miércoles, febrero 09, 2022

Los analistas prevén que el dólar se cotice a $3.968 en promedio durante esta semana

 


Según analistas consultados por LR, esta semana el dólar se va a cotizar en un promedio de $3.968, debido a que durante la semana pasada la atención estuvo centrada en las cifras del mercado laboral de Estados Unidos. En este país la tasa de desempleo subió levemente a 4%, aunque sorprendió el hecho de que las nóminas no agrícolas superaron las exceptivas del mercado y totalizaron 467.000 en enero.

Según Andrés Herrera Jiménez, vicepresidente de Inversiones de Colfondos, “los mercados se mantendrán cautos respecto a la posición de los bancos centrales, el escenario actual entre Rusia y Ucrania y la presentación de los indicadores macroeconómicos de las economías desarrolladas y emergentes”.

En cuanto a los factores locales, la volatilidad del mercado responderá a la presentación por parte del Ministerio de Hacienda del Plan Financiero 2022, el cual dio una guía a futuro de la economía colombiana, tanto en términos de déficit, como de crecimiento económico, mercado laboral e inflación.

Respecto al euro, se proyecta que toque los $4.510 en promedio gracias a que el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo su tasa de referencia inalterada y sostuvo su postura acomodaticia a pesar del fuerte comportamiento alcista de la inflación. Contrario a la posición del BCE, el Banco de Inglaterra (BoE) elevó su tasa de interés en 25 puntos básicos hasta 0,50%, en busca de controlar la inflación que cerró en el 2021 en 5,4%, el nivel más alto en 30 años y lejos del objetivo de 2%.

Por el lado en la Zona Euro se publicó los resultados del PIB del cuarto trimestre de 2021, donde la economía del bloque creció 0,3% trimestral y 4,6% anual. En lo corrido del año pasado aumentó 5,2%, un crecimiento moderado debido al aumento de contagios por covid-19, lo que llevó a restricciones de movilidad interrumpiendo la actividad económica.

El barril de petróleo estadounidense WTI llegará a los US$92,80 debido a que la semana estuvo respaldado por la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) de ceñirse a su estrategia de aumento gradual. Así mismo, se vería apoyado por la caída de la producción de EE. UU. nuevamente.

Edward Moya, analista de mercados de Oanda, aseguró que “los precios del crudo parecen tener un boleto de ida al petróleo de $100. Una explosión ártica también está interrumpiendo parte de la producción en Texas y eso está impulsando este último aumento de precios”.

El índice bursátil Msci Colcap subirá a los 1.521 puntos, consiguiendo una estabilización en medio de la recuperación de la pandemia y los avances en la nueva ronda de las segundas Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) presentadas por Sura y Nutresa.

Trayectoria de la deuda pública: ¿gasto SÍ e impuestos NO?

 

Tras el hundimiento del proyecto tributario, que juiciosamente había armado el equipo económico de Duque durante los últimos 6 meses, resulta útil analizar con algún detalle las posibles trayectorias de la relación Deuda Pública/PIB. Aquí contemplamos tres posibles alternativas: Caso A (continuar con el gasto social requerido por la pandemia, bordeando +2% del PIB, pero sin reforma tributaria que los sostenga); Caso B (recortar ese gasto social, dada la ausencia de mayores recursos tributarios); y Caso C (mantener ese gasto social, pero apoyados en un mayor recaudo tributario y en privatizaciones de empresas estatales).





Como veremos, aún el caso B (así no sea lo más prudente recortar el gasto social), Colombia tendría dificultades para contener la relación Deuda/PIB por debajo de 75% en 2024. Esto debido a: i) inflexibilidad del gasto a la baja en 90%; y ii) insuficiencia de recaudo. Se requiere incrementar recaudo en +3% del PIB, no simplemente en +1,5%, para poder estabilizar la deuda y elevar el gasto social.

El cuadro adjunto presenta la estructura presupuestal del gobierno central. Allí cabe resaltar lo siguiente frente a los ingresos tributarios. Estos cayeron de 14% a 13% del PIB en 2020 como resultado de las gabelas otorgadas a las empresas (Ley 2000 de 2020) y del impacto recesivo del Covid. En ausencia de reforma tributaria, estos se estabilizarían en 13,5% del PIB, aún si la economía lograra crecer en promedio a 3,5% real por año durante 2021-2024. Los ingresos no tributarios (utilidades del BR, Ecopetrol e ISA) también cayeron en 1% del PIB, pero se recuperarían para estabilizarse cerca de 1,7% del PIB hasta 2024.

Los gastos presupuestales se elevaron en 2% del PIB en 2020 como resultado de la pandemia, totalizando 23,1% del PIB y 24% del PIB en 2021. Aún si se moderara ese componente social en 2022-2024, el total no bajaría de 22% del PIB. En parte por el incremento del pago de intereses, pasando de 3% a 3,9% del PIB durante 2020-2024. Cabe señalar que estamos suponiendo que el deterioro en prima riesgo-país y mayor devaluación (5% anual), se estaría compensando con reducción en tasas de interés a nivel global. De esta manera, nuestras simulaciones mantienen la tasa de interés nominal en 4,7% anual en pesos (ponderando a 40% la deuda en dólares). Luego la razón por la cual sube el servicio de la deuda tiene que ver con el escalamiento en la relación Deuda/PIB.

En ese mismo cuadro se observa que, bajo el escenario A (No tributaria y Si gasto social), el déficit fiscal estaría elevándose de 4,9% del PIB en 2019 (incluyendo gastos Adres) a 7,9% en 2020 y 9,5% en 2021. Estos son prácticamente hechos cumplidos para 2019-2021, ya que el mayor gasto está aprobado y financiando por TES y multilaterales (FMI, Banco Mundial, BID, CAF). Cabe recordar que la tributaria nunca pretendió elevar el recaudo de 2021, sino en 2022-2024. Al estarse generando un balance primario cada vez más negativo (-2%, -5% y -6% del PIB durante 2019-2021), la deuda escala de forma significativa (62%, 64% y 69% del PIB durante ese mismo periodo). El requerido para haberla estabilizado en 62% era la generación de un primario de al menos +1%, luego la brecha respecto de ese objetivo se acerca a 7% del PIB.

Y, entonces, ¿Cuáles son los escenarios más probables para 2022-2024, partiéndose de una relación Deuda/PIB de 68% al finalizar 2021, en el mejor de los casos? Bajo el escenario A (No tributaria, Sí gasto social), esa relación Deuda/PIB escalaría de forma rápida hasta llegar a 82% del PIB en el 2024, donde claramente Colombia ya habría perdido su grado de inversión durante el segundo semestre de este 2021. Más aún, al no dar señales de “comportamiento fiscal responsable”, hasta tendríamos problemas de financiamiento durante 2022-2024, donde el propio FMI ha mencionado que el remanente de financiamiento por US$6.000 millones tendrá un carácter “contingente” en función del manejo fiscal y monetario de Colombia (ver Reporte del FMI de Abril del 2021).

Bajo el escenario B (No tributaria y No gasto Social), el endeudamiento logra atajarse a 74% del PIB en 2024. Pero no es difícil imaginar que el actual oleaje de protestas sociales seguiría al alza, pues los índices de pobreza seguramente habrían desbordado 45% de la población para 2024. Aún bajo este escenario de “errada austeridad” en lo social y en el componente de inversión productiva gubernamental, el mejor desempeño en el primario sería de solo -1,4% del PIB, todavía lejos de +1% del PIB. Esto deja claro que Colombia, dadas sus inflexibilidades presupuestales y sus necesidades sociales, tal vez no tiene alternativa diferente a la de insistir en reformas estructurales tributarias.

Por último, está el escenario C (Sí tributaria y Sí gasto social), donde se observa que la relación Deuda/PIB se elevaría de 68% hacia 76%, pero sin llegar al horrible +80% del escenario A. Bajo este escenario el comportamiento económico y social sería mucho más aceptable que bajo el escenario B, pues se estaría apoyando a los pobres y dando señales de querer alcanzar la estabilidad de la deuda. De hecho, el balance primario bajo este escenario C sería -1% del PIB, bajando desde -5% de 2021.

Inflación en enero fue 1,67% y llevó el dato anual a 6,94%

 Analistas esperan que las presiones en los precios se mantengan al menos en el primer trimestre. El efecto de tasas de interés tardaría en sentirse.



La inflación en enero no se relajó y por el contrario, se ubicó muy por encima de las expectativas del mercado. Con una variación mensual de 1,67% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que llevó el dato anual a 6,94%. Con este panorama, las previsiones del mercado y los analistas apuntan a que en los próximos meses seguirán las presiones y que en 2022, nuevamente, no se cumplirá el rango meta del Emisor.

El reporte entregado por el Dane el sábado reveló que en enero el rubro de los alimentos fue el que generó el mayor impulso en el IPC, con una contribución de 0,67 puntos porcentuales (pps) a la variación y un aumento mensual de 3,97%. Otras categorías con aportes importantes para la inflación fueron transporte (0,24 pps); restaurantes y hoteles, con 0,24 puntos; y alojamiento, agua, electricidad y gas, con 0,15 pps.

En cuanto a los mayores incrementos de precios en enero destacan las prendas de vestir y calzado, que registraron un aumento de 4,03% como resultado de la normalización en los precios tras las jornadas de días sin IVA de los últimos tres meses. Le siguen los alimentos y bebidas, con una variación de 3,79% en sus precios de enero.

En cuanto a la variación anual, los alimentos son la categoría que más aumentos en precios (19,94%), seguida por el rubro de restaurantes y hoteles, con una inflación de 10,73%.

LAS PREVISIONES

Las expectativas para la inflación indican que seguirá alta en los próximos meses. El último informe de política monetaria del Banco de la República señaló como la inflación anual seguiría sometida a presiones alcistas de magnitud y duración superiores a las contempladas hace unos meses. Pero además, con una presión por el aumento importante del salario mínimo y una indexación a una mayor tasa de inflación que vieron algunos precios al inicio de año.

Pese a ello, el Emisor sostuvo que algunas de las presiones deberían empezar a ceder a partir del segundo trimestre de 2022 lo que, junto con una política monetaria menos expansiva.

“Usualmente los dos primeros meses del año son los de más alta inflación, en enero suele haber crecimientos importantes en alimentos, restaurantes y en aquellos servicios con vinculación al salario mínimo, mientras que en febrero suele ser educación”, explicó Andrés Langebaek, director ejecutivo de investigaciones económicas del Grupo Bolívar-Davivienda.

Una postura similar es la de Andrés Pardo Amézquita, director de estrategia macroeconómica para América Latina de XP Investment, quien considera que “la inflación va a seguir subiendo por lo menos hasta marzo o abril”. Según el economista, a mediados de abril, y en mayo, “se comenzarán a ver seguramente unas correcciones un poco más importantes”, esto gracias al efecto base favorable sobre todo en alimentos, porque el año pasado, en mayo, estos aumentaron por efectos del paro.

LA POLÍTICA MONETARIA

Los bancos centrales de varios países del mundo han comenzado a tomar acciones para controlar la inflación por medio de incrementos en las tasas de interés, y para los expertos, esta podría ser la solución a la mano para ir frenando el avance en la inflación.
“El grueso de la política monetaria se va a disparar durante el primer semestre, entre más rápido se actúe, más rápido se pueden contener las presiones, pero sobretodo las expectativas, que es lo más peligroso”, indicó Wilson Tovar, gerente de investigaciones económicas de Acciones y Valores.

Sin embargo, Tovar recordó que la ventana de política monetaria puede tomar de 4 a 8 trimestres, y los efectos del alza de tasas puede irse a 18 meses adelante.

Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, mencionó como la inflación está teniendo un comportamiento más complejo de lo que se esperaba, y eso incide en las expectativas, pero reiteró que los efectos inflacionarios que se están viendo tanto local como globalmente se explican por choques de oferta y de demanda.

“Lo que son choques de demanda tienen que ver un poco con la recuperación económica, y con el desempleo, y eso se controla con el aumento de tasas que viene haciendo el Banco de la República, sin embargo los choques de oferta no hay cómo controlarlos, la única forma es produciendo más bienes y servicios a nivel global. Por ello, lo que ahora se puede hacer es incrementar las tasas para controlar parte del choque”, explicó.

Por su parte, Tovar recordó como en algún momento el gobierno de Álvaro Uribe intentó hacer un pacto con las centrales de abastos para evitar que los precios se desborden, “no sé si eso pueda funcionar hoy, en el pasado se han usado estas estrategias”, indicó.