martes, marzo 09, 2021

El optimismo económico debe tener un plan

 El Plan Financiero del Gobierno tiene una expectativa de crecimiento de 5% para este año y de 4,7% para 2022, pero debe estar alineado con la estrategia de vacunación pública


En medio de los tambores de la nueva reforma tributaria, el Gobierno presentó su plan de financiación para este año sin profundizar en el avance de los nuevos impuestos que se derivarán del informe de la Comisión de Expertos Beneficios Tributarios a conocerse el próximo 17 de marzo. Se sabe que el objetivo es recaudar 1,5% del PIB equivalente a unos $15 billones.

Es difícil sincronizar crecimiento de la economía de 5% en 2021 y de 4,7% para 2022 con una reforma tributaria, pero menos, aún dejar de lado lo que más impactará el rumbo de la economía que no es distinto al plan de vacunación del mismo Gobierno. Es indiscutible que la variable económica de la velocidad de vacunación y regreso a la normalidad afectará el crecimiento; el primer trimestre no fue bueno y para crecer 5% debe garantizarse un segundo semestre en plena efervescencia de consumo, pero sin vacuna no hay manera de lograrlo.

El Ministerio de Hacienda justifica que el promedio de crecimiento se hace teniendo en cuenta un mínimo de incremento del PIB de 4,1% y un máximo de 6,8%, en un consenso alrededor de 4,9%, cifras que maneja el promedio de analistas independientes, la banca multilateral y las firmas calificadoras de riesgo. Dentro de los supuestos macroeconómicos se prevé también un alza de 2,4% de la inflación para 2021 y de 3% para 2022; lo que representaría un incremento de las tasas de interés del Emisor para el sistema financiero, hoy en 1,75%, que a su vez enviaría el mensaje de que los tiempos de dinero barato han pasado y que empezaría a subir la tasa de usura, la hipotecas y los créditos rotatorios. Si uno de los pilares de la economía es el consumo, el rebrote inflacionario y la consecuente subida de tasas, no ayudarían a que se consolide tal crecimiento, por tanto, debe el Gobierno Nacional lograr que los codirectores del Banco de la República no muevan las tasas al menos por los dos años siguientes.

Otro de los datos clave que entregó el Ministerio tiene que ver con el precio del barril de petróleo Brent presupuestado en US$53, bastante pesimista si se tiene en cuenta que hoy ronda los US$67 y que los analistas del mercado de hidrocarburos le apuntan a cotizarse por encima de US$70. Sin duda, el precio del crudo impactará la tasa de cambio esperada por el Gobierno de $3.466 al finalizar 2021, un dato también optimista, pero muy en sintonía con lo que suceda con el petróleo y las tasas de interés en Estados Unidos. El balance fiscal que se espera para 2021 espera un déficit de -8,6%, 3,5 puntos más alto de lo que se esperaba en junio de 2020, según Alberto Carrasquilla porque “en 2020 subestimamos la magnitud del impacto que iba a tener la pandemia, aunque siempre se entendió un problema que se acabaría en un año, sino de observarlo hacia dos años (...) La economía está siendo más resiliente y definitivamente se está viendo algo de recuperación en el margen por lo que el crecimiento sí se está restaurando gradualmente”.

No es un error ser optimista y ojalá todos los supuestos macroeconómicos del plan de financiación del Gobierno se cumplan, el punto es que todo ese optimismo económico debe estar sustentado en acciones de otras carteras que manejan el plan de vacunación, que hasta ahora va muy lento y genera más incertidumbre. Las dos cosas deben estar sincronizadas.

Día de la mujer llega con más resiliencia

 Además hay una mayor conciencia sobre la relevancia femenina en las empresas del país.



El año pasado, el 50% de las grandes compañías en Colombia emplearon al menos a una mujer en su nómina.

Como se ha venido destacando reiteradamente a lo largo de la pandemia, las mujeres han sido unas de las más golpeadas por los efectos que el coronavirus generó en la economía del mundo.

Solo un reciente informe del Banco Mundial, que habla en este sentido, muestra que desde que inició la crisis, ellas tenían un 44% más de probabilidad que los hombres de perder su trabajo temporal o definitivamente, y que al cierre del año 2020 al menos una de cada cinco perdió su puesto en América Latina.

Sin embargo, en medio de la celebración del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el próximo 08 de marzo, vale la pena destacar la resiliencia femenina, que cada vez se abre más campo en las empresas del país.

De acuerdo con Confecámaras, las mujeres lideraron el año pasado el 51% de las 104.617 empresas que se crearon en Colombia, destacándose la participación de Antioquia, Valle del Cauca, Bogotá, Norte de Santander y Cundinamarca en la dinámica.

Julián Domínguez, el presidente de la entidad, no solo catalogó las cifras como ‘esperanzadoras’, sino que advirtió que son muy sobresalientes en medio de una año tan retador como lo fue el 2020. Aquí, 50% de las grandes compañías emplearon al menos a una mujer, mientras que las medianas, micros y pequeñas, la proporción fue del 31%, 36% y 35% respectivamente.

“Colombia ofrece un escenario muy favorable para el emprendimiento femenino. El hecho de que instituciones tanto públicas como privadas estén sensibilizadas hace que el ecosistema no sólo sea favorable sino que además existan muchas oportunidades”, comentó Yanire Braña, Fundadora de MET Community.

Pero es que además de este avance en creación empresarial, en las compañías de mayor tiempo de constitución las conquistas en equidad de género son actualmente uno de los puntos más valorados por las mujeres, sobre todo las jóvenes, según señala un estudio de ManpowerGroup.

“Acorde con The Women in Connection, las ventas en las organizaciones que tienen mujeres en cargos directivos pueden crecer cerca del 8%, y de ahí la relevancia de las fuerzas laborales diversas”, aseguró Ana María Muñoz, gerente de PR, comunicaciones y Marketing de la firma.

En el sector TIC la brecha de género sigue siendo amplia, pues según la Unesco, en el mundo solo el 3% de las mujeres que cursan estudios de educación superior eligen carreras TIC.

Pero pese a este panorama la empresas han ido aumentando en estos años la participación femenina. Uber Colombia, por ejemplo, reportó recientemente que 60% del equipo de liderazgo de la compañía está compuesto por mujeres.

ETB superó el promedio en la región en cuanto a estructura organizacional con 65% frente al 52% de Latinoamérica, de acuerdo con la a encuesta Ranking Par 2020. Lo que quiere decir que se destaca el número de mujeres en posiciones de liderazgo en la compañía.

“Al adherirnos a los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) de las Naciones Unidas continuamos promoviendo el balance de género en todos nuestros niveles de liderazgo”, comentó a su turno Andrés González, presidente de Unilever en Colombia.

Esta compañía cuenta con una cuota exacta de género en su junta directiva, donde el 50% son mujeres, mientras que en cargos gerenciales la participación de ellas es del 53%. Aunque los resultados de Confecámaras muestran que la incidencia de mujeres está usualmente ligada a sectores como el comercio al por mayor y al por menor (42,4%), alojamiento y servicios de comida (11,9%) e industrias manufactureras (9,7%), otros segmentos fuera de estos cada vez incrementan más sus cuotas de género.

“Estamos seguros que las capacidades y preparación de las personas, es independiente a su género, por ello promovemos una cultura organizacional enfocada en el valor de la diversidad y en estrategias que promuevan la inclusión y la equidad”, anotó Anabel García, vicepresidente de Talento y Cultura de Liberty Seguros, empresa en la que el 51% de cargo directivos están ocupados por mujeres.

MYPYMES EN LA REGIÓN

De acuerdo con una encuesta realizada por la firma de soluciones administrativas Alegra.com a 55.000 micro, pequeñas y medianas empresas en Latinoamérica, el 59,3% de las compañías de la región son lideradas por mujeres. Costa Rica es el país latinoamericano que más se destaca en tener a mujeres liderando la gestión y administración de una mypyme, seguido de Colombia y Argentina.

“Que las cifras indiquen que más del 50% de la gestión administrativa sea liderada por mujeres es un logro que ayuda a entender el posicionamiento femenino en el emprendimiento latinoamericano”, comentó Patricia Ríos, líder Administrativa de Alegra.com.

Mujeres acceden al 75 % de los derechos que tienen los hombres

 Informe del Banco Mundial señala que persisten diferencias en cómo son tratadas bajo la ley.



Aunque en derechos de mujeres que han sido madres ha habido varios avances, el informe resalta la necesidad de más reformas urgentes.

La brecha entre mujeres y hombres cada vez se ha ido cerrando más y más; sin embargo, la diferencia entre ambos géneros aún sigue siendo mayúscula. Así lo refleja el informe del Banco Mundial ‘Mujer, empresa y el derecho de 2020’ en el que se analizaron 190 economías haciendo un seguimiento de cómo las leyes afectan a la mujer en diferentes etapas de su vida laboral.

El primer resultado que se extrae y resalta es que las mujeres aún hoy acceden a solo el 75 por ciento de los derechos que tienen los hombres. El puntaje promedio mundial del informe es de 75,2, valor superior al 73,9 de 2017; y claro, superior al de 1970, cuando las mujeres tenían menos de la mitad de los derechos. Aun así, el avance general de las reformas se sigue considerando lento pues el mundo no puede permitirse esperar otros cincuenta años para alcanzar la igualdad legal de género.

La evolución de los derechos de las mujeres ha sido desigual en todo el mundo entre las áreas medidas que están estructuradas conforme a la interacción que tiene la mujer con la ley a través de su carrera: movilidad, trabajo, remuneración, matrimonio, parentalidad, emprendimiento, activos y jubilación.

Las principales reformas están ocurriendo en las áreas con mayor necesidad como la parentalidad y la remuneración. Sin embargo, todavía se presentan casos reales que expone el informe, como estos: una mujer está en el hospital a punto de dar a luz y recibe una llamada telefónica de su empleador. La despiden de su trabajo porque su embarazo se considera una ‘ofensa’. A una cirujana forense se le prohíbe continuar en su trabajo luego de que en un decreto se establece que es inapropiado para las mujeres. Una secretaria pierde su trabajo después de confiarles a colegas que su jefe la está acosando sexualmente. Este tipo de historias son reales, se repiten de forma casi constante, afectan a las mujeres en todas las etapas de su vida laboral y les impiden acceder a ciertas oportunidades económicas.

Según lo que encontraron los investigadores del Banco Mundial, estas diferencias legales son aún más acentuadas durante la pandemia de covid-19. Debido a estas barreras legales, las mujeres están segregadas en trabajos con salarios más bajos y concentradas en las industrias que han sido las más afectadas por la pandemia, como el sector minorista, la educación y la salud.

Además, la falta de prestaciones para el cuidado de los hijos y las licencias pagadas están obligando a muchas mujeres a abandonar la fuerza laboral, por lo cual les llevará más tiempo recuperar el empleo más adelante.

Curiosamente, aunque en el informe se resalta que en el área de parentalidad se necesitan reformas urgentes –debido a que este indicador obtuvo un promedio de solo 53,9–, es también donde ha habido más modificaciones: dieciséis economías promulgaron cambios positivos. Dichas reformas incluyeron: el aumento en la licencia de maternidad remunerada establecida para las madres; la introducción de la licencia de paternidad remunerada y la prohibición del despido de empleadas embarazadas.

Las mujeres están segregadas en trabajos con salarios más bajos y concentradas en las industrias que han sido las más afectadas por la pandemia

Sin embargo, en esa misma área, el principal problema se encuentra en que en casi la mitad de las economías que ofrecen cualquier forma de licencia de maternidad remunerada quien lleva esta carga es el empleador, lo cual genera mayores costos al contratar una mujer. “La licencia de maternidad remunerada puede ayudar a retener a la empleada en su puesto laboral, reducir el costo de rotación y mejorar la productividad”, señala el estudio, que además dice que estos beneficios a largo plazo podrían sopesar cualquier otro tipo de costo a corto plazo para los empleadores.

En cuanto a en qué campos hubo mejoras: las áreas de trabajo y matrimonio también presentaron varias reformas, especialmente a través de la implementación de leyes que protegen a las mujeres contra la violencia. En los últimos dos años, ocho economías promulgaron por primera vez leyes contra la violencia doméstica. Y siete adoptaron protecciones legales contra el acoso sexual en el trabajo. En el área de remuneración, doce economías mejoraron sus leyes eliminando restricciones en las industrias, el tipo de empleo y las horas en que la mujer puede trabajar.

EL TIEMPO entrevistó por correo a Claudia Corminales, una de las autoras del informe.

¿Cómo está Colombia en este informe?

El informe asigna puntuación a 35 preguntas en los ocho indicadores. Las puntuaciones generales se calculan tomando el promedio de cada indicador, donde 100 representa la puntuación más alta. Colombia tiene una puntuación de 81,9. Su puntuación total es más alta que el promedio regional para América Latina y el Caribe, 79,2. Cuando se trata de restricciones de la libertad de movimiento, las leyes que afectan las decisiones de las mujeres para trabajar, las restricciones relacionadas con el matrimonio y diferencias de género en la propiedad y la herencia, Colombia obtiene una puntuación perfecta.

Sin embargo, todavía tiene algunas áreas para mejorar en lo que respecta a las leyes que afectan la remuneración de las mujeres, las leyes que afectan el trabajo de las mujeres después de tener hijos, aquellas restricciones para que las mujeres inicien y operen una empresa y las leyes que afectan el monto de la pensión de las mujeres. Colombia podría considerar reformas para mejorar la igualdad jurídica de las mujeres.
Por ejemplo, una de sus puntuaciones más bajas se encuentra en el indicador relacionado con las leyes que afectan el salario de las mujeres. Para mejorar el indicador de remuneración, Colombia podría considerar exigir la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor y permitir que las mujeres trabajen en las mismas industrias que los hombres.

Una mayor igualdad de género
significa que un país está asociado con mejor educación y salud,
un ingreso per cápita más alto,
un crecimiento económico inclusivo

¿Por qué las mujeres se han visto más afectadas que los hombres por la pandemia? ¿Y cómo se ha presentado esto?

Sobre este tema, hay tres hallazgos preliminares basados en el análisis de los datos. Primero, que los padres empleados, y en particular las madres, enfrentan niveles sin precedentes de trabajo de cuidado no remunerado que son incompatibles con las demandas de la mayoría de los trabajos en el mercado laboral. Segundo, las órdenes de quedarse en casa y otras restricciones también pueden impedir que las mujeres accedan a la justicia de manera segura y efectiva.

Por último, la crisis amenazó de manera desproporcionada la salud y la seguridad de las mujeres, por lo que la asignación de recursos y servicios para mitigar cualquier impacto fue una necesidad. Sin un mayor enfoque en la dinámica de género de la crisis por la pandemia de covid-19, las mujeres y las niñas sufrirán desventajas a largo plazo que limitarán sus perspectivas económicas en los próximos años, si no de forma permanente.

Como lo demuestran informes del Banco Mundial y cifras del Observatorio Colombiano de las Mujeres, la pandemia está siendo particularmente nefasta para las mujeres...

Sí, hay más mujeres que pierden sus empleos o abandonan la fuerza laboral que hombres. Un análisis de género es una herramienta importante para comprender el impacto de la pandemia en grupos vulnerables, como las mujeres y las niñas. Por lo tanto, los marcos legales y los sistemas de justicia sólidos son fundamentales para mantener la estabilidad, salvaguardar los derechos de los ciudadanos y brindar ayuda de emergencia en tiempos de crisis. Esperamos que la pandemia pueda dar mayor visibilidad a las barreras que enfrentan las mujeres para acceder a más y mejores empleos.

¿Cómo convencer al Gobierno de que la sociedad necesita una reforma política para hacerla más igualitaria?

Los derechos de la mujer son derechos humanos, el caso de los derechos humanos a favor de la igualdad de género es incontrovertible. Sin embargo, también existe un argumento económico para invertir en las mujeres. Los beneficios económicos, empresariales y de desarrollo humano derivados del empoderamiento de las mujeres son sustanciales. Una mayor igualdad de género significa que un país está asociado con una mejor educación y salud, un ingreso per cápita más alto, un crecimiento económico más rápido e inclusivo y una mayor competitividad internacional. A nivel mundial, los países están perdiendo 160 billones de pesos a causa de las diferencias en los ingresos de mujeres y hombres. Ningún país puede alcanzar su máximo potencial mientras persistan brechas críticas entre hombres y mujeres. Por lo tanto, las reformas legales pueden jugar un papel fundamental como un primer paso importante a medida que las mujeres progresan en su vida laboral.