Minhacienda se muestra optimista por posibles efectos en las cuentas del Gobierno. Analistas ven que podría aumentar el recaudo e impulsar el consumo.
BIENVENIDOS AL PORTAL TRIBUTARIO, CONTABLE Y LEGAL. BRINDAMOS CONSULTORIAS Y ASESORIAS INTEGRALES EN TRIBUTARIAS, AUDITORIAS, CONTABLES, Y LEGALES.DE COBERTURA REGIONAL Y NACIONAL. SOMOS UNA FIRMA COLOMBIANA, CON MAS DE 24 AÑOS.NUESTRO PRINCIPAL OBJETIVO BRINDAR UN SERVICIO ENMARCADO EN OPORTUNIDAD, CALIDAD, RESPONSABILIDAD Y CUMPLIMIENTO DE NORMAS, EN BENEFICIO DE NUESTROS CLIENTES.Y SE TRADUZCA EN GENERACION DE RESULTADOS FINANCIEROS Y REMUNERACIONES COMPETITIVAS CON NUESTROS COLABORADORES.
martes, enero 18, 2022
Recuperación del PIB llevaría al déficit fiscal debajo de 8,6 %
Algunas de las revisiones al alza sobre el PIB han sido: Credicorp Capital (9,5 %), Fedesarrollo (9,5 %), BBVA Research (9,2 %), Bancolombia (10 %) y XP Investments (9,7 )%.
La recuperación en varios indicadores ha hecho que las perspectivas para el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia en 2021 estén siendo revisadas al alza por varios organismos y entidades.
Entre los más recientes están Credicorp Capital (9,5 %), Fedesarrollo (9,5 %), BBVA Research (9,2 %), pero otros han hecho apuestas aún más altas por el crecimiento de este año, como Bancolombia con 10 % y XP Investments, con 9,7 %. Y esta ola de optimismo podría traer otros vientos de cola, pues la reactivación podría hacer que el desbalance entre ingresos y gastos del gobierno termine siendo inferior a las expectativas iniciales.
“Ese mayor valor de expectativas podría reflejarse en materia fiscal. Podría haber una sorpresa positiva en lo fiscal y eso, más el crecimiento de la economía, son buenas noticias”, dijo justamente el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, la semana pasada durante un evento organizado por Asobancaria. Los analistas también están viendo esta posibilidad dentro de sus proyecciones.
María Claudia Llanes, economista de BBVA Research para Colombia, explicó que la mayor dinámica de la economía “se refleja en un mayor recaudo de impuestos en la medida en que, por ejemplo, el mayor consumo redunda en un mayor pago de impuestos indirectos como el IVA y el impuesto al consumo”, así como también, la mayor generación de ingresos por parte de las empresas pueden incrementar el recaudo de impuestos directos como la retención de renta.
Llanes destacó también que el Gobierno ha venido anunciando que los niveles de recaudo neto acumulados a septiembre de 2021 se encuentran por encima de los incorporados en sus cuentas fiscales, que suponen un crecimiento económico de 6% para 2021, y que según el Gobierno, el recaudo neto creció en 22% nominal en el acumulado a septiembre de 2021 frente al mismo periodo del año pasado, mientras que en los cálculos se preveía un incremento de 16%.
“En estas condiciones, consideramos que los ingresos tributarios para 2021 serán mayores a los esperados por el Gobierno en su marco fiscal de mediano plazo y mayores a los que teníamos nosotros hace unos meses. De igual forma, nuestro escenario supone un gasto menor al esperado por el Gobierno en 2021”, aseguró la economista, quien sostuvo que el déficit fiscal podría rondar entonces el 8% del PIB y no el 8,6% que se esperaba originalmente en las cuentas fiscales del Gobierno.
Por el lado de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de la entidad, sostuvo que “en efecto, el aumento en el crecimiento aumenta el recaudo, pero ese efecto se materializa especialmente a partir del próximo año, cuando se hace el pago de renta por parte de las empresas. Igual pasa con el precio del petróleo”.
Aunque el centro de estudios económicos elevó 2,3 puntos porcentuales su proyección, que previamente estaba en 7,2%, destacó que si bien la economía colombiana continuaría con una senda creciente en lo que resta del año, las tasas de crecimiento anuales serían cada vez más moderadas ante el menor efecto estadístico de los últimos meses de 2020.
De hecho, otras revisiones de las proyecciones, aunque más prudentes, también ven un buen panorama fiscal, pero para el próximo año, como es el caso de la calificadora Fitch, que proyecta para 2021 un PIB en 7,9%.
Richard Francis, líder de la calificadora para Colombia, mencionó en días pasados a Portafolio que desde la entidad ven “el déficit fiscal en cerca del 7% del PIB en 2022 y la deuda aumentará gradualmente el próximo año hasta el 62% del PIB”, esto mientras también se materializan los resultados de la reforma tributaria aprobada recientemente.
A pesar de esto, y que el ministro de Hacienda reconoció que Colombia “está demostrando crecer por encima de lo que tiene la posibilidad como país”, dijo también que: “Sostengo la proyección del 6% y otra cifra debe ser estudiada. Los analistas hablan por encima del 6. El promedio de expectativas ha venido creciendo. Evaluaremos esa circunstancia para ver si hay que hacer un ajuste”.
PANORAMA FISCAL
Hace cerca de un mes el Comité Consultivo de la Regla Fiscal celebró una reunión en la que analizó las cifras macroeconómicas y fiscales observadas en lo corrido de 2021 y el Ministerio presentó los principales elementos aprobados en la tributaria.
Tras el encuentro, el Comité indicó que “concuerda con el Ministerio en que los buenos resultados macroeconómicos deberían verse reflejados en una mejora del balance fiscal en 2021 y, por consiguiente, en una deuda pública como porcentaje del PIB inferior a la proyectada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo”.
Para ese entonces el Ministerio de Hacienda aseguró que era "deseable cerrar el año con un déficit inferior al 8,6% del PIB que fue planteado como meta para 2021 en el Marco Fiscal de Mediano Plazo”, pero tras el encuentro el ministro de Hacienda ha mencionado en declaraciones públicas que “de darse una tasa de crecimiento mayor pueda la tasa de déficit fiscal reducirse al 8,4% u 8,2%”, comportamiento que seguirá evaluando esa cartera.
Cómo afectó la pandemia la inclusión financiera empresarial en el país
La emergencia sanitaria redujo el acceso y uso de los productos de depósito de las empresas. La penetración del crédito todavía resulta muy baja.
La proporción de firmas que tenían por lo menos un producto financiero activo cayó del 61,3% al 57,8%, una reducción de 3,5 p.p.
Los sucesos derivados de la pandemia generada por el Covid-19 contribuyeron, en gran parte, a que la economía colombiana afrontara su peor desempeño histórico en 2020.
En efecto, el PIB real se contrajo un 6,8 % durante este periodo. Además, se produjo un debilitamiento en la capacidad adquisitiva de los hogares debido al aumento en la tasa de desempleo que cerró el año en 13,4 %, 3,7 puntos porcentuales (p.p) más que en 2019.
Al entender la necesidad de evaluar los efectos que esta coyuntura tuvo sobre la dinámica de acceso a productos de depósito y crédito de las empresas colombianas, el equipo de análisis económico de Banca de las Oportunidades, con la colaboración de Confecámaras, presentó recientemente el reporte “Inclusión financiera empresarial en Colombia 2019-2020”.
En este documento se utilizó la información del Registro Único Empresarial y Social de Confecámaras (RUES), que se cruzó con los datos de tenencia de productos financieros de la central de información TransUnion. El análisis permitió calcular datos diferenciados por tamaño, actividad económica y antigüedad de firmas que contaban con cierto grado de formalidad. Además, se tuvieron en cuenta solamente las unidades económicas que se encontraban bajo la figura de personas jurídicas.
PRINCIPALES HALLAZGOS
El porcentaje de personas jurídicas que contaba con al menos un producto financiero se ubicó en el 65,1% al finalizar 2020, cifra que fue inferior en 4.0 p.p a la observada un año atrás. Entre tanto, la proporción de firmas que tenían por lo menos un producto financiero activo cayó del 61,3% al 57,8%, una reducción de 3,5 p.p.
Este descenso se explica por la caída que tuvo el acceso y uso de los productos de depósito por parte de las firmas entre 2019 y 2020. Por un lado, la proporción de firmas que tenía un producto de depósito se redujo del 68,7 al 64,8 %, mientras que la que poseía al menos uno activo disminuyó de 60,7% al 57,3%. En cambio, el acceso a productos crediticios se mantuvo prácticamente constante, ubicándose en 30,2%, cifra mayor en 0,1 p.p a la de 2019. Esto último no representa un resultado alentador, ya que indica que cerca del 70% de las empresas jurídicas no accedía el crédito.
Al analizar por tamaño se encontró una brecha significativa en la tenencia de productos financieros entre las empresas grandes y las pequeñas. De hecho, al finalizar 2020 solo el 55,9% de las microempresas tenía al menos un producto financiero y un 17,9% contaba con, por lo menos, un crédito. Dichas cifras, para el caso de las grandes empresas ascendían a más del 80% y 90%, respectivamente.
Con la antigüedad sucedió algo similar, ya que mientras más del 90% de las firmas de más de diez años de funcionamiento contaba con al menos un producto financiero, la cifra para las empresas con menos de dos años de operación fue inferior al 20%. Por último, a nivel de actividades económicas, pesa a que se evidenció un retroceso general en los datos de inclusión financiera, se halló que los indicadores más altos se encontraban en el sector salud, mientras que los peores los mostraba el sector de artes y entretenimiento.
REFLEXIONES FINALES
Monitorear constantemente las necesidades de financiamiento de las empresas colombianas permite generar diagnósticos integrales que contribuyen a afinar estrategias para fomentar el ingreso de estas al sistema financiero formal. Los datos del RUES de Confecámaras mostraron que la pandemia afectó negativamente los niveles de acceso y uso de los productos de depósito. Igualmente, se encontró que existe un reto en materia de profundizar la penetración de los productos de crédito en el grueso del empresariado colombiano.
En complemento de esto, se requiere explorar iniciativas que fomenten la utilización de productos alternativos de financiamiento que se ajusten de forma más adecuada a las necesidades de los microempresarios y de las firmas de menor antigüedad. Por ejemplo, herramientas como el factoring e incluso mecanismos de fondeo colaborativo y de capital semilla podrían contribuir en este frente.
Finalmente, es relevante generar información que permitan capturar la vulnerabilidad financiera que afecta a diferentes grupos de empresarios. Tal información permitiría estimar su capacidad de respuesta ante choques inesperados como los sucedidos recientemente y proponer metodologías para lograr una mitigación efectiva.
15 tips para mejorar la junta directiva de una empresa
Las juntas directivas son el máximo órgano de gobierno de una organización, aseguran el control y la supervisión de la dirección general y también establecen hacia dónde se dirige la empresa y cómo lograr su sostenibilidad a largo plazo.
Aunque un estudio de la Superintendencia de Sociedades revela que, de una muestra total de 5.572 compañías en Colombia, el 65,3% aseguró que cuentan con una junta directiva o un órgano equivalente, los especialistas señalan que pocas compañías en el país se pueden jactar de tener juntas con estándares de gobierno corporativo, es decir, aquellas en donde hay presencia de miembros independientes que pueden controvertir a la administración, en las que se planea de manera concienzuda el futuro de la compañía.
Esta percepción de los especialistas es confirmada por los escándalos empresariales internacionales como el colapso de Enron, Tyco, WorldCom y Stanford, y locales, como el descalabro de Interbolsa y de algunas firmas de libranzas, los sobrecostos en Reficar y los sobornos de Odebrecht, por citar algunos. Estos escenarios confirman la necesidad de contar con juntas directivas fuertes, éticas y profesionales que garanticen la perdurabilidad de los negocios y no un simple espacio de buenos amigos que aplauden todo lo que dice o hace la administración.
Es por esto por esto por lo que, en este artículo, daremos a conocer 15 tips para mejorar el funcionamiento y los resultados de las juntas directivas empresariales.
Composición
Es importante resaltar que no todas las sociedades deben tener una Junta Directiva. En Colombia, por ley la única que está obligada a conformar una Junta es la Sociedad Anónima. Esta debe tener un mínimo tres miembros con sus respectivos suplentes. Si se quiere tener una mayor cantidad de miembros es posible, pero debe ser un número impar.
En cuanto a la Sociedad Limitada y la Sociedad de Acciones Simplificada (SAS), estas no están obligadas a conformar Juntas Directivas, pero pueden hacerlo si lo consideran necesario. Para ellas, no hay un número determinado de miembros ni tiene que ser obligatoriamente un número impar.
La sugerencia es tener unos 4 directores, más el fundador. Lo mejor es que sea un número impar para las votaciones.
Se recomienda conformar la junta en una sociedad que no esté obligada a tenerla, en dos casos: si se necesita complementar o asesorar la toma de decisiones del gerente o bien como órgano de control que regule las funciones o decisiones administrativas.
2. Renovación
Para Francisco Javier Prada, Oficial de Gobierno Corporativo del International Finance Corporation (IFC) del Banco Mundial, “los cambios deben ser escalonados, no se trata de hacerlo por completo con todos los integrantes, un miembro de junta en Colombia permanece en su cargo 8.5 años en promedio, lo cual puede ser muy prolongado frente a las tendencias globales y las necesidades de renovación que están imponiendo los inversionistas, según las cuales cada vez se integran personas con mayor conocimiento en tecnología, más jóvenes, y cada vez más mujeres. A modo de ejemplo, la permanencia de un miembro de junta en el Reino Unido es de 4.4 años, y en la mayoría de los mercados desarrollados, inferior a 7 años”.
Muchas Juntas no tienen un plazo establecido para cada director pero, como buena práctica, se recomiendan unos 3 años y que pueda reelegirse.
3. Periodicidad de las reuniones
Las reuniones pueden variar, de forma mensual o, hasta una vez por cuatrimestre. Se recomiendan los siguientes temas:
Mensualmente: revisión del cumplimiento de los indicadores estratégicos, seguimiento al cumplimiento del presupuesto anual e indicadores financieros, verificación de disponibilidad de recursos para la ejecución de la estrategia.
Trimestralmente: seguimiento al plan estratégico; monitoreo de los riesgos estratégicos; seguimiento a la labor de control interno.
Semestralmente: monitoreo a los riesgos estratégicos; formación de sucesores potenciales de cargos clave.
Anualmente: aprobación de presupuesto; definición de riesgos estratégicos; modelos de remuneración de cargos clave; evaluación de su propia gestión (individual y grupal) y frente al cumplimiento del plan estratégico.
4. Duración de las reuniones
Recomendamos que las sesiones tengan una duración de 4 horas, no extendiéndose más allá de las 6 horas, para evitar el agotamiento en los asistentes.
5. Invitados a las reuniones
Muchas veces se comete el error de solo involucrar al CEO/Gerente de la empresa, pero una buena práctica es invitar a los otros líderes de la compañía cada cierto tiempo y que cada uno exponga el tema del cual ellos son responsables y así se va conociendo al equipo más de cerca.
6. Temas de las reuniones
Los temas por tratar en las reuniones de la junta directiva deben ser estratégicos, no se deben meter temas muy operativos. Una posible estructura puede ser:
Leer acta anterior y avances de acuerdos
Ver estados financieros
KPI principales (indicadores de éxito)
Proyecto estratégico #1
Proyecto estratégico #2.
Tema específico de algún área de la empresa. Ejemplo: nueva campaña para lanzamiento de un producto.
7. Cumplir la agenda y el tiempo de las reuniones
Una reunión de junta directiva no puede seguir la lógica de la efectividad de otros tipos de reuniones. Si bien sus tiempos no pueden ser interminables, el análisis de muchos temas requiere de maduración.
La dificultad radica en fijar un orden del día de 8 o 10 puntos para evacuar en dos horas, dejando la decisión fuerte y trascendental en el punto de “Proposiciones y Varios”, cuando todos los miembros ya tienen la presión del reloj y deben partir.
Estas razones nos llevan a pensar que pasamos mucho tiempo pensando en la cara visible de la empresa: clientes, proveedores o empleados, y rara vez nos preguntamos cómo mejorar la cara invisible de la empresa, donde se gesta el éxito o el fracaso de esta: en su junta directiva.
8. Toma de decisiones
Tomar decisiones y asumir sus consecuencias es una función ineludible de toda junta directiva. Se deben asumir consecuencias como la de responder con el propio patrimonio ante actuaciones que perjudican a terceros (según el Código de Comercio Colombiano).
El consenso, como resultado concluyente de un debate, es la forma ideal de llegar a una decisión colectiva. Cuando no es posible decidir por consenso es legal acudir a la votación nominal por mayoría. Se espera que la minoría, así manifieste su desacuerdo (como está en derecho de hacerlo) acate la decisión ganadora.
9. Rendición de cuentas
Para establecer aquellos puntos que es importante fortalecer o complementar con un nuevo miembro, así como aquellos aspectos que pueden afectar la toma decisiones, o que estén impidiendo que sus integrantes desarrollen su potencial para generar valor a la compañía, debe existir un mecanismo y un periodo de evaluación para la Junta. Según lo manifiesta Francisco Javier Prada, Oficial de Gobierno Corporativo del International Finance Corporation (IFC) del Banco Mundial: “lo ideal es evaluar este organismo cada tres años y establecer las necesidades particulares del mismo, o cuando se han establecido cambios críticos en el negocio que demandan alteraciones en su dirección o en la propiedad de la compañía. De hecho, los estándares colombianos de gobierno corporativo para empresas listadas y cerradas efectúan esta recomendación”.
10. Gestión de posibles conflictos de interés
Si bien se presume la buena fe entre los consejeros, hay ocasiones en las cuales las conveniencias e intereses personales intentan primar sobre los colectivos. El disponer de un reglamento de funcionamiento de la junta es una acción preventiva para evitar o resolver favorablemente los conflictos de intereses. El reglamento señala los principios de actuación, las atribuciones, inhabilidades e incompatibilidades de los consejeros, los cuales deberán conocerlo en el proceso de inducción al integrarse a la junta. Cuando los conflictos se evaden o terminan primando los intereses particulares se mina la confianza mutua y el manejo ético de la junta.
11. Presupuesto
Es importante saber que la Junta Directiva (JD) es responsable de aprobar el presupuesto de la empresa. Este se debe elaborar al menos una vez al mes antes del inicio del período fiscal.
12. Deliberación ordenada y preparación de sus miembros
Los miembros deben estudiar, llegar preparados a la junta y contar con la experiencia necesaria.
Participar de una junta directiva es como dictar una clase. Es necesario preparar el tema, anticipar posibles preguntas que surjan en clase y, sobre todo, entender que hay una proporción entre la hora dictada y las horas de preparación.
Para las Juntas Directivas, es fundamental que el material se envíe con antelación y que los miembros se hagan preguntas sobre la compañía, el sector, el momento de la economía o las disyuntivas estratégicas por las que está atravesando la organización.
Ser miembro de junta es una tarea profesional de enorme responsabilidad. Es para personas ocupadas, inmersas en el mundo de la competitividad, estudiosas, reflexivas y con experiencia directiva.
13. Evitar las juntas “libreteadas”
Es usual ver a los gerentes preparar con mucho tiempo sus juntas, sus presentaciones y ensayar largas horas con su equipo de dirección para que todo quede con respuestas claras y precisas.
El error está en que el exceso del Power Point puede terminar ahogando la deliberación. Hoy en día, la gran amenaza para una buena junta directiva es la magistralidad de los gerentes.
John Smale, ex CEO de Procter and Gamble, describe esta situación de manera muy precisa: “Los miembros de junta directiva saben muy poco de la empresa y se quedan con lo que les cuentan sus directivos”. La razón es simple: es tal el volumen de información que no queda mucho espacio para hacer preguntas.
Como diría Charan: “los CEO quieren convertir las juntas directivas en un paseo triunfal para evitar, ante todo, las malas noticias y las dificultades.”
14. Nominación de miembros independientes y objetivos
Uno de los mecanismos para lograr este objetivo es el comité de nominaciones, puesto que gracias a este se evita que la selección de miembros obedezca a criterios como el ‘amiguismo’ o las referencias, y se dé más importancia a las dinámicas y necesidades estratégicas de la compañía.
Las malas prácticas desdibujan uno de los principales principios del gobierno corporativo: el deber de los miembros de junta de representar y defender los intereses de la empresa y sus accionistas como un todo.
Lo más valioso de tener una Junta Directiva es el apoyo adicional que tiene la empresa, y por lo tanto, las personas que la conforman deben ser personas con distintos talentos que agreguen valor estratégico para la organización en el momento y contexto actual.
La junta directiva debe ser capaz de tener un pensamiento disruptivo y de entender el negocio con visión prospectiva, pues al fin y al cabo, son quienes aprueban y supervisan el cumplimiento de la estrategia. La junta directiva tambien debe estar en capacidad de analizar el contexto y establecer sistemas robustos de administración de riesgos que puedan impactar a la organización. Según Page Executive, una junta debe alinearse con la cultura y el momento de la organización, y por esto también es muy importante que los procesos de inducción a los nuevos integrantes les permitan conocer adecuadamente la organización.
15. Construir colegialidad y unidad en las decisiones
Se requiere unidad de propósito, respeto y confianza. Es fundamental que en las juntas directivas las diferencias se vean desde la lógica de un gobierno colegiado, en donde una vez se ha tomado la decisión, así esta no sea compartida por todos, los miembros cierran filas y la apoyan.
En este artículo hemos visto 15 tips para mejorar la junta directiva de una empresa, esperamos que haya sido una lectura de provecho.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)