Cuando se escucha la palabra auditoría o se menciona que un auditor va a estar en determinada compañía haciendo una revisión, de inmediato se perciben sensaciones como: afán, asombro, presión, dudas y en muchos casos miedo o temor. Sin embargo, siempre debe verse el lado positivo de efectuar una auditoría, y en este caso, para una auditoría financiera, se debe tener presente que lo más importante serán los resultados y las recomendaciones que se obtendrán.
¿Para qué sirve una auditoría financiera?
Tenga en cuenta que realizar una auditoría financiera permitirá la optimización de recursos, así como la mejora en los procesos internos de la organización y esto se reflejará en obtener unas cifras financieras lo más acorde posible a la realidad, lo que finalmente permitirá a los usuarios de la información una buena toma de decisiones.
Durante el proceso de una auditoría financiera se pueden evidenciar falencias en diversos puntos neurálgicos del cumplimiento legal de una organización como:
⦿ La implementación de facturación electrónica pues aún existen empresas que siguen aplicando modelos obsoletos y no permitidos por la normatividad actual.
⦿ Presentación extemporánea de impuestos.
⦿ Pagos tardíos de aportes a seguridad social.
⦿ La omisión en la presentación de información exógena en los que se incluyen la conciliación contable y fiscal de la declaración de renta.
Todo esto a la larga se verá reflejado en los estados financieros de la organización y podría conllevar a multas o sanciones que en algún momento deberán ser canceladas tanto a la DIAN como a la UGPP.
¿Auditoría interna o externa?
Para evitar las falencias comunes en una auditoría financiera, juega un rol muy importante tanto el contador de la organización como el revisor fiscal de esta, pues el primero es el encargado de certificar las cifras y el segundo deberá dictaminar y dar una opinión al respecto.
Cuando se trata de una auditoría realizada por un externo, esta dará una nueva perspectiva sobre el manejo que existe en el día a día, lo que, en muchos casos, determinará que es hora de efectuar cambios, inclusive la necesidad de hacer un relevo en la revisoría fiscal o del contador público.
Al tener en cuenta esta perspectiva, la larga lista de temas y falencias adscritas a una auditoría financiera, sobre las cuales se presentan distintos riesgos, tienen un potencial de oportunidad.