Las finanzas públicas de Colombia muestran signos de mejoría, con espacio para mejoras adicionales.
La misión dice que se necesitan nuevas fuentes para salvaguardar programas de protección social.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló las principales conclusiones de la revisión del Artículo IV sobre Colombia.
Hamid Faruqee, jefe de la misión en Colombia del organismo, dijo que ve con buenos ojos el crecimiento del 10,6 por ciento país, el cual está liderado por un mayor consumo y unas exportaciones más fuertes.
Sin embargo, advirtió que hacia adelante los retos siguen pues la pandemia no se ha ido y este es un año electoral. Además, recalcó que hay que seguir reduciendo indicadores como el déficit fiscal o la deuda y que hay que buscar un crecimiento más inclusivo. Para el 2022, su proyección es de 4,5 por ciento.
“Es alentador que el déficit fiscal esté bajando y que la deuda pública haya tenido una trayectoria a la baja antes de lo esperado. En el 2022, esperamos que sigan reduciéndose”, manifestó Faruqee.
También habló de otros retos que enfrenta Colombia, como una recuperación menor del empleo o la alta inflación. Ante ello, dijo que ven “la necesidad de alzas de tasas adicionales”.
A mediano plazo, dijo que para ayudar a crear empleos y mejorar equitativamente las condiciones de vida, seguirá siendo clave avanzar en reformas estructurales.Estas son los principales comentarios del organismo:
1. Colombia ha experimentado una de las recuperaciones más rápidas de la región, resaltando su resiliencia ante la pandemia. Sus muy sólidos marcos de política y su respuesta integral ante el covid-19 ayudaron a crear las condiciones para un mayor rol de la demanda privada, un proceso que ya está en marcha.
2. Sin embargo, la incertidumbre en torno a la pandemia sigue nublando las perspectivas. Las nuevas variantes del virus siguen representando una amenaza y la necesidad de nuevas medidas de contención todavía es latente. En medio de constantes disrupciones en la cadena de abastecimiento, la inflación sigue subiendo—alcanzando casi el 7 por ciento en enero, y para el Banco de la República será un desafío frenar las alzas de precios sin afectar excesivamente el crecimiento económico. Ante las crecientes necesidades de financiación externa debido al mayor déficit de la cuenta corriente, Colombia es vulnerable a un aumento drástico de las primas de riesgos globales y a otros choques externos, dentro de un contexto de elevada incertidumbre a nivel mundial. Otros riesgos a la baja incluyen una ejecución más lenta de la agenda en materia de infraestructura y del acuerdo de paz, mientras que las próximas elecciones generan incertidumbre política.
3. Junto con la recuperación de la economía, las finanzas públicas de Colombia muestran signos de mejoría, con espacio para lograr mejoras adicionales. Tal como se destaca en el Plan Financiero del gobierno para 2022, parecería que este año podría lograrse un déficit fiscal más bajo (6,2 por ciento del PIB) que el previsto en el marco fiscal de mediano plazo (7 por ciento del PIB), gracias al mayor recaudo tributario. Tras un déficit fiscal menor que al esperado en 2021, la continuidad de los esfuerzos de política debería servir para reducir aún más las necesidades de financiamiento fiscal que se elevaron durante la pandemia. Así mismo, por ahora ha sido efectivo el retiro de las medidas de apoyo relacionadas con la pandemia, ayudando a que la deuda pública iniciara una tendencia a la baja aún desde 2021 (tres años antes de lo esperado).
4. La reducción sostenida del déficit fiscal será clave para reducir los desequilibrios internos y externos. La Ley de Inversión Social es un importante paso en la dirección correcta y la misión acoge con satisfacción el fortalecimiento del marco fiscal—pues señala explícitamente una senda de transición hacia una regla de equilibrio estructural con una nueva ancla con respecto al endeudamiento. Este objetivo, respaldado por los esfuerzos fiscales subyacentes, constituiría un apoyo para el ajuste externo y garantizaría que se respeten los límites previstos para el déficit fiscal en el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
5. Colombia se beneficiaría de reformas fiscales más profundas. Aunque la robusta recuperación económica ha mejorado el panorama fiscal de Colombia, la misión considera que sería de suma importancia encontrar nuevas fuentes de ingreso fiscal para salvaguardar los programas de protección social y la inversión pública, apoyando a la vez una reducción más rápida en el nivel de deuda. Más allá de los mayores ingresos provenientes de la modernización de la Dian y de la Ley de Inversión Social, sería deseable buscar un aumento duradero de los ingresos en el mediano plazo, equivalente a 1 – 1 ½ por ciento del PIB adicional.
6. Para controlar el aumento de los precios al consumidor y prevenir efectos de segunda ronda provenientes del lado de la oferta, el endurecimiento monetario más acelerado por parte del Banco de la República es apropiado. En medio de bajos excesos capacidad productiva y de las bajas tasas de interés real, el endurecimiento más acelerado de la política monetaria es bienvenido. Medidas adicionales para elevar las tasas de interés durante la primera mitad del año con el fin de endurecer lo suficiente las condiciones financieras y monetarias deberían guiar la inflación a la baja. Esto ayudará a salvaguardar la credibilidad del Banco de la República, anclar las expectativas de inflación, asegurarse contra los riesgos que puedan incrementar la inflación, y contener los desequilibrios externos. La balanza de riesgos y las decisiones sobre política monetaria deben continuar comunicándose claramente para ayudar a guiar las expectativas del mercado.
7. La banca colombiana ha sobrellevado la pandemia notablemente bien y el sistema financiero sigue siendo sólido. En 2020 se introdujeron medidas normativas de apoyo financiero para ayudar a los deudores a superar la pandemia y éstas se han retirado con éxito. Las medidas de alivio financiero, incluyendo el Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD) se han retirado gradualmente. Con un ambiente macroeconómico más favorable en 2021, la banca ahora tiene colchones de capital y de liquidez robustos y se ha recuperado la rentabilidad operativa.
8. Las autoridades colombianas han desarrollado marcos normativos y de supervisión robustos con el fin de salvaguardar la estabilidad financiera y la introducción de ciertas medidas los fortalecerían aún más. El Programa de Evaluación de la Estabilidad del Sector Financiero del FMI (FSAP) encontró que Colombia ha fortalecido considerablemente su sistema normativo y de supervisión desde la evaluación anterior realizada por el FMI en 2012.
9. Las reformas estructurales son claves para sentar los cimientos de una expansión sostenible e inclusiva. Disminuir las barreras existentes para la formalización empresarial y laboral ayudaría a reducir el desempleo estructural y a mejorar la productividad, facilitando la creación de puestos de trabajo y llevando el empleo más cerca de los niveles anteriores a la pandemia. Para ampliar la red de seguridad social, la misión acoge con satisfacción la introducción del Piso de Protección Social (PPS) que otorga acceso a los beneficios de la seguridad social a casi 10 millones de trabajadores que ganan menos de un salario mínimo.
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