Plan de ajuste fiscal del Gobierno no fue suficiente para mantener la calificación de Fitch Ratings.
En los últimos 10 años, la deuda bruta del Gobierno ha pasado de estar en 30 a 60 por ciento, un nivel que según el ‘Marco fiscal de mediano plazo’ se mantendría en la próxima década y podría dejar vulnerable a Colombia ante choques externos como los ya vividos en la pandemia del covid-19 o en la caída de los precios internacionales del petróleo de 2014.
Esta fue una de las razones principales que llevaron a Fitch Ratings a sumarse a Standard & Poor’s y rebajarle la nota crediticia a Colombia de BBB- a BB+. Con ello, ya son dos las calificadoras de riesgo que le quitan el grado de inversión al país, y ya solo falta conocer cuál será la decisión de Moody’s.
Ello implica que, a los ojos de los inversionistas, Colombia tiene ahora más posibilidades de incumplir sus pagos, por lo que las tasas de interés a las que estos prestan dinero serán mayores. Por tanto, esta decisión repercutiría en los costos de endeudamiento tanto público como privado, al igual que impactaría en las tasas o en la inversión extranjera, entre otros.
Aunque la última vez que Colombia perdió el grado de inversión tardó 12 años en recuperarlo (se quedó sin él en la crisis financiera de 1999 y volvió a tenerlo en 2011), según el analista principal de calificaciones soberanas para Colombia de Fitch Ratings, Richard Francis, el país se podría demorar esta vez unos 7 años, es decir que no volvería a estar en este club hasta 2028.
“El promedio entre que un país pierde el grado de inversión y lo recupera es de 7 años. Nosotros queremos ver un ajuste fiscal que permita bajar la deuda en términos del PIB y ello requiere un nuevo esfuerzo, probablemente una nueva reforma tributaria para el próximo gobierno y un mayor crecimiento”, afirmó Francis en entrevista con EL TIEMPO.
Richard Francis, analista para Colombia de Fitch Ratings, dijo que el nivel de deuda actual es más del doble que en 2011.
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Fitch Ratings
La calificadora no esperó a que el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, presentara la nueva reforma tributaria el próximo 20 de julio para reconsiderar su decisión y analizó las cifras del ‘Marco fiscal de mediano plazo’, documento que traza la hoja de ruta de Colombia para los próximos años.
“El plan de ajuste fiscal presentado por el Gobierno es creíble, pero no es suficiente. Tener una deuda con respecto al PIB de 60 por ciento significa que Colombia puede pasar por otro choque en el futuro. Además, el déficit fiscal se amplió hasta 7,8 por ciento del PIB como resultado de la recesión por la pandemia”, indicó Francis.Impacto más fuerte en América Latina
Sobre el comentario del presidente Iván Duque en el sentido que las calificadoras no deberían juzgar a los países con los mismos criterios usados antes de la pandemia, Francis aseguró que estas lo que evalúan es la capacidad del Gobierno para pagar su deuda y que, en general, el covid-19 le pasó una mayor factura económica a esta región.
“América Latina ha sido más golpeada. Antes de la pandemia ya había problemas, por lo que el impacto fue mayor.También hemos bajado la nota en Chile o Panamá, y en otros países mantenemos la perspectiva negativa”, explicó el analista, y agregó que el paro nacional no tendría un impacto tan profundo como se preveía en un principio y que se revisó el pronóstico de crecimiento a 6,3 por ciento en 2021.
Afirmó que, hacia el futuro, ve riesgos para el plan de consolidación fiscal debido a la reforma tributaria. Esta es una propuesta que, según él, podría pasar más fácilmente porque los recursos vendrían mayoritariamente de las empresas y de los que más tienen. Sin embargo, advirtió que al ser un año electoral las cosas se podrían complicar. Además de que esos 14 billones de pesos que se quieren recaudar irán para tapar los nuevos gastos de programas sociales surgidos en la pandemia y, por tanto, el beneficio fiscal no se obtendría hasta 2023.
“La aprobación de cualquier reforma será difícil de lograr, dadas las crecientes presiones sociales, la baja popularidad del Gobierno y las próximas elecciones, tanto legislativas como presidenciales. En esta situación va a ser más difícil obtener reformas porque el Congreso está pensando en su futuro y nadie quiere incrementar impuestos antes de una elección”, indicó.
Respecto a la posible llegada a la presidencia de un candidato más afín a la izquierda, Francis dijo que habría que revisar cómo cambian las políticas, pero que alguien como Gustavo Petro podría llegar a ser diferente a Pedro Castillo en Perú.
“Al menos Petro fue alcalde y senador. Es un conocido que está dentro del sistema político, no es alguien que quiere romper el sistema. Lo veo menos riesgoso que otras cosas que están pasando en Chile, donde están cambiando la Constitución”, sostuvo.
También afirmó que hay incertidumbre por los activos que podría vender el Gobierno; sobre todo, ese plan para deshacerse de 7,1 billones de pesos para 2022. “El Gobierno va a vender ISA, pero dudamos que se puedan realizar el resto de ventas por ser un año electoral y no hay mucho tiempo”, advirtió.