Dancey, CEO de IFAC, en su columna de opinión How CFOs can lead through the coronavirus crisis — and beyond, indica que los directores financieros, con la incertidumbre que se presenta hoy, tienen la oportunidad de demostrar que sus organizaciones están sirviendo a clientes, empleados y accionistas de forma responsable, así como protegiendo sus marcas en el proceso.

«Las empresas necesitan inversores y clientes para reconocer su confianza y liderazgo en medio de tanta interrupción. Lograr la confianza requiere una comunicación clara y efectiva, en gran parte orientada hacia el futuro, a los interesados ​​internos y externos. El director financiero es crítico para este proceso», aconseja el líder de IFAC.

Dancey afirma que los directores financieros deberán tomar acciones a corto plazo para mantener las empresas en funcionamiento y a las personas en la nómina.

«El flujo de caja, la liquidez y las cadenas de suministro serán problemas inmediatos. Pero la creación de valor a largo plazo debe permanecer en la cima de la agenda», aconseja.

Cambiar el enfoque de contabilizar el balance general a contabilizar la creación de valor será una pieza fundamental para navegar en esta crisis. Además de sus obligaciones financieras, los directores financieros deben servir como socios comerciales en todas las partes de la organización.

Deben comprender y abordar los factores que impulsarán la supervivencia y la creación de valor en el futuro, incluidas las personas, los clientes, las cadenas de suministro y los flujos de efectivo.

«COVID-19 es la crisis de hoy, de mañana y de los próximos meses. Vidas y medios de vida están en juego. Y a medida que la demanda cae en grandes sectores de la economía, las cadenas de suministro se vuelven locas y la liquidez se evapora, la próxima semana, y mucho menos el próximo trimestre, son algo seguro para una gran cantidad de organizaciones», afirma Dancey.
Funciones del CFO

Para él, el CFO debe ser carismático, una persona capaz de ayudar a definir hacia dónde tiene que ir la organización y compartir el rumbo definido. «Debe tener visión», dice De la Vega.
Acompañar la definición de la estrategia, la cual implica liderar el avance hacia la digitalización y la automatización.
En el modo tradicional, el CFO es asociado con la figura del controller. Hoy, más que business partner, debe ser un business challenger: cuestionando permanentemente el statu quo de la operación para crear valor, modificando la manera como opera la organización, convirtiéndose en catalizador del cambio.
Mientras el CFO de antes estaba tras los reportes de tesorería, contabilidad y gestión del riesgo, su nuevo rol debe acompañar la estrategia corporativa, gerenciar relaciones con la junta directiva y formar parte de la gestión de la ciberseguridad.
El CFO se convierte en la mano derecha del CEO, ya que ayuda a definir hacia dónde va la organización y comparte su propósito.
¿Cuáles son sus principales retos y desafíos?
“CFO debe alejarse de la visión cortoplacista de la habitual presentación de resultados, para enfocarse en el largo plazo para generar valor”

Desde el punto de vista de De la Vega, el CFO debe alejarse de la visión cortoplacista de la habitual presentación de resultados, para enfocarse en el largo plazo para generar valor.

De igual forma, pensar de manera prospectiva, lo que le obliga a interiorizar nuevas capacidades. Esto es, ser cómplice de las nuevas tecnologías, en particular de herramientas de analítica avanzada, útiles para entender lo que pasa y anticiparse.

Por supuesto, enfocarse en el liderazgo es el pilar para saber acompañar y socializar la estrategia. «Este no basta con la sinergia entre la gente, los procesos y la tecnología», advierte.
Dimensiones del ser para el nuevo CFO

Uno de los objetivos de la alta gerencia, afirma Roberto De la Vega, es crear cultura.

«De allí que el pensamiento creativo, estratégico y, sobre todo, la persuasión, son tres variables claves dentro de la ecuación del cambio. La transformación es un viaje, y el CFO debe tener la capacidad de convencer para ser acompañado en esa transición de la empresa», indica.

La curiosidad es indispensable para este profesional, pues le permite cuestionar lo que pasa en el entorno, saber cómo y con quiénes relacionarse, y hacer que las cosas pasen.

«Finalmente, flexibilidad. La pandemia demostró cuán inoperantes pueden resultar los presupuestos proyectados. Por ende, y ante la incertidumbre, el CFO debe afrontarla mapeando escenarios probables para saber cómo responder con efectividad», concluye.

Con un Código de Comercio obsoleto comienza el problema de la revisoría fiscal


Flor Stella Quiroga indica que actualizar el Código de Comercio es fundamental para modernizar la revisoría fiscal.

El revisor fiscal tiene que cumplir con tareas de aseguramiento y de no aseguramiento, además de todos los requerimientos que le solicitan, sin una remuneración justa.

Flor Stella Quiroga, presidenta del Colegio de Contadores Públicos de Colombia –Conpucol–, destacó en #CharlasConActualícese que desde semanas atrás, y a través de las redes sociales, se habla de reformar la profesión.

Por su parte, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP– viene realizando convocatorias para que los profesionales contables, las universidades y las instituciones locales y departamentales se congreguen en mesas de trabajo regionales para que este fin sea una realidad.

«Con lo anterior queda claro que la profesión tiene una necesidad. Conpucol también está participando en las convocatorias y mesas de trabajo. Esto es un proceso abierto que ilustra que la profesión hoy por hoy tiene una necesidad», indica esta contadora pública, magíster en Ciencias Administrativas, especialista en Control a la Gestión y Revisoría Fiscal, en Gerencia de Impuestos, Pedagogía y Docencia.

Para ella está claro que la contaduría pública necesita modernizarse, lo que se ha convertido en un reto para que esta pueda sobrevivir.

Para que la revisoría fiscal sobreviva debe modernizarse

Frente a la revisoría fiscal, siendo esta una expresión de la contaduría pública, opina que también requiere una modernización.

«Si queremos que ella sobreviva, por lo menos se debe actualizar para preservar su función de confianza, para mantener su atractivo y aprecio social», afirma.

Eso sí, tiene claro que hablar de modernización de la revisoría fiscal no es fácil, porque todos los actores involucrados en este tema deben estar plenamente convencidos de que si algo se debe modernizar es porque no está a la vanguardia.

«La revisoría fiscal presenta atrasos y obsolescencia, lo que en algún momento afectará a quienes la ejercen, como a las empresas, el Estado y a terceros», puntualiza.
“Quiroga expresa que hablar de revisoría fiscal es complejo y piensa que para la mayoría de los contadores este tema es desconocido”

Quiroga expresa que hablar de revisoría fiscal es complejo y piensa que para la mayoría de los contadores este tema es desconocido.

«No sabemos lo que es, no sabemos lo que hace. A lo mejor nosotros como contadores no hemos estudiado a profundidad su alcance, sus herramientas», enfatiza.

Sin embargo, es una práctica que hoy se ejerce sin que medie una exigencia más allá del título profesional de contador público, lo que ocasiona que hablar de modernización sea complejo.
Código de Comercio es obsoleto y se quedó estático

Según esta especialista, si se quiere modernizar el Código hay que identificar en dónde está el problema. Un primer problema está en que se cuenta con una norma superior que legisla la función de la revisoría fiscal, que fue redactada en un contexto socioeconómico que respondía perfectamente a las necesidades de la empresa de esa época.

«En el año 1971 se emitió el Decreto 410 y se redactó el Código de Comercio, y los artículos 203 al 217, donde se sustenta el ejercicio de la revisoría fiscal. En este articulado se conservaron muchas ideas de lo que era la revisoría fiscal; estamos hablando de 40 años atrás», explica.

Es así como con el Código de Comercio empieza el problema.

«Entre 1971 y 2020 han pasado muchos años con el mismo Código de Comercio. En todo este tiempo han sido emitidas normas que han trascendido dicha norma superior, porque el contexto ha cambiado», explica.

El ejercicio que efectuaba años atrás el revisor fiscal no es el mismo que debe ejercer hoy, porque las necesidades de las empresas han cambiado totalmente.

Por eso insiste en que el Código de Comercio es obsoleto y se quedó estático, ya no responde a las necesidades del momento, lo que es razón suficiente para indicar que este es un punto de quiebre para modernizar y actualizar la norma superior, teniendo en cuenta las normas que se han emitido recientemente.
Doble función sin remuneración justa

Un segundo problema que identifica Quiroga es que el revisor fiscal hoy tiene una doble función que vincula tareas de aseguramiento y otras de no aseguramiento.

«Dos funciones en una sola, además de los crecientes desbordes de pedidos y solicitudes que hacen sobre certificaciones que hay que expedir a los órganos de control y vigilancia. Con todo esto se generan amenazas al principio de independencia de los revisores fiscales», recalca.

Este principio no es solo una exigencia ética, sino que es fundamental, porque tiene la finalidad de aumentar la confianza que se puede depositar en la información que se audita. Sin independencia es imposible pensar que el auditor pueda auditar.

«La anterior cantidad de solicitudes y requerimientos hace que se presente un desequilibrio económico. Un costo que asumen las empresas y no las entidades que realizan las solicitudes. Por un lado, hay exceso de trabajo y de funciones, pero no se presenta un ajuste en la remuneración», concluye.

Los bancos más cercanos y más lejanos a la tasa de usura de 27,53% en septiembre

Coopcentral, con un interés promedio de 13,08%, es la entidad con la menor tarifa. Está 14,36 puntos por debajo de la usura

Para septiembre, la Superintendencia Financiera certificó que la tasa de usura para los créditos de consumo, que es el interés máximo que un banco o entidad crediticia puede cobrar en sus productos de financiación, será de 27,53%. La nueva tasa certificada por la entidad se traduce en un aumento 0,09 puntos porcentuales, con respecto al dato de agosto, momento en el que se ubicó en 27,44%.


Esta es la tercera vez que la tasa de usura sube en lo corrido del año, ya que para febrero aumentó en 43 pbs y para agosto registró un alza de 26 pbs.

Al 21 de agoto, la tasa promedio total que maneja la banca es de 25,55%, es decir 1,89 puntos por debajo de la usura para septiembre. Sobre esto, Alfredo Barragán, experto en banca de la Universidad de los Andes, explicó que "los bancos aún no han trasladado los menores costos de fondeo en su intento de aumentar provisiones de cartera previendo alto deterioro. A esto se le suma que tampoco hay desembolsos de crédito a tasas más bajas que hagan que pondere las tasas hacia abajo".

En línea con lo anterior, Barragán añadió que al no haber en este momento desembolsos que ponderen hacia abajo la tasa, entonces se mantiene la original de los créditos que están en periodos de gracia. Además, los bancos deberían apostarle a que los usuarios van a pagar, así no solo el sistema ganaría, sino los consumidores, añadió el experto.

Teniendo en cuenta la reciente certificación de la tasa de usura, LR realizó un listado con los bancos comerciales con mayores y menores tasas en el mercado, en el segmento de consumo para tarjetas de crédito.

La entidad con la mejor tarifa en el sistema es Coopcentral, con un interés promedio de 13,08% y cerca de 14,36 puntos porcentuales por debajo de la usura. Cerrando el top cinco de las entidades con las tasas más bajas se encuentran Banco GNB Sudameris, con 20,70%; Banco de Occidente, con 21,11%; Bancoomeva, con 21,93% y Banco Popular, con 22,58%.

Mientras que los bancos que tienen las tasas más altas y más cerca de la usura son Colpatria Red Multibanca (27,34%), Bbva Colombia (26,98%), Bancolombia (26,16%), Banco Serfinansa (26,93%) y Davivienda (25,61%), tal como se muestra en el gráfico.

Las otras tasas certificadas vigentes
De acuerdo con la publicación compartida por la Superintendencia Financiera, en desarrollo de sus atribuciones legales y reglamentarias, mediante las Resoluciones 0605 de 2020 y 1293 de 2019 certificaron el interés bancario corriente para las modalidades de microcrédito y consumo de bajo monto, los cuales se ubicaron en 34,16% y 34,18%, respectivamente.