Todo pasa de moda, es efímero, cambiante, y en el mundo empresarial y financiero, es mejor conocer casos de crisis, que ser protagonista de cambios disruptivos que entierren negocios
No es un simple decir que los cambios disruptivos en el mundo empresarial y financiero se están dando a una velocidad superior a la de los siglos pasados, ni que la dinámica inventiva e innovadora de los últimos 30 años, es superior a la de siglos pasados. Hay grandes diferencias entre una “época de cambio” y un “cambio de época”, puede sonar a un divertido juego de palabras, pero las definiciones entrañan más que una enseñanza gerencial.
La primera entraña sucesos secuenciales, regidos por el tiempo, casi agendados, el salto de un año a otro, de una década a la siguiente o el paso de un siglo, pero la segunda, el cambio de época, se da cuando surgen cambios significativos en distintas en las tecnologías, el comercio y los patrones socioculturales. Los cambios de época se están dando más rápido que antes, las tendencias no alcanzan a ser modas y las nuevas tecnologías que sepultan viejas prácticas ya no duran casi nada. Cuando Mark Zuckerberg desarrolló FaceBook en 2004, empresa pionera de las redes sociales, engendró millones de nuevos negocios montados sobre la necesidad de las personas a actualizar sobre sus perfiles, enganchados en una red de vínculos virtuales que se convirtió en una potente turbina global para producir y compartir contenidos. El éxito del negocio a escala mundial le permitió comprar otra incipiente red social, Instagram, y Whatsapp, el novísimo servicio de mensajería celular más usado en Colombia.
Consciente de que debía dar un salto cuantitativo en su negocio, a finales del año pasado decide lanzar, Meta, para llegar “más allá” y establecer una nueva generación de redes sociales, pero las cosas por ahora no le han salido como él quería y solo en la jornada de ayer vio como las acciones de Meta Platforms Inc. colapsaron hasta un 26%, la mayor caída en la historia, luego de que la base de usuarios de Facebook fuera inferior en el último trimestre, a las esperadas, y ante el crecimiento de TikTok en mercados donde dominaba la compañía de Zuckerberg. La primera lección que deja la noticia financiera es que debe haber un momento de cambio adecuado, que muchas veces no es el que dicta el mercado ni los competidores, es el que nace de la dinámica creativa interna. Todo emprendimiento exitoso nace de una idea original difícil de replicar o copiar, pero cuando esa idea, ya convertida en negocio exitoso se desgasta y nacen alternativas o competidores, es el sistema financiero, el mercado secundario, quienes toman el control de los destinos de la empresa.
Para Bloomberg, el pronóstico de ventas decepcionó a Wall Street y el director ejecutivo Zuckerberg, quien vio que su riqueza personal se desplomaba potencialmente alrededor de US$31.000 millones, reconoció que Meta enfrenta una competencia seria por el tiempo y la atención de los usuarios, particularmente de la aplicación viral para compartir videos TikTok. Y seguro a la red social china le saldrá un competidor que la desplace como siempre sucede; solo permanecen por más tiempo las empresas que, en términos de un texto clásico, “Empresas que perduran” (Porras y Collins, Norma, 1996), tienen protocolos, códigos de mejoramiento interno, pero que nunca abandonan las fórmulas de generar innovaciones permanente, no copias a los competidores y que saben que las utilidades y ganancias son una consecuencia de las cosas bien hechas.
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