La menor incertidumbre global y la discusión de las reformas en el Congreso, entre los factores.
El menor temor a una crisis financiera global y las señales de que no será tan fácil para el gobierno de Gustavo Petro sacar adelante todas sus reformas en el Congreso –de hecho, ya se hundió la política y varios partidos se han apartado de la de la salud– llevó al dólar en Colombia a cotizarse a la baja a lo largo de la semana.
En total, la moneda estadounidense perdió 95,57 pesos. La caída más pronunciada se registró en la sesión del lunes, con una pérdida de 54,93 pesos. Si bien todos los días de la semana hubo bajas, ayer viernes se recuperó 18 pesos y finalmente cerró en 4.646,19 pesos.
Con ello, según datos de Bloomberg, el peso colombiano es la moneda emergente que más terreno le ha ganado al dólar en el último mes (3,49 por ciento), por delante de la divisa de Polonia (2,56 por ciento) y del real brasileño (2,54 por ciento).
Ya en lo corrido del año, al revisar las monedas de la región, el peso chileno es el que más se ha revaluado (6,29 por ciento), seguido del peso mexicano (7,5 por ciento), del real brasileño (4,13 por ciento) y en cuarto lugar se ubica el peso colombiano (3,41 por ciento).
Si bien hace unos meses el dólar sobrepasaba la barrera de los 5.000 pesos, en las últimas semanas ha bajado hasta los 4.600 pesos. De acuerdo con los analistas del mercado, esta situación se debe tanto a factores externos como internos.
El Credit Suisse se hunde en la bolsa y no consigue calmar a los mercados.
Del lado internacional, según Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, se observa que la breve crisis financiera global pareciera haberse solucionado tras las medidas regulatorias que los bancos centrales implantaron al entregar la liquidez necesaria, lo que ha ocasionado que la aversión al riesgo que se había generado se disminuya de manera importante y eso ha hecho que el apetito por riesgo a países emergentes, entre esos Colombia, se esté dando nuevamente.
Del lado interno, están las decisiones tomadas por el Banco de la República, que incrementó, por unanimidad, en 25 puntos básicos la tasa de política monetaria a 13,0 por ciento. La menor velocidad con la que está ajustando su tasa de intervención del mercado se debe, entre otras razones, a que confía en que la inflación esté ya muy cerca de tocar su máximo nivel, a partir del cual comenzaría a descender.
Si bien hace unos meses el dólar sobrepasaba la barrera de los 5.000 pesos, en las últimas semanas ha bajado hasta los 4.600 pesos.
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“El Banco de la República pareciera que ya casi termina, si no terminó ya, de subir sus tasas de interés. Se empieza a proyectar estabilidad, lo que genera certidumbre, haciendo que se pueda comenzar a invertir de manera más estructurada en el país, esperando que el próximo movimiento sea una bajada de tasas hacia finales de este año”, opinó Olarte.
Adicional a ello, está todo el paquete de reformas, entre ellas la laboral, la de la salud, la pensional y el Plan Nacional de Desarrollo, que el Gobierno ha radicado en el Congreso y que tendrán ahora que discutirse. “El mercado está observando que cambiar el statu quo del país requiere discusiones y consensos de fondo, demostrando instituciones sólidas, así como una sólida robustez económica”, señaló Olarte.
Según Germán Cristancho, gerente de investigaciones económicas y estrategia de Davivienda Corredores, la moderación que han tenido las reformas económicas ha disminuido un poco las posibles presiones que tendrían las cuentas fiscales del Gobierno y, por lo tanto, la preocupación de los inversionistas extranjeros. “Todo ello se ha traducido en un fortalecimiento del peso y podría ser que se mantenga en los próximos días y semanas”, dijo.
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