miércoles, agosto 21, 2019

Así apareció el fantasma de la próxima recesión mundial

Crecimiento impulsado por deuda, tensión comercial y enfriamiento económico, principales síntomas. 


La vulnerabilidad de su sector externo hace que el país sea muy sensible a la volatilidad internacional.

En medio de la fuerte turbulencia que se vivió en los mercados mundiales esta semana –fuerte alza del dólar y desplome de las acciones–, atizada por temores de una recesión global, la economía colombiana sorprendió de forma positiva con un crecimiento de 3 por ciento en el segundo trimestre del 2019, según el Dane.

Ese dato, como la revisión del PIB del primer trimestre, de 2,8 a 3,1 por ciento, avivó el optimismo del Gobierno y de algunos sectores, que ven la señal de recuperación gradual.

Así, mientras la economía colombiana rebota, la global pierde ritmo. Y el reto para el país, justamente, es defender su recuperación navegando en esas aguas turbulentas globales. La vulnerabilidad de su sector externo hace que el país sea muy sensible a la volatilidad internacional, por lo que habrá que empezar a tomar las medidas necesarias que eviten el contagio o aminoren el impacto de esa desaceleración mundial.

Incluso, si las cosas se ponen peor, eso no significa que lleguemos a una recesión 

Ante algunos comentarios sobre una posible recesión de la economía mundial, Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, apunta que “lo primero que hay que decir es que si bien en este momento estamos enfrentando un proceso de desaceleración mundial, nadie puede decir que estamos en una recesión global. Incluso, si las cosas se ponen peor, eso no significa que lleguemos a una recesión”, advierte.

Por su parte, Felipe Campos, gerente de Investigaciones Económicas de Alianza Valores, sostiene que se vive el final de un ciclo económico global que comenzó en 2008 y que, incluso, es el más largo en la historia de países como Estados Unidos, por lo que es difícil evitar una desaceleración, que terminará llegando en tres, seis o 12 meses.

“Estados Unidos terminará desacelerándose y el resto del mundo jalándolo hacia abajo... Al final, el mundo acabará allá abajo y terminaremos cerrando el ciclo”, dice.

Agrega, no obstante, que Colombia es un país particular porque las diferentes intervenciones sobre el precio del petróleo han hecho que esté un ciclo corrido del resto de la región. “La región cayó primero que nosotros y rebotó primero. Ahora se vuelve a desacelerar mientras Colombia aún está en un período de recuperación, producto del estímulo (monetario) de los dos últimos años”.

Por lo pronto, la incertidumbre mundial se fundamenta en tres claves: un crecimiento impulsado en el endeudamiento, la tensión comercial que surgió como respuesta al agotamiento de ese modelo basado en deuda, y el enfriamiento, que ya es un hecho, como lo mostraron los malos datos de producción industrial de China y de caída de la producción de Alemania, que, a comienzos de la semana que pasó, sacudieron los mercados. A estos se suma la expectativa del impacto que tenga en Europa la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea ('brexit').

El origen

Según Diego Camacho, director de Investigaciones Económicas de Ultraserfinco, la clave de la situación a la que se ha llegado es el crecimiento de las grandes economías a base de deuda, y viviendo por encima de sus posibilidades.

Explica que los bancos centrales han estimulado el crecimiento facilitando el crédito barato, pero vienen los colapsos financieros que arrastran crisis, lo que lleva a que de nuevo los bancos centrales intervengan, repitiendo el ciclo y permitiendo que crezca la deuda.

En esa lógica, en China se recurrió al endeudamiento para fuerte expansión del capital físico al punto que, dice Camacho, hubo una sobreinversión y hoy produce más de lo que le pueden comprar. 

Su modelo, explica, contempló exportar a menor precio del costo de producción, transferencia forzada de tecnología y restricción a las importaciones. Así llegaron las medidas unilaterales de la Unión Europea y Japón, a finales del 2017, para protegerse de lo que consideraban competencia injusta, y luego las decisiones y amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El enfrentamiento comercial es “consecuencia y no la causa de la desaceleración de la actividad comercial global”, dice Camacho. 

En medio de la expectativa, los analistas sostienen que existen circunstancias que permitirían pensar que, incluso en el escenario extremo de una recesión mundial, su impacto sobre Colombia tendría sus límites. El más importante, que el sistema financiero colombiano, al igual que el de Estados Unidos, es sólido y está bien capitalizado.La encrucijada del elevado endeudamiento

Andrés Langebaek, del Grupo Bolívar, dice que la capacidad de hacer una reactivación en el mundo vía gasto público es mucho menor por las mismas razones de lo que ha ocurrido en Colombia: la deuda del sector público en el mundo es mucho más elevada hoy. 

En Estados Unidos, dice, la deuda es casi el doble de lo que era en 2009. Algo similar ocurre en casi todo el mundo, incluyendo Europa y China.

Advierte que si las cosas se complican y el país afrontar una recesión mundial, el mayor peso de la política contracíclica recaería sobre la política monetaria, en particular la reducción de tasas de interés.'Colombia es capaz de sortear el choque externo mejor que antes y que la mayoría de países’5 preguntas a Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda

¿Qué le permite tener tanta confianza en que se logrará crecer al 3,6 % en este año?

Todo indica que el gasto del sector privado: consumo más inversión, podría superar el 5 por ciento anual este año. Mucho de ello es una reversión a la tendencia de más largo plazo, tras unos años muy malos. Parte de esta historia tiene contrapartida en la importación de bienes de capital, pero buena parte son bienes y servicios no transables internacionalmente. El bajonazo del comercio externo ha afectado nuestras exportaciones y lo seguirá haciendo –lastimosamente– en los próximos meses, y por eso será difícil superar el 3,6 %. Por el lado de la oferta, se empiezan a ver unos primeros retoños de productividad que complementan lo que está pasando en materia de acumulación de capital, que es bastante bueno.

¿Qué se necesita para mantener o mejorar el crecimiento actual?

Nuestro recurso escaso es la productividad y se necesita que avance mucho más. Por eso le apostamos a la formalización, que es donde ocurre el verdadero impulso en productividad y las verdaderas mejoras en calidad de vida ciudadana. Por ello es que estamos trabajando en avanzar en el régimen simple, donde ya hay más de 6.000 empresas inscritas, y en la ampliación y puesta al día con la realidad de lo que se entiende por un contrato laboral.


El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, es enfático al afirmar que Colombia lleva muchos años construyendo y sofisticando diversas reservas, empezando por las del banco central.

¿Cómo torear la turbulencia global? ¿Tenemos con qué?
Siempre hay que estar listos. Para esto hay que contar con reservas líquidas de rápida movilización. En Colombia llevamos muchos años construyendo y sofisticando diversas reservas de este tipo, empezando por las del banco central que, incluso, exceden lo recomendado por el llamado ARA (Evaluación de la adecuación de reservas) que construye el FMI; así como el acceso a un crédito de rápido desembolso en el mismo FMI, y pasando por los $ 30 billones en el activo líquido del Gobierno y $ 20 billones de Fogafín, con lo cual el país sería capaz de sortear el tipo de situaciones adversas que usted menciona, mucho mejor que antes y mucho mejor que la mayoría de países.

¿Hay algún plan a corto plazo para impulsar los sectores más débiles?

No creo que sea buena idea implementar uno de esos ‘tés’ –lluvia de subsidios– porque no considero que esos súbitos diluvios sean efectivos ni sostenibles. Creo mucho, eso sí, en los recientes pactos por el crecimiento que comprometen al Estado a ejecutar muy rápido tareas muy concretas, muy micro, que le van a permitir al sector empresarial destrabar una cantidad enorme de proyectos estupendos.

¿Con la inflación tiene algún temor? ¿En qué escenario podría golpear el crecimiento?
Ni yo ni nadie en Colombia tiene temor con la inflación. Las expectativas a 1, 2, 5 y 10 años están cómodamente ubicadas en el rango meta.



https://www.eltiempo.com/economia/sectores/como-aparecio-la-amenaza-de-la-proxima-recesion-mundial-402076

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