Jorge Iván González, director del DNP. Dice que el problema de las regiones no es de recursos sino de planeación.
Que el Gobierno se 'ponga la camiseta' y mejore las cifras de ejecución presupuestal es clave para dinamizar la economía en estos momentos de desaceleración.
En entrevista con El TIEMPO, el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González, habló sobre el papel que debería jugar el Estado y las ambiciosas metas que se necesitan cumplir para sacar adelante el Plan de Desarrollo. Entre ellas, la de actualizar el 70 por ciento del catastro multipropósito.
La economía siguió desacelerándose en el segundo trimestre, al crecer un 0,3 por ciento. ¿Qué se puede hacer desde el Gobierno?
Veníamos de un boom transitorio después del covid-19, por lo que ahora es fundamental la participación del Estado, sobre todo, a través de políticas de vivienda o de infraestructura, que tienen un impacto multiplicador.
Es el momento para pensar cómo el presupuesto público puede contribuir a la reactivación. Estimamos que, por cada peso en inversión pública, se mueven 4 pesos del sector privado, es decir, que el poder de apalancamiento es muy fuerte.
Es un llamado a que el Estado se preocupe y se agilice la inversión. Yo creo que es una preocupación que tiene el Presidente. Que los ministerios ejecuten e inviertan más rápido.
Justamente están sobre la mesa los reclamos sobre la baja ejecución...
Cuando usted compara el primer semestre de todos los gobiernos, es decir, el de Uribe (Álvaro), Santos (Juan Manuel) o Duque (Iván) con el de Petro, más o menos estamos en el promedio. Tampoco es que la ejecución esté muy mal, no estamos tan lejos de lo que ha pasado anteriormente. El primer semestre es difícil, puesto que es cuando cambia el programa y toca adaptarse al nuevo plan de desarrollo.
Pero hasta el presidente ha dado la voz de alerta...
El mensaje del Presidente sí es durísimo. Hay que ejecutar y hay que invertir rápido porque es una responsabilidad con el país para no dejar que la actividad económica se caiga. Es un llamado de alerta para que el sector público utilice todos los mecanismos que tiene para reactivar la economía.
¿Y cómo va la materialización del Plan de Nacional de Desarrollo (PND)?
Lo primero es socializarlo con las personas para que conozcan los proyectos. Además, Planeación tiene la función de coordinar con los ministerios, las gobernaciones y las alcaldías con el objetivo de articular los 640 proyectos de inversión que se aprobaron. Hay que darles prioridad porque hay una falta de articulación a nivel de Gobierno.
¿Podría ralentizarse de cara a las elecciones regionales?
No, los lineamientos están claros. Por ejemplo, el Ministerio de Agricultura sabe que tiene que avanzar en reforma agraria y catastro multipropósito; el de Vivienda, agilizar los subsidios; o el de Educación, conseguir sedes universitarias. No hay ninguna interferencia. El problema a lo largo de estos años ha sido la planificación.
Jorge Iván González, director de Planeación Nacional.
¿Entonces el problema no es de recursos?
Así es. Por ejemplo, en 10 años, La Guajira ha recibido entre 0,5 y 5 billones de pesos en regalías, lo que se ha dispersado en 1.055 proyectos. Compran bombas para sacar agua de los pozos, pero no hay mantenimiento.
Cuando usted tiene esa dispersión tan grande, no se terminan tocando los temas estructurales. Se necesita una visión de largo plazo. Menos proyectos, pero más estratégicos.
A finales de mayo, Planeación lanzó el Registro Social de Hogares. ¿En qué consiste?
Ya hay 55 millones de registros. Estamos reuniendo toda la información de las entidades para cruzarla y saber quién necesita realmente subsidios y quién tiene que pagar impuestos.
Lo que queremos es que a la larga podamos tener suficiente información para ir eliminando otros instrumentos de focalización como Familias en Acción o el Sisbén. Todo ello ocurrirá a medida que avance la tecnología. En la actualidad, falta información, sobre todo, del rango más bajo de ingresos.
¿Hay alguna fecha establecida para desaparecer el Sisbén?
No, hasta que tengamos la información suficiente. Cuando gracias a la tecnología sepamos cuánta plata gana un taxista, un tendero o un vendedor ambulante porque el consumidor pague directamente con su celular.
¿Tienen identificadas cuántas personas están en el Sisbén y que realmente no lo necesitan?
El cálculo es difícil porque depende mucho de los municipios. Los errores de inclusión y exclusión van cambiando, pero por ejemplo cuando uno cruza a las personas que están recibiendo subsidios de servicios públicos con los puntajes del Sisbén puede haber casi 3,5 millones que no los necesitarían porque tienen un nivel de ingresos superior al que define el estrato.
¿A futuro no se tendrá en cuenta el patrimonio sino los ingresos del año anterior?
Exacto. La capacidad de pago de cada año. Por ejemplo, si una familia que vive en una casa de estrato más elevado durante el año tuvo muchos problemas económicos, podría recibir la tarifa de subsidio.
En el PND se estableció la meta de actualizar el 70 por ciento del catastro multipropósito. ¿Si la van a cumplir?
El Presidente está desesperado, yo creo que es un gran reto. El director del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) dice que sí puede. La proyección es que al final de los cuatro años habrá 660 municipios con catastro multipropósito.
Si hay alguna prelación del Gobierno en materia agropecuaria es la del catastro, que es la revolución agraria. Pero la tecnología del Igac está muy atrasada, hay que mejorarla. Sin embargo, creemos que sí se puede cumplir esta meta, que es una de las más difíciles del Plan.
¿Y la meta de entrega de tierras a los campesinos en la reforma agraria sigue siendo de 3 millones de hectáreas?
Sí, el presidente insiste en que sean 3 millones.
Pero la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, le dijo a EL TIEMPO, que en este cuatrienio serían 1,5 millones...
Nuestra meta era de 3 millones y por ahora nos mantenemos, lo que pasa es que es una tarea complicadísima.
En el Plan también se habla de aumentar las exportaciones de bienes no minero-energéticos. ¿Hay que irse desligando del petróleo?.
Sí, de una manera progresiva. Por ahora, vamos avanzando en turismo y en exportaciones no tradicionales. El Ministro de Comercio ha hablado de reindustrialización. Pero bueno, se trata de un proceso que ojalá lo podamos hacer rápido pero toma tiempo. Dependemos mucho del carbón y del petróleo, algo que no se puede cambiar de un momento a otro.
Un estudio de Planeación indica que un impuesto al carbono más alto reduciría las emisiones de CO2 y aumentaría los ingresos fiscales. ¿Se hace necesario elevarlo?.
Colombia está a 5 dólares tonelada mientras que otros países ya están en 40 dólares. Tenemos que mover el mercado para hacerlo cada vez más exigente y obtener recursos. Eso sí le vamos a dar importancia. Yo creo que el tema de financiar la economía verde es muy importante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario