Director de Fedesarrollo, dijo que la reforma tributaria estaba alineada con lo que plantearon, pero faltan medidas para gravar rentas no laborales.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, habló de la reforma tributaria y la lectura que hace el centro de estudios.
Además de las discusiones que se avecinan en el Congreso, las que se dan desde centros de estudio y la academia son clave para el proyecto de reforma tributaria. En ese sentido, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dice que aunque la iniciativa es “ambiciosa”, se deben trabajar con más fuerza las medidas antievasión y antielusión, por lo que presentarán una propuesta en esa materia en las próximas semanas.
Fedesarrollo publicó un libro para descifrar la economía en los próximos 10 años, ¿cuál es la dirección de las reformas que proponen?
Este libro habla de cómo impulsar el crecimiento económico del país, y la respuesta es que hay que aplicar reformas estructurales.
Y la fuente primordial de crecimiento no es tanto la acumulación de capital humano, sino los aumentos en productividad. Entonces lo que hacemos es hacer una focalización de los cinco temas más importantes: el fortalecimiento de las instituciones; aumentar los incentivos a la competencia; la inversión de capital; reducir la informalidad y cerrar las brechas que tiene Colombia en investigación y desarrollo.
Todo eso va a requerir un mayor recaudo de impuestos y, por supuesto, mayor eficiencia por parte del Estado.
Fedesarrollo presentó un nuevo contrato social, ¿cuál es la sensación frente a la tributaria frente a ese marco estructural?
La propuesta de reforma fiscal y social es ambiciosa, progresiva, tiene muchos elementos estructurales, va en la dirección correcta y está alineada con lo que nosotros propusimos. E incluso con un paquete tributario más ambicioso en la historia reciente del país.
También tiene unos temas muy importantes, como los incentivos a la inserción laboral de forma transitoria. Y tal vez el único tema que no toca de manera ambiciosa es el pensional. Y esa será la discusión en el primer orden de magnitud del Gobierno.
El Gobierno propone aumentar el recaudo por IVA, ¿está alineado con lo que ustedes plantearon?
Nuestra propuesta era quitar la categoría de exentos y de excluidos, e ir aumentando la tarifa de forma gradual, entendiendo el contexto por el cual nos estábamos moviendo.
Nosotros preferiríamos que se aumente la tarifa de exentos a un monto pequeño, del 2% o 5%, porque eso aumentaría el recaudo y permitiría la devolución de los bienes pagados cuando están gravados a una tarifa distinta de cero.
Sin embargo, entiendo la restricción del Gobierno, y es que hay mucho debate y poco ambiente para aumentar la tarifa de los exentos.
¿Ampliar la base gravable tendría un efecto negativo sobre hogares de clase media?
Lo que está proponiendo el Gobierno es exactamente igual a lo que propusimos. Nosotros habíamos propuesto que la renta líquida gravable se redujera a $18 millones de pesos anuales, que corresponde al 69% de los ingresos. Y el Gobierno plantea a una cifra de $17 millones.
Hay que asegurar la progresividad, y no hay ninguna sociedad exitosa de provisión de bienes públicos que diga no hay que gravar a la clase media y hay que gravar un componente importante de la población, pero hay que hacerlo de forma gradual.
El Gobierno planteó un impuesto temporal al patrimonio y unos cambios en el tributo a los dividendos, ¿es suficiente para gravar a los ricos?
Los dividendos pagan impuesto de renta porque cuando se les entrega a una persona natural, eso resulta de las ultilidades netas, es decir que ya pagó impuesto en cabeza de las empresas. Entonces eso implica subir la tarifa efectiva del impuesto al dividendo del 37,9% al 41,4% y yo creo que ya es una cifra muy alta, y hay que tener mucho cuidado.
Lo que nosotros creemos es que el impuesto al patrimonio debe ser transitorio, porque cuando no hay mecanismos de coordinación a nivel internacional en gravar patrimonios, entonces lo que hace la gente es llevarse esa plata a otro país.
En las próximas semanas vamos a hacer unas propuestas de medidas antielusión y antievasión tributaria, enfocadas en cerrar huecos que están concentrados en las rentas no laborales, y de eso hay que hacer un poco más de esfuerzo en ese sentido.
Por ejemplo, estaría enfocado en las personas que tienen altos ingresos, crean unas empresas legales, en las meten gastos personales o familiares.
¿Qué retos tiene el Gobierno para lograr lo que se propone en materia social?
Buena parte de la progresividad de la reforma proviene del componente social, de aumentar la cobertura de programas sociales y los montos.
El reto más importante está en lo asociado a la rápida implementación y actualización del Sisbén IV, que es un mecanismo en el que se viene trabajando desde hace cuatro años.
¿Qué perspectivas tiene Fedesarrollo para este año, sobre todo en empleo y crecimiento del PIB?
Al inicio habíamos hablado de un 4,8% con riesgos a la baja, como la evolución la primera fase de vacunación y cierres ante eventuales picos de contagio. Se materializó el segundo en enero y en abril, y todavía no sabemos cómo vamos con la fase de vacunación. Todavía no vamos a mover el pronóstico de crecimiento. Marzo será bueno y puede ser el primer mes de crecimiento positivo desde que comenzó la pandemia. En términos del empleo, si logramos ese pronóstico de crecimiento, estimamos que podemos llegar al 11% del desempleo, pero con el problema de que va a ser a una recuperación con base en un empleo informal.
Y por eso, si no se hacen reformas, vamos a continuar con una tasa de informalidad del 60%, y continuaremos con esa mala calidad del empleo.
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