domingo, septiembre 24, 2017

SU PLAN DE NEGOCIO EN CUATRO PASOS

Uno de los primeros retos a los que se enfrenta el emprendedor es el de escribir un plan de negocio.
Lo primero que debes entender es para qué necesitas este plan. Quieres empezar un negocio, pero ¿es necesario dedicar tiempo y esfuerzos a escribir tus planes en un papel? ¿Tienes claro por qué lo escribes?
Hay dos razones para escribir un plan de negocio: reflexionar y comunicar.
Reflexionar quiere decir madurar la visión que te inspira. Quizás tienes una gran idea, pero al redactar el plan irás incluyendo nuevos elementos y descartando otros.
Comunicar, supone hacer partícipes a los demás de tu plan para que te aporten trabajo, financiación o mejoras.
Si quieres hacer un plan de negocio es recomendable que sigas el método ágil de iteraciones. En vez de ir completando sucesivamente módulos de plan (plan comercial, plan de operaciones, plan financiero…) empezarás con un esquema muy sencillo que posteriormente irás mejorando en cada iteración.
Cuando hablamos de “pasos” en realidad nos referimos a “iteraciones”. Una iteración es una vuelta, un repaso, una mejora sobre lo que habíamos hecho anteriormente.

La estructura del plan de negocio

En vez de la estructura tradicional del plan de negocio, segmentado en los módulos comercial, operaciones y financiero, usaremos una estructura diferente.
  • Fines: es lo que perseguimos con nuestro negocio.
  • Medios: es lo que usamos para conseguir los fines.
  • Influencias: son todos los elementos que afectan al resultado final.
  • Evaluaciones: es la forma que tenemos de comprobar si hemos alcanzado el objetivo planteado.
Una vez entendida cuál es la estructura del plan durante cada paso (revisión o iteración) vamos a analizarlos uno por uno.

Paso 1: la idea

La idea es un esquema sencillo de nuestro negocio.
Por ejemplo, si estamos creando una cafetería, nuestra idea se expresará así:
  • Visión (Fines): solucionar el problema de la falta de un local en el barrio donde poder tomar tranquilamente un café.
  • Misión (Medios): ofrecer la solución de un local tranquilo y distinguido donde tomar café selecto.
  • Influencias: población y nivel adquisitivo del barrio, competencia.
  • Evaluación: aquí podemos hacer un sencillo análisis DAFO que nos diga las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades de nuestra idea a grandes rasgos.
Una idea es por definición algo muy sencillo. Quiere capturar en pocas frases la esencia de tu negocio. Es fundamental hablar del problema y de la solución.
Cuando hables de los fines objetivos de tu empresa, no lo hagas en términos comparativos con la competencia sino en términos relativos al problema que está solucionando. Quizás quieres tener la mejor cafetería del barrio, pero este es un objetivo personal, no de tu negocio. En cambio, solucionar el problema de los usuarios que no disponen de un local adecuado para tomar café de calidad, ¡ese sí que es un objetivo de tu negocio!

Paso 2: el modelo

Una vez que tienes clara cuál es la idea de negocio, deberás desarrollar sus elementos.
  • Objetivos (Fines): la empresa busca satisfacer unas necesidades y por lo tanto tú deberás dimensionar el mercado al que te estás dirigiendo. Es importante que seas concreto, aunque sin llegar a un detalle máximo.
  • Servicios (Medios): ¿cuáles son los servicios que vas a dar? ¿Qué productos están asociados con esos servicios? En esta iteración es fundamental poder explicar con suficiente detalle no sólo los requerimientos de los servicios sino la forma en que serán implementados. Para ello no bastará con que describas el servicio de cara al cliente, sino que tendrás que especificar el detalle de los procesos internos que soportan esos servicios. Por ejemplo, necesitas describir cómo darás el servicio de atención a las mesas y cafetería, pero también cómo comprarás los suministros.
  • Detalle de influencias: ya no basta con citar las posibles influencias sino tener una descripción clara y detallada sobre qué posibles elementos intervendrán en el resultado final del negocio.
  • Evaluación: hacemos lo mismo que en la fase de idea, pero aportando detalle mayor de los riesgos, oportunidades, fortalezas y debilidades nuestra empresa.

Paso 3: escenarios.

Una vez tienes un modelo definido, es el momento de añadir escenarios basados en métricas. Las métricas son medidas de la actividad que quieres desarrollar. También iremos completando este paso siguiendo la secuencia Fines-Medios-Influencias-Evaluaciones que hemos aprendido.
  • Indicadores objetivo (Fines): ¿cuántos usuarios queremos atender? ¿qué porcentaje del mercado total supone? ¿cuál será el precio medio? ¿qué diferentes escenarios de ventas te planteas? ¿cuál sería el peor? ¿y el mejor?
  • Recursos (Medios): ¿qué activos necesitamos? ¿cómo será el perfil de nuestros empleados? ¿cuánto vamos a gastar en promoción? ¿y en personal?
  • Impacto en resultados (Influencias): si la climatología afecta a nuestro negocio ¿qué pasa si el año es muy cálido? Si la competencia crece un 10% ¿decrece nuestra cifra de negocio un 10%?
  • Cuentas financieras (Evaluación): finalmente, deberás calcular unos estados financieros previsionales. Es conveniente que sean sencillos. Lo óptimo es que se compongan de cuenta de resultados, balance y flujo de caja, pero, en muchas ocasiones basta con una cuenta de resultados. No te esmeres en el detalle, no vale la pena. Es más importante que calcules los diferentes escenarios.

Paso 4: Equipo

El dar los tres pasos anteriores te permite tener un plan de negocio flexible y estructurado que es útil para entender y mejorar tu negocio. Pero eso no basta. Cuando vayas a presentar a inversores, lo que te pedirán no es sólo un plan, sino una historia de negocio. No querrán palabras, sino hechos. Y no querrán conocer tu plan, ni tu modelo sino cómo serás capaz de ejecutarlo.
El elemento clave de la ejecución es el equipo. Si no eres capaz de generar la confianza en socios y colaboradores, tu negocio correrá un serio riesgo de desaparecer. Por eso, aunque no hayas identificado a las personas que finalmente colaborarán contigo, es importante que definas los roles y los criterios de selección.
Con estos cuatro pasos, podrás madurar tu idea y presentarla con éxito. Cada paso te servirá para revisar los anteriores, introducir mejoras y nuevas posibilidades. Un plan de negocio nunca es una definición estática de lo que pasará. Al contrario, es algo que irá cambiando y que te tienes que acostumbrar a hacer cada año. Cuantos antes te pongas manos a la obra, mucho mejor.