Orden de regreso a empleados oficiales vacunados y avances en inmunización, el primer paso.
Casi 15 meses después de que millones de colombianos se vieron obligados a confinarse, por cuenta de la pandemia, el país dio oficialmente el primer paso hacia el retorno a la presencialidad laboral: el Gobierno expidió, el 9 de junio, la directiva número 04, que ordena a servidores y colaboradores de entidades públicas retornar a sus oficinas.
La norma va en línea con la resolución 777 del Ministerio de Salud, que define los criterios para el desarrollo de actividades económicas y sociales y las medidas de bioseguridad que deben mantenerse en esta etapa de reactivación.
El retorno, sin embargo, no aplica automáticamente para todos los funcionarios del Estado. De momento, solo a aquellos que ya estén completamente vacunados contra el covid y cuyas ciudades, municipios y distritos cumplan con los criterios del Índice de Resiliencia Epidemiológica Municipal (Irem), construido a partir de tres indicadores: ritmo de vacunación, seroprevalencia del covid-19 y nivel de ocupación de camas UCI.
Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo de la Presidencia, insiste en que el retorno a los sitios de trabajo depende del estado de estas tres variables. Y cita como ejemplo el caso de Barranquilla: “Su nivel de ocupación de camas UCI es menor al 70 por ciento; es una de las ciudades que más ha avanzado en vacunación por 100.000 habitantes, y tiene un alto nivel de seroprevalencia, debido a los picos de covid por los que ya pasó. Así las cosas, puede hacer un retorno tranquilo a las oficinas”. E insiste en que deben cumplirse rigurosamente los protocolos de bioseguridad establecidos.
En ese orden de ideas, y teniendo en cuenta lo estipulado por la resolución 777, todo distrito o municipio cuya ocupación de UCI sea superior al 85 por ciento no puede autorizar el regreso de sus funcionarios a la presencialidad.
Eso quiere decir que ciudades como Bogotá, que tiene niveles de ocupación de camas UCI superiores al 90 por ciento, deben mantener todas las restricciones.
Muñoz estima que alrededor de 200.000 trabajadores del sector público, que han estado trabajando de manera remota, podrían verse cobijados por la directiva, “pero hay que insistir en que estos retornos se harán en fases y teniendo en cuenta el ciclo en el que se encuentren las ciudades”.
Diógenes Orjuela, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores, ve con preocupación la medida: “Teniendo en cuenta la situación crítica por la que está pasando el país por el covid, el Gobierno se vuelve a equivocar con decisiones como esta. El retorno no puede ser drástico, sino paulatino y sujeto a un análisis juicioso, desde lo médico y lo científico”. Y agrega: “El Gobierno prácticamente abandonó la política de aislamiento en el peor momento; luego tendrá que asumir las consecuencias de eso”.Rumbo a la flexibilidad
Dado este primer paso, es de esperar que el sector privado haga lo propio, más temprano que tarde y probablemente ceñido a los cambios profundos que la pandemia trajo a la forma de operar de la mayoría de las empresas.
Para PageGroup, firma especializada en la selección y reclutamiento de talento humano para compañías de todo el mundo, es claro que difícilmente estas volverán al modelo anterior a la pandemia.
Laura Franco, business partner de Recursos Humanos de la empresa, cree que, “de hecho, van a modificar sus rutinas y esquemas de trabajo y se adoptará un modelo flexible, en el que primará la modalidad virtual. En algunos escenarios se habla de una relación 50-50 entre presencial y trabajo en casa, pero es posible que este último aumente”.
Y añade: “Habrá que definir, eso sí, parámetros y reglas, pues también muchos empleados han afirmado que las jornadas se han extendido y los horarios hasta cierto punto se han desdibujado”.
Entre las razones que pueden inclinar la balanza hacia ese nuevo modelo señala, en primer lugar, el hecho de que el riesgo de infectarse con covid sigue siendo alto, aun cuando cada vez hay más personas vacunadas.
Ambos factores están en el centro del debate en torno al regreso a la presencialidad en países como Estados Unidos, que llevan la delantera en vacunación y reapertura de la economía.
A fines del año pasado, por ejemplo, el consorcio mundial de investigación de recursos humanos Best Practice Institute publicó los hallazgos iniciales de su estudio sobre el lugar de trabajo entre empleados de Estados Unidos; estos mostraron que mientras el 83 por ciento de los directores de las empresas quieren que los empleados vuelvan a la oficina, solo el 10 por ciento de los trabajadores indican que desean regresar tiempo completo, como antes de la pandemia.
En Colombia, la tendencia es similar. El año pasado, el Dane, en colaboración con Función Pública, Banco Mundial y el University College de Londres, dieron a conocer una encuesta hecha entre más de 153.000 servidores públicos y contratistas del Estado sobre trabajo remoto. Resulta llamativo que cerca del 68 por ciento esté de acuerdo con que sus entidades mantengan esta modalidad.
Juan Vicente Conde, miembro honorario de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo, advierte que si bien hay un gran número de personas que quieren seguir trabajando de manera remota, hay otras que necesitan retornar, así sea de manera parcial, por múltiples factores: “La gente está cansada de estar guardada y ha visto cómo la comunicación y la conexión con sus empresas se ha venido diluyendo; muchos, además, sufren soledad, agotamiento y afectaciones físicas y mentales, que están desatendidas”, dice.
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), afirma que en general las empresas siguen manteniendo un modelo flexible de trabajo, no solo por la situación epidemiológica sino porque el país aún no tiene un número importante de vacunados.
“Creo que en la medida en que se acelere la inmunización, se va a justificar también el avance en presencialidad; hay gran cantidad de cosas que hoy en día no suceden en las empresas debido a la virtualidad. Además, estamos viendo una tendencia importante de gente que quiere regresar”, afirma.
Mac Master también está convencido de que se avanzará hacia esquemas híbridos y flexibles, porque hay muchas actividades que pueden hacerse sin necesidad de estar en las oficinas.Recomendaciones para las empresas
Dadas las altas cifras de infección y muerte por covid en el país, la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo recomienda a las empresas mantener, por ahora, los esquema de trabajo en casa o a distancia, tanto como sea posible.
No obstante, consciente de que el retorno a la presencialidad será una realidad más temprano que tarde, sugiere a las compañías prepararse para garantizar el regreso seguro de sus trabajadores.
Eso incluye, de acuerdo con la Sociedad, adecuar las instalaciones a lo estipulado en los protocolos de bioseguridad; la idea es que se garanticen, por ejemplo, distanciamiento, ventilación, disposición de zonas de desinfección, señalética y entrega de kits de aseo personales.
Insiste en la importancia de generar una cultura de cuidado propio y colectivo.
Para la sociedad científica es conveniente retornar de manera gradual, empezando por aquellos que tengan vacunación completa.
Dado que entre la gente persiste el temor por el covid, propone escuchar y evaluar las sugerencias sobre bioseguridad aportadas por los trabajadores. Finalmente, recomienda adoptar modelos flexibles de trabajo. Este tema, como lo señala la ley del trabajo en casa, debe desarrollarse en consenso con los empleados.