Luis Carlos Reyes, director de la Dian, se ha convertido en uno de los funcionarios más populares entre los ciudadanos por el uso de sus redes sociales.
Bogotano de 39 años, Luis Carlos Reyes se ha convertido en el funcionario más popular del actual gobierno.
El día que cumplió 15 años Luis Carlos Reyes aterrizó en Monterrey, noreste de México. Atrás habían quedado sus estudios de noveno en el colegio Miguel Antonio Caro y sus amigos de la Colina Campestre. La familia entera —sus padres, sus dos hermanas— había tomado la decisión de dejar Colombia por cuenta de la crisis económica que a finales de los años noventa obligó a que muchos buscaran mejores horizontes en otro lugar. Ese día hacía 42 grados en Monterrey. Reyes empezó a extrañar el clima bogotano.
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—Desde ese 4 de mayo de 1999 tuve claro que iba a volver a Colombia— dice Reyes, sentado en su despacho, traje de paño oscuro, corbata formal, medias que parecen un arcoíris. Le gustan así: llenas de colores. El actual director de la Dian es consciente de que se ha convertido en una estrella de las redes sociales gracias a sus videos de TikTok, en los que responde con humor a las preguntas más insólitas y aprovecha para hacer pedagogía sobre un tema tan árido como los impuestos.
Su regreso al país se haría realidad más adelante, en efecto, pero antes le faltaba una escala importante. Luego de vivir tres años en México —donde terminó ‘la prepa’, hizo buenos amigos, tuvo su primera novia—, Reyes viajó a Estados Unidos. Entró a la Universidad Internacional de Florida a estudiar Economía e Historia, aunque desde el comienzo tenía algo todavía más grande en mente: un doctorado que le permitiría obtener el trabajo deseado. Así que tan pronto logró el título ya estaba vinculado al programa de maestría y doctorado en la Universidad Estatal de Michigan. Ese parece ser uno de sus sellos particulares: una mente orientada a metas. “Él se maneja por objetivos —dice uno de sus compañeros de equipo más cercanos—. Le gusta hacerse una suerte de mapa mental de lo que quiere y trabaja para lograrlo”.
Luis Carlos Reyes, director de la Dian, se ha convertido en uno de los funcionarios más populares entre los ciudadanos por el uso de sus redes sociales.
—¿Por qué se inclinó por la economía? —le pregunto.
Reyes contestará esta y las demás preguntas con el mismo gesto: primero unos segundos de silencio, la mirada fija en un punto, como reflexionando en las palabras que vendrán después.
—Creo que por ser colombiano —dice—. A mí me marcó mucho la salida del país. Siempre estaba pensando que en Colombia había cosas que estaban mal, en términos del funcionamiento de la economía. ¿Cómo se solucionan? Esa pregunta no me abandonó. Por eso busqué formarme y adquirir experiencia para regresar y aportar en la solución.
Soy el colombiano de la familia
Sus títulos universitarios fueron laureados, claro: lo de ser ‘el mejor de la clase’ le viene desde niño y tuvo origen en un hogar que le incentivó el gusto por el estudio y la lectura. Reyes recuerda el tiempo que pasaba en la biblioteca de su abuelo materno, de donde sacaba libros que devoraba de principio a fin. Su vida laboral empezó como docente en la Universidad de Michigan y luego como profesor visitante de la Grand Valley State University. Con escasos 25 años, dictaba en esas instituciones materias como Teoría de Juegos o Principios de Macroeconomía. Después vino un cargo como economista en la Comisión Federal de Comunicaciones durante el gobierno de Barack Obama. Hubiera podido seguir su carrera en tierra estadounidense, pero la idea del regreso no lo abandonaba. “Me di cuenta de que eso no era lo mío. Renuncié y me vine para acá”. Sus padres y sus hermanas siguieron fuera del país. “Soy el colombiano de la familia”, dice con ese humor que ya es famoso. Tenía 30 años cuando volvió.
Mr. Taxes, ¿presidente?
“Quién me iba a decir que resultaría queriendo al director de la Dian”.
“El único funcionario público que da buena vibra”.
“Este hombre me hace declarar renta con gusto”.
“Mr. Taxes, te veo como próximo presidente”.
Estos son algunas de las miles y miles de respuestas que le dejan a Luis Carlos Reyes en su cuenta de TikTok. O a Mr. Taxes, como le dicen. El man de la Dian. Hace poco, cuando caminaba por la plazoleta del Rosario, en el centro de Bogotá, su equipo de trabajo vio cómo varios jóvenes se le acercaban para tomarse una foto a su lado. En el salón de clases, cuando su oficio ha sido el de profesor, también ha tenido una conexión especial con sus alumnos. Tan pronto llegó a Colombia, en 2014, Reyes se vinculó a la Universidad Javeriana. Lograr despertar el interés de los estudiantes en materias como Teoría Microeconómica Avanzada, la que dictaba, era un reto para él. “Descubrir la mente de otras personas es de las cosas más interesantes –dice—. Generar curiosidad en la gente es de esas victorias que da gusta tener”. Y ha demostrado que lo sabe hacer. Según Juan Felipe Bernal, colega suyo en la Javeriana y hoy parte de su equipo en la Dian, “los estudiantes lo respetaban mucho. Él los retaba a pensar”.
Al mismo tiempo que dictaba clases y se metía de nuevo en la realidad colombiana, a Reyes le llamó algo la atención: mientras en Estados Unidos la información sobre en qué se gasta la plata el Estado, sobre los impuestos que se recaudan o cómo funciona el sistema tributario estaba al alcance de todos —“en Google está eso descrito por expertos que lo aterrizan para el que dummie”—, en Colombia eso no sucedía. Se le ocurrió, entonces, junto a otros colegas, la creación del Observatorio Fiscal de la Javeriana, donde comenzaron a analizar el tema fiscal y a ofrecer abiertamente la información. Sus análisis los recibía el público general, pero también empezó a ser buscado por parlamentarios de todas las esquinas ideológicas.
—¿Ahí empezó su cercanía con el mundo político?
—Sí, y fue muy sorprendente —dice Reyes—. Yo pensaba que aquí el Congreso tenía esa información, pero resultó que no. Estaba concentrada de tal manera en el Ejecutivo, que los congresistas se volvieron uno de nuestros principales públicos. Lo que el Ministerio de Hacienda no les explicaba, ellos venían a preguntárnoslo. Llegaron de todas las bancadas. Independientemente de quién gobierne, el poder es de la gente. Y si la gente no tiene el conocimiento, no va a tener el poder.
Nuestra posición nunca fue la de quedar bien con el poder, sino la de ser críticos. Eso le sirvió a la oposición
El Observatorio arrancó en el 2018, cuando también iniciaba el gobierno de Iván Duque. Reyes no se guardó sus críticas frente a la reforma tributaria que adelantaba el entonces ministro Alberto Carrasquilla, ni a decisiones defendidas por Duque, como el día sin IVA. “Nuestra posición nunca fue la de quedar bien con el poder, sino la de ser críticos. Eso le sirvió a la oposición”, dice. La oposición, en efecto, se acercó. Tanto Gustavo Petro como miembros de su movimiento político comenzaron a pedirle conceptos sobre diversos temas. “Vieron que Luis Carlos tenía una forma de pensar distinta a la de la mayoría de los economistas que participaban en el debate público”, explica su colega Bernal. Al ganar Petro la Presidencia, era previsible que le ofreciera la dirección de la Dian. El entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo —recuerda Reyes— fue quien le comunicó el interés de que estuviera en ese cargo. “Se dio muy naturalmente”, agrega.
—¿Y hoy habla a menudo con el presidente Petro? ¿Han comentado sus videos de TikTok?
—No hemos hablado de la estrategia de redes sociales, pero sí de que la evasión y el contrabando son corrupción, y de la misión que tenemos acá de acabar con esos dos males.
Reyes habla con fluidez sobre cómo ha venido aumentando el recaudo tributario, sobre cómo ha comenzado a hacerse realidad la ampliación de la planta de la Dian, sobre la necesidad de cumplir con la facturación electrónica, sobre cómo ha avanzado la administración tributaria, “aunque lo mejor está por venir”. Un par de comentarios suyos han despertado polémica. Como el tuit en el que dijo que había que “legalizar y gravar la cocaína” (le cayó la oposición encima). O uno reciente en el que habló sobre la situación en Gaza y pidió que “parara el genocidio”. De inmediato le llegó la respuesta indignada del embajador de Israel. Eso, sin embargo, no lo lleva a quedarse callado.
—Varios de sus seguidores en redes lo ven como presidenciable. ¿Qué opina?
—Como servidor público, uno tiene el deber de cumplir con lo que encomendado. Yo tengo suficiente en qué pensar por ahora. ¿Qué trae el futuro? Ya veremos.
Evangélico, hincha de Millos, amante de la ópera
Por muy convencido que Luis Carlos Reyes estuviera de regresar a Colombia, hay algo que sí extraña de Estados Unidos, sobre todo de Washington, su último lugar de residencia: la temporada de ópera. Reyes es un fanático de la ópera en vivo y al lugar donde vaya busca en la agenda cultural a ver si hay algo bueno en escena. Una de las ocasiones que recuerda con más cariño fue cuando vio en Bogotá El barbero de Sevilla, en 2019, porque algo especial pasó esa noche: formalizó su noviazgo con la mujer que hoy es su esposa, Isabella.
Ella es una trabadora social que ha querido mantener un bajo perfil, aunque protagonizó junto a su esposo —por lo menos con su voz en off— el primero de sus videos virales: en el que Reyes sigue sus instrucciones para hacer kéfir. Fue en septiembre del año pasado. Una compañera de la Dian le había pedido que le explicara la receta de su esposa. Él pensó que, en vez de un paso a paso por escrito, era mejor hacerle un video. Lo grabaron en la cocina y luego decidieron subirlo a TikTok. A partir de ahí apareció una faceta suya que a algunos les ha llegado a sorprender.
“Ese lado de redes sociales no se lo había visto —dice Bernal—. Pero él es así como se muestra. No está haciendo ningún papel”. “Desde que llegó a la Dian, Luis Carlos dijo que quería lograr que la gente pensara de forma distinta sobre los impuestos —cuenta su amigo Luis Guillermo Forero—. A él se le ocurrió esa vía de impacto. Es una creación totalmente suya”. Metódico, reflexivo. Con una curiosidad que lo lleva a interesarse en diferentes temas, aunque algunos concentran su atención: la filosofía, la historia, la teología.
—Usted lee mucho sobre estudios bíblicos. ¿Por qué ese interés?
—Yo soy cristiano, evangélico, protestante. Cualquiera de las categorías aplica —dice Reyes—. Los estudios bíblicos son un tema significativo para mí. Son un lente a través del cual entender intelectualmente una cosa que también tiene una dimensión espiritual.
—¿Es una fe heredada de sus padres, de su familia?
—Mi mamá siempre me decía que Dios no tiene nietos. Hay un contexto en el que uno crece, pero uno decide si hace propia esa fe o no. Creo que Dios lo busca a uno hasta que lo encuentra.
Luis Carlos Reyes, director de la Dian, se ha convertido en uno de los funcionarios más populares entre los ciudadanos por el uso de sus redes sociales.
Reyes asiste cada domingo a la United Church de Bogotá, en el sector de Chapinero Alto. Si por alguna razón está en otra ciudad, asiste a otra iglesia sin que el entorno le parezca ajeno. “No creo que Dios tome asistencia, pero es muy extraño un domingo que no vaya”, dice. En ese contexto conoció a Isabella, con quien se casó apenas empezó la pandemia porque no querían estar separados. Ya tienen dos hijos varones, el mayor de 3 años y el menor de año y medio. Reyes es muy celoso del tiempo que le dedica a su familia. Sus asesores saben que no deben ponerle citas muy temprano en la mañana y que sábado y domingo son sagrados. Esas reglas rigen también para el resto del equipo: “Él no nos busca los fines de semana porque dice que son para la familia”, cuenta una persona de su círculo cercano de trabajo. Las condiciones que él se pone a sí mismo, las extiende a sus colaboradores: es un amante del buen café y llevó a su oficina su propia cafetera, pero también se encargó de que sus asesores tuvieran una igual. Otra cosa que llevó a su despacho es un tablero borrable. “Pienso escribiendo, sobre todo en un tablero”.
Es hincha de Millonarios —afición que ya pasó a sus hijos—, pero en lugar de fútbol suele jugar squash. Lo hace sobre todo para mantenerse en forma desde que, en 2017, tuvo un susto grande: se contagió del virus H1N1 y terminó en cuidados intensivos. Fueron tres semanas críticas. “Estuve en UCI por una afección respiratoria antes de que estuviera de moda”, dice, con ese humor. Según le contaron sus padres —“que básicamente vinieron a mi funeral”—, estuvo a punto de irse. Ya recuperado, los médicos le recomendaron hacer ejercicio para mantener los pulmones funcionando como debe ser.
Su particular contacto con la gente no se ha dado solo en las redes: en sus viajes por las regiones —como director de la Dian— se sienta a hablar con la gente que le hace preguntas sobre algún trámite tributario. “Me genera esperanza ver que la gente se apropie de la idea de la Dian como algo relevante, porque lo es. Ojalá pasemos de una sociedad en la cual muchos piensan que ‘para qué pagar impuestos si se los roban’ a una en la que digan ‘yo pago impuestos, muéstreme cómo los están utilizando’”. Reyes tiene claros sus objetivos. Y si una forma de conseguir ese cambio del que está convencido es participar más en las redes, allá estará. Parece que hay Mr. Taxes para rato.
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