jueves, agosto 25, 2022

Los efectos de la reforma en el sistema financiero, según Asobancaria

 Para Hernando José Gómez, presidente de la Asociación, es necesario volver a equilibrar la regla fiscal y reducir el déficit fiscal.



Hernando José Gómez, presidente Asobancaria

Comienza en Cartagena la edición 56 de la Convención Bancaria, ‘Construyendo oportunidades para todos’, el evento más importante del sistema financiero colombiano, que organiza la Asobancaria en el Centro de Convenciones Cartagena de Indias.

El evento servirá para que el sector financiero y privado, la academia y los gremios intercambien con el nuevo gobierno sus ideas sobre la forma como el sistema puede seguir aportando en el crecimiento de la economía e impulsar las políticas de la administración de Gustavo Petro, quien clausurará el evento el viernes.

Hernando José Gómez, presidente de Asobancaria, habló con Portafolio sobre los temas de la coyuntura actual.

¿Qué opina de la reforma tributaria?

La reforma es necesaria, pues es fundamental en momentos en que comenzamos el ciclo en su parte baja y se empieza a restringir la actividad económica. Es necesario mantener un balance macro y volver a equilibrar la regla fiscal y reducir el déficit fiscal.
La reforma está bien orientada, pues siempre hemos dicho que en Colombia el 80% de impuestos lo pagan las empresas y se espera que las personas de mayores ingresos aporten más.

Lo segundo que tiene de interesante es que trata de eliminar muchas exenciones de varios sectores de la economía, y es bueno el criterio del ministro José Antonio Ocampo, pues el Gobierno dijo que está dispuesto a discutir y si se prueba que el beneficio social de la exención es superior a la pérdida tributaria que tiene, y así se mantendría, pero si la pérdida de recaudo es mayor al beneficio social, pues hay que quitarla.

Nos preocupa la evasión, pues hay que pensar que los asalariados ya han pagado bastantes impuestos y tienen una tasa de tributación normal, aunque estoy de acuerdo en que haya más impuestos a mayores ingresos. Pero como hay tanta evasión, la reforma tributaria debería contemplar que se evite el sobreuso del efectivo, pues eso es fundamentalmente para evadir impuestos o para cometer delitos.

¿Qué más podría incluirse en la iniciativa?

Las grandes transacciones deben realizarse por medio de instrumentos financieros. Incluso, si se puede reducir el uso del efectivo habría espacio para recortar el 4 por 1.000 sin que se disminuya el recaudo por este impuesto, pues si se hacen más operaciones por el sistema financiero, estas permitirían el mayor recaudo a futuro. Hay que recordar que ese impuesto genera muchos incentivos a la desintermediación financiera.

Sobre el tema de la sobretasa al sistema, hemos expresado que estas son antitécnicas e inconvenientes porque pueden afectar la inversión en el sector, pero entendemos la situación fiscal del país y no creemos que este sea el momento de desmontar la sobretasas, pero queremos que sea temporal y no permanente, y eso va a ser parte del diálogo con el gobierno.

¿Hay temas que le gusten y no le gusten de esta reforma tributaria?

Son más o menos las visiones que acabo de expresar en el plano general. No quisiera entrar a polemizar sobre algún sector específico.

¿Cómo le fue al sistema financiero en el semestre?

Al sistema le va bien pues al país le va bien. Cuando se genera empleo y crecimiento a ambos les va bien. Es lo que ha ocurrido durante el primer semestre.

En la medida que la economía crece, la morosidad de la cartera disminuye. Este indicador está actualmente en 3,8%, menor a la prepandemia y, en este sentido, cabe destacar también la demanda por crédito, pues la cartera crece al 14%. Este semestre ha reflejado el buen comportamiento de la economía, aunque sabemos que en el segundo semestre el consumo volverá a sus patrones históricos y el crédito de consumo se moderará.

¿Con esa cartera tan dinámica hay posibilidades de sobreendeudamiento de las familias?

En este momento el nivel de endeudamiento de los hogares está en el 30% del ingreso disponible de las familias y para el pago de sus obligaciones. Somos conscientes de que luego del boom de consumo en el país, esto tiene que moderarse.

La compensación a la restricción del consumo durante la pandemia ya se ha llevado a cabo, ahora tienen que ser la inversión privada y las exportaciones las que tienen que impulsar la economía.

¿El auge de la banca digital y las fintech se ha dado con un desbalance normativo a favor de estas últimas?

Frente a los bancos digitales la normativa sí está equilibrada y les damos la bienvenida a todas estas iniciativas como Lulo Bank, Ualá, Nu, etc. En la medida que a iguales servicios se tenga la misma normatividad le damos la bienvenida a esa nueva competencia, pues aumenta la profundización y la inclusión financiera con más gente utilizando los servicios financieros.

Es interesante, pues en la banca tradicional también se viene aumentando la digitalización y ya hay más de 14 billeteras digitales de los diferentes bancos con liderazgos como Daviplata y Nequi. Esta competencia acelera la digitalización en la oferta y la demanda, y ya el 72% de las operaciones bancarias son digitales.

Además, acaba de salir la primera normatividad del open banking, que busca prestar más servicios a través de las aplicaciones de los bancos y eso generará más trafico de los usuarios y llevar a más nivel de actividad financiera.

¿Solo a punta de tasas se puede combatir la inflación?

El principal instrumento del Banco de la República para controlar la inflación es con tasas. Con un tema de demanda es más fácil que cuando es por un shock de oferta. El Emisor hace lo que tiene que hacer, que es controlar la inflación, el impuesto más malo para los hogares y los trabajadores.