A través de una proposición en la tributaria 2.0 buscan gravar las transacciones de comercio electrónico desde el exterior por debajo de US$200.
En el primer trimestre se realizaron 133,4 millones de transacciones digitales en el país.
El proyecto de reforma tributaria 2.0, o ley de Inversión Social, que recientemente radicó el Gobierno ante el Congreso no solo se ha caracterizado por modificar gravámenes que se introdujeron en la tributaria aprobada en 2019, sino por retomar discusiones y propuestas de ese entonces.
La bancada del Centro Democrático prepara una proposición que busca que las importaciones por correo digital de menos de US$200 paguen IVA.
Según el partido de Gobierno, estos productos pueden representar al año US$900 millones, y dejan de pagar IVA por $650.000 millones aproximadamente.
Y estiman que para 2023 este tipo de compras superarían los US$2.000 millones, y si se les cobrara IVA ingresarían $1,5 billones en tributación al país.
Precisamente, una propuesta muy similar intentó “colarse” en la reforma tributaria de 2019. El entonces director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Juan Andrés Romero, anunció la intención de introducir un gravamen de 4% para las compras digitales no residenciadas en Colombia y se calculaba que podría generar alrededor de $250.000 millones al año, pero finalmente la propuesta no se incluyó en la ponencia del segundo debate de la Ley de Crecimiento Económico de 2019.
En su momento, entidades como la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) criticaron la iniciativa por el impacto sobre las compras digitales. Este medio consultó la postura actual de la CCCE, pero desde la entidad prefirieron no manifestarse por ahora, misma posición que adoptaron compañías como Amazon, Linio o Mercadolibre cuando fueron consultadas por este medio.
Andrés López, country manager para Colombia de la multinacional de comercio electrónico Aeropost, asegura que “hay que mirar si nos interesa más revender cosas en el mercado interno o en pensar en cómo fortalecer más a los empresarios colombianos para que sean más competitivos también internacionalmente”.
López enfatiza en cómo desde el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. hay unos compromisos adquiridos por Colombia en torno a facilitar las importaciones y establecer un mínimo de valor sobre el cual no se cobraran impuestos en el país. “Las exportaciones colombianas hoy entran gratis a EE.UU. hasta US$800. Si como país dejamos de honrar estos compromisos ellos también pueden empezar a gravar nuestros productos”, asegura López.
OTRA CARA DE LA MONEDA
Por el contrario, los comerciantes locales ven con buenos ojos una posibilidad como esta. “Fenalco ha venido proponiendo esto, celebramos que en el Congreso de la República estas ideas estén haciendo eco”, dijo Rafael España, director Económico de Fenalco, quien destacó que en otros países están acordando gravar a las grandes plataformas.
Así mismo, desde la Cámara Colombiana de Confecciones y Afines (CCConfección), su presidente Camilo Rodríguez, asegura que esto podría “equilibrar la cancha” y que “prácticamente hay una competencia desleal, pues plataformas como Amazon, Alibaba, Ebay, entre otras, no pagan ni aranceles ni IVA en el territorio nacional y las empresas nacionales sí”.
Rodríguez argumenta que si bien el TLC se firmó con EE.UU, eso no quiere decir que todo lo que comercializa por estas plataformas proviene de ese país y que, por ende, “hay mucha triangulación”. Además, refiere que el país tiene un hueco fiscal, y que estos cobros podrían facilitar el recaudo de recursos.
“Nos hemos unido Fenalco, Acopi, la Cámara de la Confección, Acicam y la unión de los centros comerciales, en estos puntos que consideramos importantes”, aseguró el vocero de la CCConfección.
Bajo esta lógica, el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, asegura que habría otras alternativas para honrar los tratados internacionales. “Indudablemente afectaría el comercio electrónico, por eso planteamos una posición intermedia, que se deje la puerta abierta. Se quiere ver la posibilidad de que las zonas francas funcionen como centros de ese comercio electrónico, es parte de lo que se ha estado mirando, poder mantener esa exención por medio de estas zonas", dice Díaz.
Finalmente, Danilo Virviescas, docente de la cátedra de comercio exterior para el centro de estudios ejecutivos de posgrado de la U. Central, asegura que “una decisión de estas tiene un doble impacto”.
En el comercio exterior, por un lado, le quitaría dinamismo a la demanda de productos importados por parte de los colombianos.
“Una decisión de estas se hace para desincentivar ese consumo externo que tiene el país y si les ponen aranceles, y además IVA, que impacta el precio de las ventas, los consumidores también perderían poder adquisitivo. Estos impuestos desincentivan la importación de estos productos y artificialmente aumenta el precio”.
Por otro lado, se busca proteger la producción nacional y habría un incentivo para que el consumidor deje de mirar el mercado externo y empiece a consumir lo que producimos dentro de Colombia, justo en este momento en que se busca que las pequeñas y medianas empresas tengan un respiro”, explica Virviescas.
AUGE DEL COMERCIO
Las compras digitales y el e-commerce han venido creciendo en los últimos años a nivel global, y particularmente se han visto impulsadas desde la pandemia, por lo que el mercado de hoy dista mucho del de hace dos años, cuando se presentó una propuesta similar en la tributaria.
De acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio Electrónico, en 2019 en el primer trimestre se registraron en el país $4,97 billones en ventas en línea y se reportaron 45,3 millones de transacciones digitales. Por el contrario, y si se compara, para el primer trimestre de 2021 las cifras ya ascendían respectivamente a $8,56 billones para el caso de las ventas en línea en Colombia y 133,4 millones de transacciones digitales.
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